La "ángel" de Bell

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Pasaron dos semanas en las cuales Bell y Lucina se enfocaron en estudiar el libro y después de un exámen dado por Eina ambos lograron entrar al calabozo una semana atrás. Lucina acompaño a Bell los primeros dos días para asegurarse de que está progresando en cuanto a combate, al tercer día la peliazul decidió descender más, dejando solo a Bell para que entrenará.

-Bien.... E-este es el número 30.

El albino estaba jadeando lleno de cansancio, había descendido más abajo de lo permitido con alguien de su nivel, para ser exactos estaba en el piso 5, consiguiendo un poco más de piedras mágicas para Miach. Tan concentrado estaba en su labor de recoger las piedras mágicas que no noto como otros aventureros empezaron a huir despavoridos, una vez que Bell termino de recoger las piedras se levantó el intento avanzar, chocando con algo y al alzar su mirada su rostro se llenó de terror.

-¡Un Minotauro! ¡¿No es un monstruo de piso intermedio?!

Mientras empezaba la persecución del monstruo y el conejo, cierto par de chicas estaban explorando el piso 5, no por ser novatas, si no por que estaban buscando algo.

-¿C-como es posible que se nos escapara? Y para empeorar lo perdimos aqui- los jadeos de la primera chica eran notables, ella al ser una maga no estaba adaptada para las persecuciones -¿No cree que algún otro aventurero ya se haya encargado del Minotauro Aiz-san?

-Aun si fuera así es mejor asegurarnos, fue nuestra culpa que se escapara y no queremos que vaya más arriba o que mate a algún aventurero.

Cuando su compañera maga estaba por hablar fue que escucharon un rugido que se mezclaba con el lugar por los múltiples túneles, pero no fue problema para Aiz que empezó a correr siendo seguida por su compañera hacia el origen de rugido y lo que vieron las sorprendió, un aventurero con un cabello blanco tan puro como la nieve, estaba acorralado contra un callejón sin salida, con el Minotauro usando su cuerpo para bloquear la salida y tratando de golpear al chico.

-Parece un conejo, no... Más bien a un Al-miraj- Fue el pensamiento de la maga, viendo como por los pelos Bell lograba evadir los grandes puños del Minotauro, saltando de lado a lado.

-¡No debo morir, no debo morir!

Era lo que se repetía en la cabeza el albino, con la adrenalina corriendo por su cuerpo y evadiendo por poco los puños del Minotauro, por lo gruesa que es la piel de la criatura no podía hacer nada para lastimarlo, así que solo podía evadir y desear un milagro.

-Aun con el miedo recorriendo mi cuerpo, debo de seguir avanzando, como el héroe de la historia de Lucina-san... Diablos- Los pensamientos de Bell se vieron interrumpidos, cuando en un paso en falso se tropezó y quedó sentado en el suelo, con el Minotauro sonriendo y preparándose para darle el golpe de gracia -Ayuda... Lucina.

El puño se detuvo a poco de golpear a Bell quien abrió los ojos pensando que pasó y no fue hasta que recibió el fétido y rojizo color de la sangre del monstruo que supo que fue rescatado, la vista estaba ligeramente nublada así que solo logro ver una silueta que reconocía de alguna parte, aunque los colores no eran los que recordaba.

-¿A-acaso es Lucina?

-... ¿Estás bien?

Con aquella voz calmada y suave supo que no era Lucina, así que cuando se aclaró su vista logro verla, aquella joven de cabello rubio miraba con curiosidad y preocupación al albino, mientras este se sonrojaba al tener a una "ángel" bajo su perspectiva, estaba por correr por la vergüenza que sentía, pero rápidamente cayó al suelo con un gesto de dolor, Aiz no pudo evitar preguntar nuevamente si estaba bien, mientras su amiga elfo se acercaba para sanar el tobillo del chico, que se había torcido hace poco.

-Te recomiendo que te quedes quieto, esto tomara algo de tiempo.

-S-si, gracias.

La espadachín estaba con una leve sonrisa al saber que aquel "conejito" no era mudo, pero le molestó ser ignorada por su compañera, aunque no se notaba para nada en su estoico rostro.

-Fuiste muy valiente al seguir de pie ante esa bestia- Comenta Aiz intentando sacar conversación con Bell.

-A-ah, s-si, n-no fue la gran cosa, por cierto, gracias por la ayuda, creí que no saldría vivo de esta.

-No hay que agradecer, fue parte nuestra culpa por lo que sucedió, mi nombre es Lefiya Viridis- contesta la ahora conocida como Lefiya mientras termina de sanar la pequeña lesión de Bell.

-U-un gusto Lefiya-san yo soy B...

-Es nuestra culpa y espero remendar el error, puedes pedir lo que quieras, me haré responsable.

Ante esas palabras la mente de Bell se apagó, mientras su rostro se ponía rojo de vergüenza, si no fuera por la sangre que tenía encima las chicas lo habrían notado, antes de que alguna fuera a decir algo más vieron a Bell levantarse, solo para empezar a correr totalmente avergonzado.

-Oye Aiz, ¿Ya encontraste al mi...

El Beastman lobo logro evitar con una expresión de confusión y asco al pequeño aventurero que huyó del lugar, viendo como Aiz y Lefiya estaban quietas en su sitio sin saber cómo reaccionar a lo hecho por el conejo.

-¿Qué? ¿Acaso ese tomate escapó después de que mataste al Minotauro? ¡Eso sí que es cobarde! Jajajaja espero que eso le enseñé un par de cosas y no vuelva a pisar el calabozo.

Bete no dejaba de reírse por la escena de Bell, sin saber la verdad detrás del "escape" mientras Lefiya y Aiz tenían una expresión de enojo hacia el chico lobo. Mientras el odio hacia un compañero sucedía, nuestro protagonista estaba corriendo por las calles de Orario con una sonrisa y con la imagen de Aiz en su mente.

-Cierto, no supe su nombre, le iré a preguntar a Eina-san, ella debe de saber.

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Palabras usadas: 999

Hola a todos mis chacales!!

Jackal: cambiaste la receta!

No me culpen... Bueno culpenme pero me gustó cómo quedó este capítulo

Kasumi: solo por qué eres defensor del Lefiya x Bell

Admite que se ven adorables juntos!

Jackal: solo se que tienes un curioso gusto con las tsunderes

A callar chacal!!!

Kasumi: no se olviden de votar, comentar y compartir la historia si es que les gustó

Jackal: tampoco se olviden de seguir al Segundón si quieren ser miembros de esta manada

Sin nada más que decir los veremos pronto!!!

Argonauta y dos bendecidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora