Vaivén

Rosa.

El vuelo más cansado que había experimentado en toda su vida. No solamente era cansancio físico si no que se extendía hasta el emocional.
Continuaba sin comprender porque ese dolor agudo en el pecho no se iba, la preocupación extrema y sobre todo porque no eliminaba a Scorpius de su mente. Aunque no le gustara admitir sería una misión imposible conseguir ese objetivo, y aún más arduo lograr la retirada del rubio de su corazón.

Su vuelo se había adelantado por una hora debido a una "rafaga de suerte" o por lo menos así lo había llamado el piloto.
Cuando bajó del avión fue directa hacia la salida, ya que debido a su rápida huida no contaba con equipaje.
Buscaba al Adan de su memoria, un chico alto y delgado, castaño y de piel casi pálida.
Mientras recordaba, se distrajo llevando su mente a otras situaciones. De pronto una rosa roja rompió su burbuja de recuerdos.
La rosa había caído hasta sus pies , se hagacho a recogerla. Al instante el olor de la flor la hechizo, podría jurar que era el olor más profundo que había percibido a lo largo de sus 22 años, transmitía una sensación de libertad inigualable , lo más parecido era cuando jugaba quidditch y volaba a lo más alto.
De un momento a otro fue interrumpida por un afectuoso abrazo y posiblemente doloroso.
Cuando pudo ver la cara del oso que la abrazaba no era nadie más que Adan Krum, su mejor amigo, y debido a su escape quizás el único.
El mismo chico que conoció a los 14 años, sólo más alto y fornido, su piel seguía pareciendo la de un fantasma, sólo que ahora sus ojos resaltaban más ya que su cabello había oscurecido un poco.

-: mi bella Rose, ¿cómo estas ? , te extrañaba tanto pequeña pelirroja. Merlin eres tan pequeña , te puedo abrazar a la perfección y me sobra espacio- fue un saludo muy efusivo de parte del castaño.

-: hola Adán , bien, gracias.
No creo ser muy pequeña simplemente que tu eres gigante.

-: mala excusa para tu estatura. No mi pequeña. Ven vamos, toma mi abrigo , afuera está nevando. Al parecer no veniste preparada para el clima.

-: gracias. No, como te dije fue una medida extrema. Así qué creo que necesitare que me lleves de compras.

-: no es precisamente mi actividad favorita, pero está bien , podemos ir mañana.

-: de acuerdo . ¿ a dónde vamos ahora?

-: a mi departamento bebé.
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Nada , eso era lo que recibían de noticias sobre su mejor amigo. Hace poco habían llegado al hospital sus padres y en ese preciso momento estaban llegando su hermana Lily y sus tíos Ron y Hermione Weasley.
Como era de esperarse las personas llegaban y preguntaban el estado de Scorpius , ¡¿ qué no eran conscientes ?! Seguía delicado está en el hospital.
Ya no soportaba estar en esa sala de espera sin noticias y sin poder hacer nada para ayudar a su mejor amigo.
Albus empezó a vagar por distintos pasillos del hospital, buscaba vaciar su mente, o encontrar alguna solución a la situación una forma de apoyar a su ex compañero de casa escolar.

Se sorprendió gratamente cuando sin haberlo planeado estaba parado fuera de la habitación de cierto rubio.
Entro rápidamente cuidando de no ser visto por algún doctor o enfermera y lo corrieran de la habitación.

Merlin, su amigo, lucía muy mal.
Scorpius presentaba varios hematomas en brazos y cara , y por su aspecto suponía que así debía de ser en todo el cuerpo y las vendas que lo envolvían. Tenía entablillado el brazo derecho y la pierna del mismo costado.
No entendía porque sucedía esto, ya le habían comunicado mucho antes que estaba fuera de peligro, pero aún así podría perder la memoria.
No era justo, él no le había causado ningún dallo a nadie en toda su vida.
Ambos tenían 22 años, y no era justo que su amigo pudiera perder toda su vida.
Sin consentirlo, varias lágrimas traicioneras corrieron por sus mejillas, tomó una mano de Scorpius y de un momento a otro sintió un leve apretón en la mano, levanto la cabeza y se encontró con esos ojos grises intentando abrirse por completo.
Scorpius tardo 5 minutos en poder enfocar su mirada , y lo vio , a su gran amigo Albus Potter.

-: hey Potter, mala hierba nunca muere.

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La casa de Adán era sumamente acogedora, paredes azules, pisos de madera, con una sala color chocolate y un pequeño comedor que enfilaba hacia la entrada a la cocina. A un costado de la sala estaba el sanitario.
Había un pequeño pasillo que se dirigía hacia las habitaciones.
En las paredes se encontraban varios cuadros, la mayoría de paisajes, aunque Rose vio uno que la enamoro, era un cuadro con un fondo en sombras oscuras y en el centro una inmensa rosa roja brillante.

-: creo que lo compre porque me imaginaba que así debías lucir a diario, hermosa, brillante, resistente pero a la vez fuerte. Una hermosas rosa roja.

No le había dicho a Adán la razón por la que había huido, no permitiría que el creyera que la intención era iniciar una relación con él. No debía de engañarlo de esa forma.

-: Adán yo...

-: no te preocupes mi pequeña, se que no quieres una relación- Rose mostró una expresión de terror, y como sí leyera su mente le dijo- no te preocupes Rose no me dijiste nada , lo intuí , esa mirada sólo puede significar un corazón roto.

Esa declaración fue como un balde de agua helada, era verdad su corazón estaba roto y aún así no podía evitar amar al principal causante de ello. Y justamente era su mayor miedo, no poder dejar de amarlo.
Aunque en ocasiones nuestros mayores miedos se vuelven realidad.