ɪ ᴡɪʟʟ ꜰʟʏ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ (L.S.)

Capítulo Tres

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♩Take me to church from Hozier♩

{ Capítulo Editado. }

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  Luego de toda una tarde de lluvias, las nubes ya se encontraban lejos de esas zonas dejando el cielo completamente desnudo mostrando su color azul obscuro, las estrellas esparcidas por todo este brillaban com orgullo y la gran luna alumbraba un poco las penumbras, el viento no era para nada sutil pero por lo menos se notaba que ya no habría diluvio por el resto de la noche.

  Eran casi las cuatro de la madruga en el pequeño pueblo de Maybell y sólo muy pocas personas se encontrarían despiertas para admirar como se encontraba el cielo en esos momentos, una de esas personas era Louis Tomlimson; Su frente se posaba suavemente sobre el vidrio de su ventana mientras su atención era tomada por los colores obscuros que adornaban afuera de su espacio.

  Pues claro, todos alguna vez tuvimos esos momentos en los que nuestros sueños eran interrumpidos abruptamente, ya sea porque tuvimos un mal dormir o nuestra mente simplemente no puede parar, hay veces en las que miles de ideas nos abarcan en las noches abrumandonos, cosas que faltan hacer, o recuerdos, miles de cosas nos puede llegar a sacar el sueño durante horas.

  En el caso de Louis está vez había sido una pesadilla, el mal sueño habría despertado al castaño unas cuantas horas atrás desencadenando recuerdos bastante tortuosos para el pequeño de los pómulos. Su nariz se encontraba roja al igual que sus ojos azules, las lágrimas recorrían un lento camino pasando por sus mejillas, llegando a su barbilla para luego caer y perderse entre el resto de sus lágrimas.

   Ese día era lunes a la madrugada, Louis se encontraba sentado en la ventana de su habitación observando como el sol aparecía por el horizonte dándole paso al amanecer, su mente no encontraba descanso alguno, ya sea por los malos recuerdos o ideas poco agradables por parte del castaño.

    En ocaciones, la mente de Louis no tomaba tiempo para descansar, los pensamientos lo recorrían cada rincón de su mente, sus propias ideas le daban golpes emocionales uno tras otro, pero cuando estas coas pasaban él solía observar el cielo, no importaba la hora o como estuviera el clima; las nubes, el cielo, los colores, eso siempre lograba tranquilizarlo un poco, pero en esos momentos la técnica no le generaba éxitos.

    La idea de cuán decepcionada estaría su madre de el si lo viera en ese momento no dejaba de repetirse en su mente una y otra vez, Louis creía no poder soportar con algo como eso, el se sentía tan débil sin ella. Su madre siempre lo apoyo en todo, incluso si no debía, le enseñó que debía ser fuerte aunque lo lastimaran, ella siempre estuvo para él.

Pero no podía ser fuerte sin ella, el castaño se sentía completamente desprotegido, en los últimos años sin su madre sólo había recibido golpes y palabras insultantes, la cantidad de desprecio que recibía era lo suficientemente grandes como para que sus intentos de ser fuerte se acabarán ya casi llegando al final.

    Pero Louis también se culpaba por la muerte de su madre, no podía ser fuerte cuando era consiente de cosas como esas, el auto castigo que recibía de si mismo no mejoraba su situación, los abusos más duros eran los que él mismo provocaba, generando su dolor tanto físico como sentimental. Luego de la muerte de su mamá obviamente que nada mejoró, arruinando también la vida de sus hermanas; Louis sabía que ningún golpe era tan fuerte como los recuerdos del día que su madre falleció frente a sus ojos.

Las imágenes de su madre en su último aliento de vida aferrandose a esta con todo lo que podía estaba grabada en el cerebro del castaño, la mujer había luchado hasta el último momento para no abandonar a sus hijos ante tales circunstancias que vivían pero su muerte fue lenta e inevitable.