Capitulo especial 2. Primer Encuentro (Himchan x Jessica)

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En realidad este tendria que ser el capitulo 13, pero creo que fue de mala suerte, me costo trabajo escribirlo y cuando ya lo tenia listo, mi compu colapso, así que valio el capitulo. Por eso les pido un poco más de paciencia para continuar el fic, y como disculpa y para no dejarlas solo esperando, les traje este especial donde se narra como comenzo la relación sadico-masoquista de nuestros protagonistas. Sin más, disfruten su lectura y comenten cualquier cosa que deseen ^^ . Iquichan

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Según Erin, sería una pequeña reunión con unos amigos. Lo que nunca me dijo fue que la reunión sería privada y que solo seriamos, Yongguk, Himchan, Erin y yo. Una cita doble, fue la grandiosa idea de Erin. No había pasado ni 20 minutos y yo quería salir corriendo de ahí. Note que no era la única, Himchan también parecía incómodo. Ni Yongguk ni Erin, eran conscientes del daño que nos causaban. De hecho, en ese momento, tampoco éramos conscientes de similares que éramos, Himchan y yo.

La comida estaba servida y comíamos en silencio. Yongguk intentaba romper un poco la tensa atmosfera, preguntando sobre mi trabajo. Por mi parte solo contestaba con monosílabos. Erin presumía de mi trabajo, de mi seriedad y responsabilidad, aun siendo tan joven. Me sentía avergonzada con tales halagos

Erin llevaba un par de cervezas, estaba somnolienta, así que Yongguk decidió llevarla a casa y también decidió que Himchan me llevara a la mía, muy a mi pesar.

El camino fue largo, silencioso. Al parecer Himchan no quería hablar y se lo agradecía. Llegamos a mi edificio, Himchan salió primero, cuando me disponía a bajar del taxi, mi zapato se atoro y casi caigo al suelo. Los brazos de Himchan me protegieron.

Me lleve un susto, no lo niego. Se agito mi respiración y me hice sensible. El aroma a almizcle inundaba mis fosas nasales. Me sentía mareada, ese aroma tan penetrante, tan excitante. Antes de hacer algo de lo que me arrepintiera, me aleje de Himchan, agradecí su ayuda y el haberme traído a casa. Camine directo a la puerta, pero me detuvo. Insistió en acompañarme hasta mi departamento.

Fue tortuoso el camino en el elevador, en ese pequeño espacio, su olor se encerraba. Nublando mi juicio. Tan centrada estaba de no perder la razón, que no note cuando Himchan me llamaba. Me giro hacia él y me miro intensamente. Nuestras respiraciones chocaron y vi por primera vez a Himchan perder la calma.

Sus labios asaltaron los míos. Fui prácticamente azotada en la pared del elevador, mientras sus manos agiles viajaban por todo mi cuerpo. El sonido de mis propios gemidos, me despertó. Lo empuje lejos. Su mirada cambio a una sorprendida. Acomode mi ropa y lo mire acusadoramente.

No estaba tan ebria para caer en su juego, al menos no dejaría que fuera tan fácil. Himchan tenía cierta reputación en su empresa, la cual me toco confirmar un par de veces. El chico era bastante amable con las mujeres, no le importaba la edad de ellas. Varias, suspiraban por él y caían ante un guiño del ulzzang.

Aunque mis hormonas gritaran desesperadamente, que querían ser calmadas por las atenciones de Himchan, no sería yo quien diera el primer paso. No negaba que quería ser tomada por el chico, llevaba varios meses sin nada de acción y Himchan no era alguien a quien se le pudiera ignorar. Tendríamos sexo, de eso no había duda, ambos lo deseábamos. Nuestra disyuntiva, estaba en que, quien diera el primer paso, sería el perdedor y estaría bajo el dominio del otro.

El timbre del elevador, anunciando la llegada a mi piso, fue el detonante para nuestra lucha. Sali sin decir nada, del elevador. Solo sonriendo pícaramente, invitándolo a seguirme. Podía sentir su mirada sobe mi figura. Nunca me he sentido una belleza, pero era consciente que fui dotada de un cuerpo, que para muchos hombre era atractivo. Caderas anchas, cintura delgada, senos medianos. También, sabía cómo usar esos encantos. Himchan no era inmune a ellos y lo note cuando se colocó de tras de mí, frente a la puerta de mi departamento. Yo intentaba abrir la puerta, pero sus grandes manos, ya se habían apoderado de mis caderas. Su cuerpo se pegaba más al mío. Sentir su pene rozando mis nalgas, me hizo perderme por un segundo. Cuando me tranquilice, gire la perilla y lo invite a pasar.

Los juegos acabaron, justo en el momento en que cerré la puerta. Se apodero de nuevo de mis labios. Enredaba mis dedos en su cabello, acariciaba su ancha espalda mientras él hacía lo mismo con mis muslos. El calor aumentaba y la ropa desaparecía con cada paso que dábamos.

Lo empuje directo al sofá y me pose sobre él. Quite mi blusa, quedando solo con mi sujetador negro. Se inclinó hacia mí y sin cuidado, masajeo mis senos, dando pequeños pellizcos sobre la tela. Aquello era exquisito, arqueaba mi espalda, inconsciente movía mis caderas sobre su pelvis, sacando gemidos de su boca.

Nuestras bocas se atacaban, era una pelea por el control. Pasaba mis labios por su cuello blanco, mordiendo su lóbulo, despertando su miembro dentro sus pantalones. Sus manos sacaron mi cinturón y bajaron el pantalón hasta los muslos, jugaba con el resorte de mi bragas y hacia espirales en mi piel.

Me levante para poder sacar también su playera, la tire aun lado y me apodere de sus pezones, lamí, bese ese magnífico cuerpo. Mi recorrido me llevo directo a su pantalón. Con un poco de desesperación lo quite, al igual que su bóxer, quedando solo frente a ese suculento pene. Sin pensarlo dos veces, tome el falo con ambas manos y comencé un vaivén. El rostro de Himchan se descomponía con el placer. Ahora utilizaba mi boca, lamí la punta, haciendo un poco de presión, que logro hacer gemir fuerte a chico. Engullí por completo su pene, arriba abajo, su miembro salía y entraba por completo en mi boca, llegando hasta mi garganta. Ese sabor, amargo, metálico, me excitaba. Ya estaba muy húmeda y deseosa. Con mi mano derecha, masajeaba mi propio clítoris.

-          Voy a venirme

 Me dijo y saque su pene de mi boca. Cuando el semen brotaba, lo chupe. Tan cálido, tan espeso, tan sucio, pero me gustaba. Aun después de eyacular, su pene seguía erecto y yo aún seguía caliente. Me sentía superior, pensé que lo había dominado, pero todo era parte del juego. Ahora él tenía el control, invirtió las posiciones y me arrojo al otro lado del sofá. Sin cuidado quito toda mi ropa y se desprendió también de la suya. Yo lo miraba desde abajo, fascinada, curiosa de lo que haría. Se arrodillo frente a mí, tomo mis tobillos y alzo mi parte baja, quedando mi clítoris a su disposición.

Sus labios, esos carnosos labios, chupaban mis labios vaginales, me sentía en el paraíso. Su húmeda lengua se adentraba en mi vagina y sus dedos juguetea con mi clítoris. Era una mezcla de emociones que me desorientaban. Mis piernas eran separadas cada vez más, intentando llegar más dentro de mí. Necesitaba más y moví  caderas exigiendo más.

Su lengua fue sustituida por sus dedos, se sentía tan bien. Arqueaba mi cuerpo, intentando más contacto. El movimiento frenético en mi clítoris, me llevo al extremo y a venirme, soltando un fuerte suspiro, contrayendo mi vientre y relajando mis piernas. El aire me faltaba, mi pecho subía y bajaba. Había sido genial.

Aun no me recuperaba cuando ya estaba de nuevo de pie. Me acerco a su cuerpo, sujetándome de la cintura. Aunque era más alto que yo, hice lo posible para que su pene quedara entre mis piernas y de inmediato, comencé un movimiento de adelante y atrás, aprisionando entre mis piernas su miembro. Sonreí cuando me di cuenta la tortura que era para él.

-          Mételo

Le susurre en el oído y sin pensarlo, me sentó en el sillón, tomo mis piernas, las doblo sobre mi pecho y las ladeo. Se posiciono justo en la entrada de mi vagina y de una sola estocada me penetro.  En la posición en que me encontraba no podía hacer mucho, así que solo deje que él me penetrara tanto como quisiera. Sentir sus testículos rozando mi entrada, su miembro palpitante y sus manos gruesas, me llevaron a un lugar, que no podría decir que era el paraíso, pero si  uno muy cercano.

Más fuertes fueron sus estocadas, el sudor se deslizaba por nuestros cuerpos. Jadeante, Himchan eyaculo fuera de mí, justo en mis nalgas, lo que me hizo venirme también. Lo atraje a mí, y lo abrace. No era como que solo por el mejor sexo que había tenido, ya me hubiera enamorado de él.

Mordisqueaba el lóbulo de mi oreja y rasguñaba mi espalda. Oh si, Himchan estaba recargado y quería el segundo round. Por mi parte, por supuesto que no me iba a negar.

El tiempo se fue rápidamente y sin darnos cuenta, amaneció. Él se duchaba, mientras yo acomodaba el desorden de la sala. Me agache para recoger las almohadas tiradas. Unas manos traviesas tomaron mis caderas, haciéndome levantar. Gire y vi curiosa a Himchan. Su sonrisa pícara me dijo lo que quería, eso y su miembro que sobresalía de la toalla que cubría su parte baja. Tire de la toalla y está cayo, lo mire desafiante. No cabe decir que las almohadas terminaron de nuevo en el suelo.

I Need You (B.A.P.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora