I Need You (B.A.P.)

Capítulo Especial 1 - Reconciliación (Daejae)

Este es un pequeño regalito de mi para ustedes, es más para las shippers del Daejae, pero aun así se les gustara a todas XD Este capitulo tiene lemon, así que si no les gusta, pueden omitirlo, no afecta el desarrollo de la historia. Espero para el domingo tener ya el siguiente capitulo.Gracias por leer y, nos vemos pronto. Iquichan

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Mis brazos rodean su cuerpo, lo estrujo tan fuerte al grado de sofocarlo, pero aun así él no me rechaza. Muy al contrario, se acerca más y más, hasta que nuestras erecciones rozan. Cada toque de su pene, hace que el mío reaccione, la ropa empieza a estorbar. El beso en cual nos hemos sumergido, sigue, tomamos un poco de aire, pero inmediatamente nuestros labios se conectan de nuevo, somos como imanes.

La desesperación de ambos, era producto del temor que sentimos al creer que lo nuestro había acabado. Mi tonto orgullo y malditos celos, estuvieron a punto de llevarme a perder lo más valioso, hasta ahora de mi vida. Cuánta razón tenía Jess noona, somos todo un caso.

Pero no pienso perder más tiempo, quizás no pueda gritar a los cuatro vientos, que este hombre que ahora está en mis brazos, es la persona que amo, pero al menos, no perderé el poco tiempo que tenemos a solas, para decirle lo importante que es para mí.

Nuestros gemidos se ahogan en la garganta del otro. Nuestras lenguas, han comenzado una danza de poder, lujuria y pasión. La ropa poco a poco va desapareciendo. Mis manos recorren su suave piel. Su cuello, sus hombros, su espalda, todo ahora me pertenece. Deslizo mi mano a través de su pantalón, presiono la carne de su trasero,  su erección cada vez es más evidente.  Bajo su ropa e introduzco un dedo en su ano. Sus piernas tiemblan y lo sujeto con mi brazo libre.

Lo conduzco a la cama, me posiciono sobre él y lo beso de nuevo. Baño de carias y besos su cuerpo, muerdo su cuello, dejando una leve marca. Presiono uno de sus rozados pezones y arquea su cuerpo, chocando contra el mío, lamo el otro. Me tomo mi tiempo, se lo sensible que es esa parte de él. Escuchar sus gemidos ahogados, me enciende, no aguanto más.

Lamo su abdomen, llego al ombligo y lo penetro con mi lengua, luego sigo mi camino. Su erecto y perfecto pene está a mi merced, no dudo más y lo engullo. Empapo con mi saliva, toda su extensión. Saboreando sus jugos y perdiendo la razón.

Escucho mi nombre salir de su dulce boca, me excita más oír esa voz quebrándose de placer. Vuelvo a penetrar su ano con un dedo, trazo pequeños círculos en su interior, necesito prepararlo o le dolerá. Dos dedos, hasta tres, el jamás exclama un quejido de dolor, solo gemidos.

Siento ya su agujero suficientemente dilatado, me pongo entre sus piernas y antes de penetrarlo, lo beso delicadamente, enjuago las lágrimas de sus ojos y entro de una sola estocada. Su cuerpo se arquea.

En este punto, la excitación es tanta, que mis estocadas son rápidas y profundas. Sus paredes aprietan mi pene, envolviéndolo en un calor inexplicable, nubla mis sentidos, solo puedo, dejarme llevar por el placentero momento. Necesito entrar más, llevo una de la sus piernas a mi hombro y sujeto la otra, soparándolas más. Por un segundo soy consciente de él y dudo en seguir con aquel ritmo, pero mis dudas se despejan al escuchar sus demandas por más. Su rostro sonrojado y sudado son el mejor espectáculo para mis ojos.

Siento sus uñas clavándose en mis nalgas, el ardor de las marcas me excita, no sabía que era masoquista. Sus paredes se contraen, sus gemidos son más fuertes. Aprieta mi pene y eyacula entre nuestros cuerpos. Su cálido semen en mi estómago, es lo último que necesito para también eyacular en su interior.

Nuestras respiraciones son rápidas y erradas. Caigo pesadamente a su lado. Hago a un lado los mechones de su frente, su cabello esta empapado. Le beso en la mejilla y él sonríe. Con dificultad, se levanta para poder limpiarse. Mi semen, escurre de sus piernas. Mira inocentemente entre ellas, como si quisiera que todo lo que he dejado en su interior salga. Es una vista sublime, mi pene despierta de nuevo.

Lo jalo hacia mí, cae sobre mi erección y suelto un gemido, que suena más a un gruñido. Sabe que es lo que quiero, mueve sus caderas sobre mi despierto pene. Así como llega a ser un ser inocente, también es un demonio que sabe qué puntos tocar para despertar mi lado salvaje. Nos envolvemos en una lucha por el poder, nos besamos, acariciamos. Levanta su torso y me mira lascivamente. Introduce mi pene en su ano, jadea, dejando salir un hilo de saliva.  Mi pene vuelve a ser presa de sus paredes estrechas y calientes. Empieza brincar sobre mí, sus nalgas golpean mis piernas en cada estocada, y sus pene se sacude frente a mí, seduciéndome. Lo tomo entre mis manos y las muevo de arriba abajo, lo masturbo y se endurece más.  Llega el orgasmo y por segunda vez eyacula, esta vez sobre mi pecho, salpicándome incluso en la cara. Está cansado, su ritmo disminuye, pero yo aún no he terminado. Tomo sus caderas y le ayudo. Unas estocadas más y mi semen, resbala por su agujero.

Abro mis brazos para recibirlo, beso su nuca y acaricio su espalda. Le acomodo a un lado mío y cubro su desnudo cuerpo con las sabanas. Si nos han escuchado, me importa muy poco, porque lo único en mi mente es él. Su respiración se normaliza, sus ojos se han cerrado, ha caído dormido. Lo miro un rato, pensando en que algo muy bueno habré hecho en mi otra vida, para merecer a alguien como él. Murmura algo dormido, acerco mi oído a su boca – te amo, Daehyun – solo con algo así de simple es capaz de hacerme dibujar una sonrisa en mi boca. Apego más el cuerpo de Youngjae a mí y dejo que el sueño también me invada.