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Harry Styles se dirigía en su coche por el sinuoso camino que llevaba al rancho de su hermano, preguntándose qué diablos estaba haciendo allí en medio de aquel desierto cuando tenía más de una docena de proyectos esperándole en su despacho de Dallas. Pero Travis nunca le había pedido nada, no tenía alternativa. Por alguna razón que no acertaba a comprender, parecía ser muy importante para él tener ese año a toda la familia reunida en el rancho el día de Acción de Gracias. Y no sólo para compartir la tradicional comida, sino todo el fin de semana.

Sin duda, debía ser una razón muy especial. Travis había invitado incluso a la familia McCord. Hacía mucho que los Styles y los McCord no se sentaban juntos en una misma mesa, pero al parecer las cosas estaban cambiando.

Sin saber cómo, vino a su mente la imagen sonriente de ____ McCord. Sí, definitivamente las cosas estaban cambiando. Sintió entonces un dolor en el estómago. Aún no sabía lo que había salido mal entre ellos, pero después de varias semanas sin que ella respondiera a sus llamadas telefónicas ni a sus emails, se había resignado a dar por terminada su relación. Cierto que había sido ella la que había tomado esa decisión, pero no era menos cierto que él se había acercado a ella con engaños y, de alguna forma, se había sentido culpable de ello.

A decir verdad, aún se sentía culpable. Había sido idea suya salir con ____ McCord para averiguar los planes de su familia con relación al diamante Santa Magdalena. Había sido un plan fruto de la desesperación y condenado al fracaso desde el primer momento.

Y ese sentimiento de culpabilidad se había ido acrecentando conforme la había ido conociendo mejor y tomándole más afecto. Así que, al dejar de contestar ella a sus llamadas, casi se había sentido más aliviado que desconcertado.

Ella estaría mejor sin él.

Y él sin ella. Si decidía presentarse en casa de su hermano el día de Acción de Gracias, él se mostraría afable y cortés con ella, pero manteniendo las distancias. Aunque hubiera significado algo en su vida, todo había terminado.

O al menos así lo creía, hasta que llegó a la casa, entró en la cocina y la encontró en brazos de su hermano.

—Vaya, esto es lo que yo llamaría una escena enternecedora —dijo entre dientes, con la mandíbula apretada y los puños cerrados.

Se apartaron al oírle entrar y fue entonces cuando Harry se dio cuenta de su error.

No era ____ la que abrazaba a su hermano, sino Paige, su hermana gemela.

Por supuesto que no era ____. No, no podía ser ella. Incluso antes de darse cuenta de que era su hermana, debería haber comprendido que ____ no era de ese tipo de mujeres que va de cama en cama con cualquier hombre. De hecho, la suya había sido la primera y la única en la que había estado.

Pero ella le había arrojado de su vida.

¿Por qué tenía que importarle tanto entonces el que pudiera estar con otro?

No debería. Pero así era.

—No quiero interrumpir —se disculpó, más relajado.

—Has llegado muy temprano —le dijo Travis a su hermano con una sonrisa.

—Puedo salir y volver más tarde.

—No hace falta —aseguró Travis, tomando de la mano a Paige—. Supongo que conoces a Paige McCord.

—Me alegra verte de nuevo, Paige —dijo Harry inclinando la cabeza.

—Me gustaría poder decir lo mismo —respondió ella con frialdad.

Harry miró a su hermano sorprendido, con las cejas arqueadas, pidiendo una explicación. Travis negó con la cabeza, pero él no estaba dispuesto a pasar por alto las palabras de Paige.

Seduccion FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora