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"Los niños acabaron el entrenamiento y tenían su hora de juegos. Cada uno hacía algo a su gusto, era un pequeño momento de paz. En la habitación de la octava, se encontraban el quinto y la séptima, disfrutando tranquilamente de las melodías que creaba la última.

—Y de esa forma lograrías viajar, supongo— dijo Ocho con una amplia sonrisa.

—Chicos, ya me voy— se despidió Vanya de ambos, no quería continuar de violín, literalmente.

—Muchas gracias, Vanya— habló sinceramente la otra chica al ver cómo salía de la sala.

—¿Qué crees que diga papá?— preguntó el chico recargándose en la cama.

—Ni idea, quizá diga que necesitas más tiempo— respondió ella encogiéndose de hombros —Como sea, no deberías retarlo.

Silencio fue lo siguiente, no era incómodo, se miraron atentamente por unos segundos, hasta que la chica estalló en risas nerviosas.

—No me mires así, Cinco— pidió cubriéndose el rostro.

—¿Cómo?— cuestionó divertido quitando las manos de su cara —¿Así— bromeó mirándola "intensamente".

Inesperadamente para el joven, Ocho lo abrazó feliz.

—¿Sabes, Cinco?— dijo ella en voz baja —Quiero a mis hermanos, pero a ninguno como a ti.

—¿Entonces me quieres?— trató de parecer despreocupado, pero el tono rojizo de sus mejillas indicaba otra cosa.

—Sí. Nunca lo olvides, ¿está bien?— se separó y le dedicó otra sonrisa.

Cinco sólo asintió, con el corazón muy acelerado.

...

Ya había pasado un mes de la desaparición de Cinco, la apariencia de (T/N) era triste. Los entrenamientos que solían emocionarla, ya no eran más que competencias consigo misma. Ben solía escucharla por las tardes, cuando nadie más hablaba.

Con los ojos cristalizados, observaba el retrato de ambos colgado sobre la chimenea. El sofá parecía incómodo a su perspectiva, pero no tenía muchas ganas de hacer algo. Vanya se le acercó dubitativa, quería decirle algo.

—(T/N)— le llamó —Hablemos.

Con desdén recibió la mirada brillante por las lágrimas, recibiendo un asentimiento leve por parte de la chica. La recién llegada se sentó frente a su hermana, se sentía nerviosa por no saber qué reacción tendría Ocho a su propuesta.

—He hablado con Allison. Creo que sería mejor que olvides a Cinco— habló finalmente.

La cabeza de la chica giró en cuanto Vanya terminó, no podía creer que realmente le estuviera diciendo eso.

—¿Disculpa?— dijo casi sin voz.

—(T/N), es lamentable verte así todos los días. Además, Allison dijo que están cansados de ti en los entrenamientos, no cooperas y los completas sola. Es por tu bien, si olvidas a Cinco seguirás igual que siempre.

—Me parece ofensiva tu propuesta, quiero creer que es buena tu intención, pero me opongo completamente— respondió Ocho con paciencia arrugando el borde de su falda.

—Sabía que no aceptarías, ¡Allison!— habló más alto, provocando que la de rizos llegara al lugar —Ocho, estás siendo una carga para esta familia, papá lo dijo.

—Irónico que tú te atrevas a decir esa clase de cosas— se defendió con la mano en la frente —Esto es ridículo.

—Lo siento. Oí el rumor de que olvidabas a Cinco— susurró en la oreja de la octava.

Aphaty | Número Cinco Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora