Pov Sherman
Me encontraba durmiendo profundamente hasta que escuché ruidos en mi habitación, levanté mi cabeza para echar un vistazo pensando que era el tontuelo de Tim teniendo pesadillas otra vez pero mi sorpresa fue que no era él sino el señor Peabody.
Estaba buscando algo y ese "algo" era Tim lo deduje porque al parecer no se encontraba en su cama. Al ver que estaba despierto el señor Peabody se acercó a mí, su rostro reflejaba mucha preocupación.
Sherman ¡¿no has visto a Tim?! - me preguntó preocupado.
Ah... no, se supone que estaría aquí durmiendo en la misma habitación que yo - contesté indiferente.
¡No está aquí! me levanté temprano y decidí echarles un ojo pero cuando miré por la puerta solo estabas tú, la cama de Tim estaba vacía, ya lo busqué en la cocina, en el baño, el la sala, en la habitación de instrumentos pero no lo encontré y.... - dijo el señor Peabody y repentinamente se detuvo.
¿Que pasa señor Peabody? - pregunté.
¡La máquina del tiempo! - dijo exaltado y salió corriendo de mi habitación, lo seguí.
Llegamos al lugar donde se hallaba la máquina del tiempo y al abrir la puerta que conducía a está, nos quedamos atónitos, la máquina del tiempo no estaba allí.
¡¿Que?! ¡no puede ser! ¡¿le mostraste la máquina del tiempo a Tim?! - dijo el señor Peabody y de asustado pasó a enojado.
No señor Peabody yo no lo hice - le contesté.
No hay nadie más en la casa, así que solo pudiste hacerlo tú - dijo molesto.
¡Yo no lo hice señor Peabody! - contesté, no podía creer que no confiaba en mi palabra.
Ay justo está pasando lo mismo que pasó con Penny, pero está vez no habrá otra catástrofe como aquella vez, sigueme - dijo y nos fuimos del lugar.
Pero ¿como vamos a encontrar a Tim? se llevó la máquina del tiempo, no hay otra manera de viajar en el tiempo - le dije al señor Peabody.
Claro que la hay - me contestó el señor Peabody y nos paramos enfrente de una extraña puerta la cual el señor Peabody me había prohibido entrar hace unos meses.
El señor Peabody abrió la puerta y me sorprendí mucho, detrás de esta había una habitación igual a la de la máquina del tiempo; con un fondo negro y al final otra máquina del tiempo solo que de color azul.
Wow ¿construyó otra máquina del tiempo? - pregunté asombrado.
Sí - contestó.
¿Porqué? - le volví a formular otra pregunta.
Por si tomabas la otra máquina del tiempo, como no habría otra forma de viajar en el tiempo para buscarte hice ésta, además tiene todos los datos de la otra máquina, asi que no será difícil saber a que lugar y tiempo fue Tim - contestó el señor Peabody con su clásico tono que hacía cuando decía algo inteligente.
¿Cree que yo iba a usar la máquina del tiempo sin su permiso? - dije.
Después de lo que pasó con Penny decidí prevenir - contestó el señor Peabody, tenía razón y motivos para hacer esa segunda máquina.
Nos dirigimos hacía la máquina, al igual que con la primera máquina se formó una plataforma debajo de nuestros pies pero de color azul.
Llegamos a la máquina, entramos y el señor Peabody la encendió.
Según los datos que nos muestra la máquina la máquina anterior está en 1789 en la época de la revolución francesa, será mejor que nos apresuremos antes de que puedan llevar a Tim a la guillotina.
El señor Peabody apretó unos botones y después uno más grande de color rojo que era para confirmar el tiempo al que queríamos ir.
Ya al pasar el viaje llegamos a Francia en el año 1789, era la segunda vez que el señor Peabody y yo viajabamos a ésta época, el señor Peabody ocultó la máquina detrás de unos árboles y salimos al exterior con ropas de ese tiempo.
¿Y donde cree que puede estar ese tonto de Tim? - pregunté al señor Peabody.
Sherman no es momento ahora para insultar a Tim - dijo el señor Peabody con el ceño fruncido.
Bueno no es tonto - dije rodando los ojos.
Lo más seguro es que este en el Palacio de Versalles, vamos - dijo y nos dirigimos al palacio.
Llegamos y todo parecía igual como la primera vez que el señor me había traído a conocer este lugar, una fiesta, personas hablando y seguro María Antonieta comiendo pastel hasta no aguantar más.
Solo espero que lo encontremos antes de que pasé lo peor - dijo el señor Peabody, parecía que se preocupaba mucho por Tim como se preocupaba por mí cuando estaba en peligro.
¡Pastel! ¡y de muchos sabores! ¡justo lo que me encanta! - se escuchó una voz femenina que conocíamos.
Vaya, no sabía que le encantara tanto el pastel, si come demasiado le dará un dolor de estómago - se escuchó otra voz conocida pero masculina y parecía la de un niño de siete años y medio como yo, el señor Peabody se sobresalto y miró en dirección a las escaleras de el salón ahí estaba María Antonieta comiendo pastel y junto de ella la persona que buscábamos; Tim mirandola asombrado.
Corrimos hacía él y al darse cuenta de nuestra presencia ahí Tim nos miró sorprendido.
¿Señor Peabody? ¿como llegaron aquí? - preguntó Tim sorprendido.
¡¿Como pudiste tomar la máquina del tiempo y usarla para venir hasta aquí?! si no hubiera fabricado una segunda máquina del tiempo pudimos perderte para siempre - le dijo el señor Peabody a Tim muy molesto.
Yo... bueno... tuve curiosidad y apreté algunos botones, y después de unos minutos estaba aquí y con esta extraña ropa puesta - contestó Tim.
El señor Peabody volteó su vista hacía mí, no se veía nada felíz.
Nos vamos a casa y tú Sherman vas a tener problemas cuando lleguemos - me dijo el señor Peabody muy enojado.
Espere señor Peabody Sherman no tuvo nada que ver en esto - dijo repentinamente Tim.
El señor Peabody lo miró con extrañeza.
¿Que quieres decir? - le preguntó el señor Peabody.
Si tiene que enojarse con alguien es conmigo, yo supe de la máquina por Penny, ella fue quien me dijo de su existencia y yo por curiosidad fui quien la uso, Sherman no tiene la culpa de nada - contestó Tim y me quede sorprendido de que me defendió.
Entonces ¿fue Penny la que te dijo de la máquina del tiempo? - preguntó el señor Peabody.
Así es - contestó Tim.
Bien, por ahora estás salvado Sherman pero tú Tim vamos a tener una discusión al llegar a casa - dijo el señor Peabody más tranquilo.
De acuerdo - dijo Tim sin mucha preocupación, creí que se angustiaria por tener problemas pero no, parecía normal, estaba aceptando su error.
Estábamos dispuestos a retirarnos del palacio pero de repente escuchamos el sonido de un vidrio rompiéndose y vimos como un ladrillo ya conocido cayó a uno de los pasteles de María Antonieta y los invitados presentes se sorprendían.
Oh no - dije.
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Sherman x Tim | Del odio al amor
PertualanganAdvertencia: no entres aquí si no quieres morir de cáncer en los ojos XD Llega el verano el pequeño Tim por ordenes de sus padres tiene que pasar las vacaciones en casa de un perro parlante y su hijo adoptivo, no le gusta la idea, se verá obligado a...