III

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Capítulo III: La fiesta

'Tus acciones demuestran de que esta hecho tu corazón'

Anónimo

___

Ese día se había enterado de una cosa, que tal vez, solo tal vez, el azabache pueda convertirse en un verdadero amigo.

¿Cómo saco estas conclusiones? verán... 

- Que haces aquí? te dije que hoy va a haber una fiesta importante, no tengo tiempo para jugar contigo! - bufo enfadada, pero el azabache no le hizo caso y saco la lengua con ojos llenos de aburrimientos 

- Estoy aburrido, así que pensé '¿por que no visitar a mi esplendida amiga y acompañarla a la fiesta?' - decía mientras se encogía de hombros - No me agradezcas! se que estas conmovida por tener tan esplendido amigo! - se halago a si mismo con una esplendida sonrisa

- Tu... maldito idiota - murmuro, el ojirubí por dentro estaba emocionado, ya que los ojos de la cara muerta de Athanasia tenían un destello de furia en sus pupilas, y eso era una buena señal. 

Hace una semana había logrado hacerla feliz llevándola a ese jardín de rosas, pero desde entonces había sido sumamente difícil despertar sus emociones, y únicamente destellaban curiosidad, que aunque era bueno, no era lo que quería.

"Al fin muestras otra expresión que no sea curiosidad" pensó mientras sonreía por dentro

- En primer lugar, como vas a asistir? ni siquiera tienes estatus social, sin ofender - exclamo, pero lo ultimo lo murmuro, Lucas en esa semana se había enterado de muchas cosas de aquella chica, una de ellas era que a Athanasia no le gustaba las distinciones de clases y a sus ojos todos eran completamente iguales. Y eso era una de las cosas que le gustaba de ella.

- Claro que tengo! soy el sub-líder de la torre de los magos y muy pronto el mago imperial - sonrió burlón, la rubia se quedo algo sorprendida

- Vaya, pero, no se vera mal que alguien como yo vaya con alguien como tu? digo, vas a ser alguien importante - se mostro incomoda ya que para la de orbes gema su diferencia era mucha, Lucas sería alguien respetado y poderoso, ella solo tenía el título de princesa que no le servía mas que para que los nobles no la hicieran de menos y la trataran con respeto, y a duras penas podía conseguir eso. 

- Mh, por que preguntas? eres la princesa imperial de Obelia, el sol naciente de este imperio, y yo como futuro protector de estas tierras, no sería lo mas lógico que estemos juntos? - Respondió el de orbes carmín entendiendo su miedo - no te preocupes, no creo que digan algo, que lo intenten - lo último sonó muy pero muy amenazante, tanto que estremeció un poco a la de ojos muertos.

- Tu ganas, pero no te metas en problemas, lo último que quiero es... - trago saliva de tan solo pensar en lo que su padre podría hacer si ella se metía en problemas. - no importa - musito mientras tomaba unas zapatos cómodos

- Que es a lo que le temes? - pregunto, el mago había notado que la rubia no tenía miedo a nada excepto a algo desconocido para el, no teme hacerle frente a un duque si es sumamente necesario, pero había algo a lo que ella le temía, algo que de tan solo pensarlo le hacía estremecerse, por lo que el ojirubí tenía mucha curiosidad que era lo que la tenía tan aterrada - Que es lo que te causa tanto miedo? - interrogo nuevamente

- No es nada - negó desviando la mirada -hay cosas que son mejor dejarlas ocultas, no lo crees?

- Aún no confías en mi lo suficiente no? - interrumpió cansado, prefería que le dijera la verdad que buscara excusas

- Si confió, pero... es mejor tener ocultas mis debilidades no? ellos piensan que no tengo debilidades, o al menos no emocionales, pero solamente tengo una, y es mejor que quede oculta - murmuro - lo siento, pero, me cuesta confiar 

- Entiendo - estaba algo dolido, pero no se rendiría, además solo habían pasado una semana juntos es obvio que sea tan desconfiada.

- Tengo que ir a las clases de baile, adiós! - se despidió, el mago luego de verla irse suspiro y chasqueo los dedos para irse

...

- Sabes bailar no? dime que sabes bailar! - rogaba la rubia mientras estaban a unos pasos de entrar al salón de baile 

- Claro! por quien me tomas? - dijo burlón mientras rodaba sus ojos - vamos! será divertido jugar un poco con esos tontos nobles - tiro de la mano a la rubia, las puertas se abrieron y se escucho

- Con ustedes; La Princesa Imperial Athanasia De Alger Obelia! Sol naciente de Obelia y el futuro Mago Imperial, futuro protector de nuestras tierras Lucas! - anuncio el presentador, todos voltearon atónitos, la miradas se fijaron en la pareja que se había presentado, todos estaban sorprendidos por ver al futuro gran mago, el mas poderoso de el Imperio, acompañado por la princesa bastarda a la que nadie quería, vaya contradicción.

Athanasia sentía todas esas miradas sobre ella, lo que la hizo sentir algo incomoda, solo tenía 10 años, pero para su corta edad ella sabía muchas cosas, como no hacerle caso a las miradas por muy insistentes que sean, también que no podía confiar en nadie ya que todos los nobles son dobles caras. Pero en el momento de que sintió una mirada fría sobre ella olvido todo lo aprendido y sus reglas, y desvió sus ojos hacía esos ojos que la miraban con desprecio y frialdad, unos ojos imperiales que pertenecían a su progenitor, vio la silueta de su padre mirándola indiferente y algo sorprendido por su acompañante, trago saliva y de nuevo volvió a ser esa Athanasia, aquella que anhela el amor de su padre, aquella alegre, sensible, inocente e ingenua niña, aquella niña que odiaba con todo su pequeño cuerpo.

Lucas podía verlo, los ojos antes muertos de su acompañante ahora estaban llenos de vida y lleno de pensamientos positivos y negativos, el de hebras negras desvió la mirada hacía quien Athanasia miraba con tanto anhelo, y se encontró con el salvador de Obelia, se sorprendió, ese idiota que era su padre podía devolver esa mirada muerta a la vida? si era así estaba perdido.

- Athanasia, hay que bajar - murmuro sacándola de sus pensamientos, la de orbes gema despego la mirada de Claude y su mirada volvió a ser una muerta, pero el de ojos carmines vio una pizca de agradecimiento dirigida a el, cosa que le alegro un poco.

Bajaron las escaleras, no muy lento pero no tan rápido, todos susurraban entre si, sin duda nuevos rumores se difundirían de nuevo, pero a ese par no le importaría ni un poco.

- Athy, disfruta esta fiesta ok? - pidió el mago

- No creo que pueda - musito cabizbaja

- Me asegurare de que la disfrutes, bien? es una promesa! - prometió seguro, la rubia lo miro a los ojos y con felicidad en sus ojos asintió

- Esta bien 

Pero esa fiesta estaría llena de sorpresas

Y algunas no muy buenas

Muñeca de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora