C A P Í T U L O 1

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La rutina era algo a lo que Reborn se había acostumbrado por las mañanas, incluso si no había dormido. Desayunar algo simple, pero no hecho por él, sino que prefería gastar en alguna cafetería, lugar donde podría conseguir un periódico o una conexión WiFi decente e investigar sobre sus casos, incluso buscar alguno. 

Esa mañana recibió un correo de un colega en la policía, un posible caso de los suyos había aparecido y hasta el momento nadie había conseguido ninguna pista. En la última semana habían aparecido tres cuerpos incinerados en su totalidad, según los datos del forense habían sido quemados al instante y sin ningún químico, así que el causante debía ser un superhumano con habilidades de Fuego. Recibió los informes de los cuerpos y el último fue encontrado detrás de un restaurante popular, Karma, un lugar con la comida más selecta, los vinos más caros y finos y con el servicio más atento de cualquier personal, él incluso llegó a visitarlo un par de ocasiones cuando necesitaba quedar con alguien importante o quería despejarse de la horrible ciudad que vivía.

Dentro el restaurante era aún más lujoso, un bar al fondo con repisas de cristal donde se exhibía el alcohol y la barra de algún material reluciente que permitía lucir a cualquiera. Las mesas y la clientela se matizaban perfectamente, un lugar de ensueño.

No llevaba ninguna orden para un interrogatorio, jamás llevaba una, en más de una ocasión aprendió que intimidar al otro era mucho más efectivo que un papel, pero apenas entró y ordenó a la chica de Hostess que le llevara con el encargado empezó a tener problemas.

— El Gerente se encuentra ocupado, todas sus citas son bajo agenda. Deberá pedir una cita. — La chica era rubia, ojos castaños y una sonrisa amable, pero sus palabras eran firmes.

— Vengo de la puta Comisaría, o hablo con él, o me encargo de clausurar este chiquero. — Amenazó. — Está obstruyendo una investigación, señorita.

— ¿Tiene una orden? — Aún con una sonrisa preguntó, y siguió hablando. — Sé lo que intenta hacer, pero sus reuniones son ajustadas y todo se lleva por citas previamente organizadas. Sin una orden de un juez, no tiene ningún poder sobre este restaurante.

— Vuestro restaurante está involucrado en la escena de un asesinato, ni siquiera deberían estar en servicio.

— ¿Me recuerda dónde fue encontrado el cuerpo?

— El edificio en obras, justo detrás-

— Ah, vaya. Pero que desafortunado, pero Karma no es dueño de ese espacio. Aún necesita una orden. — La sonrisa permaneció en su lugar.

Reborn estaba harto y había gente detrás de él mirándole mal por retrasar su ingreso, e incluso algunos más atrevidos le comenzaron a gritar que se diera prisa y dejara de atrasar la fila.

— Esto no se quedará así. Y traeré la maldita orden de mierda.

Se retiró molesto y ordenó a su contacto conseguirle una orden para entrar al establecimiento y poder interrogar a los empleados, incluso poder buscar pruebas.

Dentro del Restaurante Lana podía respirar con tranquilidad, y Alexa se acercaba hacia ella inmediatamente.

— ¿Y ese sujeto?

— Un detective, quería hablar con el Gerente.

— ¿Y lo corriste?

— Le pedí una orden. — Comentó sonriendo con más suavidad. — Y le dije que Lolito tenía una agenda ajustada, que necesitaba primero una cita.

— ¿Agenda ajustada? — Preguntó Alexa mientras evitaba soltar una carcajada. — Si Lolito no hace nada, todo lo hace Mangel.

— Pero ese sujeto no lo sabe.

Heroes | Rebornplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora