C A P Í T U L O 4

2K 310 205
                                    

Para cuando Auron reaccionó podría ser demasiado tarde y debía actuar rápido. Sin darse cuenta había avanzado más de lo que creyó y alcanzaba a oír la grave voz del detective.

— ¿Y saben que hice con él? Lo tomé del cuello y lo dejé abandonado en una sanja. Aunque la policía lo encontró a la mañanas siguiente, pero fue un buen día. — Cinco hombres terminaron riendo alrededor de Reborn.

— Ostia, no… — Susurró Auron.

— ¿Qué?

— Él está aquí. ¿Luzco bien?

— ¿Qué? — Aquella pregunta tomó desprevenido al más alto.

— ¿Sabes la imagen que le daré si parezco un pandillero en este lugar?

— Pero si vistes como un aburrido.

— ¿Disculpa? Yo no soy un arcoiris andante. Me gusta ser discreto.

— Lo discreto es aburrido, tienes tantos colores que pueden quedar bien contigo.

— Lo que sea, hay que tratar de irnos sin que nos vea, ¿De acuerdo?

— Ajá…

— Vas primero.

Perxita avanzó a paso ligero y despreocupado, y Auron trató de imitarlo andando detrás de él. Aunque por extrañas circunstancias su mirada no podía despegarse de la silueta del detective, lo veía usar una chaqueta de cuero negra y debajo no podía faltar una camisa negra y la corbata del mismo color, los lentes oscuros que a su parecer le quedaban de puta madre a pesar de estar en un interior en plena madrugada, cualquier otro se vería como un gilipollas, pero a él lo hacía parecer genial. Ya estaba a punto de salir, creyó que lo había logrado hasta que el detective cruzó su mirada con él, entonces supo que estaba jodido.

— Disculpen, caballeros. — Reborn se alejó del grupo y se acercó confundido hacia el Chef. — Pero mira a quién tenemos aquí.

— Eh, no esperaba verlo aquí.

— Ni yo a ti. ¿Qué haces tú aquí? No es un lugar para un par de humanos como vosotros.

— Nosotros…

— El dueño es amigo nuestro, venimos de vez en cuando a verle. — Perxita se apresuró a contestar.

— Pero que descortés soy. Soy Reborn, cazarecompensas. — Extendió su mano al más alto, manteniendo el papel que se esforzaba por aparentar.

— Perxita, su mejor amigo. — Señaló a Auron y correspondió al saludo de manos.

— ¿Les apetece hablar en otro lugar más… privado?

Perxita tomó la iniciativa y asintió, siendo seguido por Reborn y finalmente por Auron, el cual hizo un gesto muy sutil de molestia. Tenía planes para esa noche ahora que tenía más información, pero no podría hacer nada si Reborn seguía tapando su paso, ahora mismo quería estar de camino al metro, tenía más amigos ahí y podría encontrar ayuda.

Los tres hombres caminaron por las calles de Barcelona, un poco solitarias y apenas iluminadas por las iluminarias públicas. Perxita entró a un callejón solitario aún más oscuro que el resto de la calle y hasta entonces los tres se permitieron hablar. Aunque más bien fue Reborn quién tomó todas las palabras.

— ¿Eres tonto? — Reborn sujetó a Auron de la camisa y lo acorraló contra una pared. Si no fuera por Perxita de tercera rueda, cualquiera que pasara pensaría cosas poco cristianas.

— A veces. — Respondió sorprendido por la acción.

— Ese bar está lleno de la escoria de los Super, para ellos eres un juguete. ¿En qué mierda pensabas?

Heroes | Rebornplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora