C A P Í T U L O 13

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Después de hablar sobre Magma, Reborn solicitó a alguien que pudiera entender al gato, aunque le costó conseguir ese favor, al final logró convencer al comisario de encontrar un super que hablara con los animales. Después de todo, su investigación no era la más importante, ni la más relevante según algunas emisoras en televisión.

Mientras esperaban por el traductor, Reborn permaneció observando los casos que escogió por creer que podrían tener sentido con su investigación, el problema era que uno de esos casos era llevado por otro detective con el cuál había tenido bastantes "malentendidos"; claro que acusar al otro de corrupción no era poca cosa.

Raptor solía llevar los casos que Reborn solía dejar de lado, su especialidad eran aquellos casos que pudieran involucrar bandas organizadas, ya sean drogas o asesinatos por desacuerdos entre estas. Pero recientemente había sido apresurado a resolver el suicidio de una senadora, lo que realmente no tenía sentido a no ser que hubiera alguien muy seguro de que no había sido así. Pero pese a su trabajo, Reborn en al menos cuatro ocasiones le había acusado de ser corrupto, de no hacer bien su trabajo y trabajar sucio. Aunque estas discusiones eran casi ignoradas, pues casi todo el mundo era consciente de que Reborn tenía una gran desconfianza hacia los super, y Raptor era uno.

— ¡Gato de mierda! — Soltó Auron al darse cuenta que la bolsa donde venían los perritos calientes estaba vacía. — Eres un gordo. No entiendo cómo has comido tanto, la verda'.

— Te dije que era un capullo. — Habló Reborn distraído leyendo los casos.

— No tiene respeto por los bienes ajenos.

El gato lo miraba como si se estuviera burlando, se había quedado tumbado junto a su delito y lanzaba zarpazos aleatorios hacia Auron.

— Míralo, no puede ni moverse.

Axozer miraba con diversión a la distancia, fingía estar viendo algo por un microscopio, pero sólo estaba cansado, sería un día tranquilo de no ser por los comentarios de Auron y el caso de Reborn.

— ¡EL TRADUCTOR HA LLEGADO PUTOS! — Gritó un sujeto desde el elevador que apenas terminaba de abrir sus puertas.

— ¿Y este pirado quién coño es? — Preguntó Reborn enojado por todo el escándalo.

— El traductor, viejo. — Respondió Axozer a la distancia, ganándose una mirada de enojo.

— A ver, a ver... Primero que nada buenas tardes. — Esta vez habló Auron. — Además de gritar como verdulero y ser el traductor, ¿Quién eres tú?

— Soy la mera verga.

— ¡Un comentario más así y juro que te saco de aquí a base de balazos! — Exclamó Reborn cargando el arma.

— ¡Eh! ¡Eh! Sin putazos wey. Me llamo Pato.

— ¿Y el acento mexicano es reciclado?

— ¿Disculpa?

— De acuerdo, vamos a calmarnos. — Intervino Auron. — Este hombre viene aquí a traducirnos. Que lo haga y listo.

— Pues eso digo. — Habló el traductor.

— Bien.

El detective guardó la pistola y se acercó al gato que descansaba plácidamente sobre una mesa.

— Este es el gato.

— Tremendo gato este, ¿No?

— No vieras lo que come... — Susurró Auron.

Pato tras unos segundos soltó una risa, llamando la atención de todos.

— ¿Ha dicho algo? — Preguntó Reborn.

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