C A P Í T U L O 3

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Al almacén llegaron Auron, Alexa y el detective, en ese orden. Apenas llegaron y lo primero que vieron fue a Luzu arrodillado frente a Rubén que permanecía recargado en unas cajas mientras que Samuel le revisaba las heridas con un botiquín a un lado de él.

- ¿Qué pasó? - Fue lo primero que preguntó al llegar.

Luzu se separó de Rubius en el suelo y se acercó a su compañero.

- Él está bien. Había alguien en el almacén, le ha golpeado y se ha ido. Vegetta y Alexa lo encontraron cuando notaron que no regresaba a su puesto de trabajo.

- ¿Quién ha sido?

- No lo sabemos, al parecer estaba encapuchado. Revisaré las cámaras, pero tendrás que quedarte a cargo, por eso te he llamado. Samuel terminará de curarle las heridas a Rubius, así que hay que cambiar puestos hasta que ambos regresen.

Auron hizo una pequeña mueca, pero estaba de acuerdo.

- Veré que puedo hacer. Vámonos Alexa. - Auron dió media vuelta y apenas darla se encontró de cara frente al detective, ahora sabía lo que sentía su equipo cuando él hacía exactamente lo mismo. - Me cago en la puta... ¿Se le perdió algo detective?

- Me permitiré quedarme un rato más, parece que este restaurante es un huevo de Pascua. - Reborn le sonrió con altanería, cediendo el paso a Auron.

Él lo ignoró y continuó su camino, iba a trabajar como de costumbre y el intrigante detective no iba a distraerlo. Apareció en la cocina y miró al personal que tenía. Primero dejó a cargo a Nieves a cargo del puesto de Vegetta y él mismo iba a encargarse de la repostería, más tarde vería a quien podría encargar el trabajo de Rubius. Por desgracia nadie querría hacerlo y él tampoco podría poner a cualquiera sin ofender a nadie, pero la cocina comenzaba a volverse un desastre.

- ¡Alexa! - Llamó a la chica al mismo tiempo que metía un par de bizcochos al horno.

- ¿Qué sucede?

- Lo siento, pero alguien tiene que suplir a Rubén hasta que vuelva.

- ¿Yo lavalozas?

- No tengo a nadie para cubrir a Rubén, y todos estarían dispuestos a lanzarme un cuchillo a la cara si les pido esto. A no ser que puedas convencer a alguien para ayudarme, te necesito.

- Tengo una idea.

Sin que ninguno dijera algo, Alexa salió de la cocina con un plan siendo perfeccionado en su cabeza. Primero se acercó a Fargan, y trató de sobornarlo diciendo que la zona de Dulce estaba muy cerca del lavalozas, pero no cayó. El siguiente fue Alexby, y sólo le fue necesario sonreírle un poco y decir "por favor", para que ambos cambiaran de puestos. En pocos minutos apareció Alexby frente a Auron para que le diera indicaciones. El chef estaba sorprendido y confundido, pero estaba tan ocupado en sus propias actividades que lo dejó pasar, otro día preguntaría como logró convencer a su mesero para ser lavalozas, pero lo que Auron no sabía es que Alexby además de tener un flechazo con Alexa, también estaba cansado de tener que atender todo tipo de comensales, aquellos amables no le molestaban, pero hace unos minutos antes de que llegara Alexa a pedirle el cambio, justo había llegado una pareja de ricos que se sentían en la cima, y criticaban todo como si no fuera el mejor restaurante de la jodida ciudad. Sintió pena por dejarle el trabajo a Alexa, pero lavar lo sucio era mejor que atender a la suciedad.

Reborn por su lado, permanecía quieto en una zona cercana a Auron, donde aparentemente no molestaba a nadie, parecía un crítico de la cocina, pero en este caso se encontraba analizando a cada empleado. Acababa de suceder un abuso frente a sus narices, y alguien de ellos debió haber sido, el almacén tiene pocos puntos de acceso y dejarlo medio muerto parecía algo personal, no se trataba de un asaltante cualquiera. Aunque esto era sólo una excusa para vigilar al Chef de Cocina, el cuál le provocaba tanta curiosidad a Reborn, había algo que no le cuadraba y sabía que ese sólo era el comienzo de su obsesión por describir qué ocultaba el Chef. Una hora después regresó el lavalozas y el Garde Manger, y todos regresaron a sus puestos originales. Así que Auron volvía a estar libre, pero no contaba con la cantidad de trabajo que este hacía cuando no estaba atento. Y es que él estaba en todos lados, lo intentó atrapar cuando dejó el puesto de repostería, pero este se apresuró para ir a la línea de preparación, adelantar procesos y seguido de eso ayudó a Mónica para darle los últimos toques a los platillos y apresurar a sus meseros a llevárselos.

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