Capítulo 15 Besos De Azúcar

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Después de nadar, dieron un paseo en lancha, rentaron unas motos acuáticas y pasearon en un velero.

Regresaron al hotel a las seis de la tarde, exhaustos y felices de pies a cabeza.

-¡Dios, necesito una ducha! –Exclamó Yessabell, en cuanto entraron en la suite –Si no te importa, iré primero.

-No, adelante, confirmaré la reservación para la cena –Ezra entró en la habitación y llamó al restaurante para confirmar su reservación a las 8:30pm.

Después de que Yessabell saliera de la ducha, envuelta en toallas, Ezra entró al baño.

Yessabell se vistió, se puso un bonito vestido de tul amarillo pastel, con escote corazón, que le llegaba arriba de las rodillas.
Un delgado cinturón dorado, le rodeaba la cintura. Unos tacones blancos con pequeños diamantes incrustados a los lados, le daban un toque sofisticado al atuendo. Se enchino las pestanas y uso máscara negra en ellas, uso un lápiz labial rosa, para resaltar sus labios y dejó su cabello suelto, sosteniéndolo con una delgada diadema blanca.

Ezra salió de la ducha, con una toalla en la cintura, dejando al descubierto su perfecto abdomen musculoso y bien marcado.

-Te ves hermosa –Murmuró acercándose a ella.

-Tú también –Admitió contemplándolo.

-Pero si ni siquiera me he vestido –Protestó Ezra a un paso de ella, riendo.

-Lo sé –Dijo en voz baja, mordiéndose el labio inferior –Hazlo o llegaremos tarde —Advirtió.

-Ok –Le dio un beso tierno y fue a vestirse.

Un exquisito esmoquin negro, con corbatín negro y camisa blanca, fue lo que Ezra decidió usar, tenían que aprovechar la noche, pues pronto regresarían a casa.
Peinó su cabello hacia atrás, pareciendo un verdadero hombre inalcanzable, como salido del cuento de alguna princesa, y Yessabell era esa princesa.

Ezra llevó a Yessabell, a un restaurante en la ciudad. Ambos con los brazos entrelazados en todo momento. Al entrar todos los vieron.

Eran una hermosa pareja y con la fama que Yessabell se estaba creando, era difícil, pasar desapercibidos.

Los llevaron hasta una mesa, en un reservado. Un pequeño cuadro de madera, entre muchos otros, con dos asientos, uno frente a otro, entre una mesa de caoba, recubierta con un delicado mantel en tono arena. La cristalería brillaba, la bajilla de un material delicado, con pequeños detalles de flores a los costados, mientras la música de Russian Red estaba sonando de fondo.

-Es perfecto –Murmuró Yessabell, mientras el mesero les dejaba su orden –Gracias –Le dijo al mesero y él asintió, para después alejarse.

Crema de champiñón, cordero con verduras salteadas, fideos con queso y como postre; tarta de manzana con copos de azúcar.
Fue lo que el chef recomendó y lo que Ezra pidió.

-Lo sé. La primera vez que vine… tenía como diez años, era el aniversario de bodas de mis padres. Mi hermano tenía siete y se enamoró del lugar de inmediato. Veníamos cada año –Explicó Ezra, con media sonrisa –Ellos eran felices con cosas tan sencillas… como tú. Eres capaz de ver la belleza en las cosas más simples de la vida. Tal vez por eso me gustas tanto.

Yessabell sonrío y tomó la mano izquierda de Ezra sobre la mesa.

-Cuando tenía dieciocho, ellos murieron, mi hermano quedó devastado y me culpo de todo –Continuó Ezra –Mis padres siempre estuvieron apoyándome, incluso cuando supieron que no quería ser piloto. Mi hermano siempre decía “Eres el favorito y murieron por ti”, como si ellos hubiesen tomado la decisión de hacerlo. En fin, cada año, en su aniversario, solía venir, mi hermano no volvió a poner un pie aquí, pero el año pasado no pude venir.

Yessabell: Instinto. 3er Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora