-Derek… –Susurró Yessabell llorando y abrazándose a Ana –No puede ser…
Varios policías entraron de inmediato, al escuchar el alboroto y se llevaron a Derek esposándolo.
-¡YESSABELL! ¡YESSABELL!
Los chicos salieron a prisa de la habitación y Derek se abalanzó sobre Yessabell.
-¡NO DEJES QUE TE ENCUENTRE! ¡TIENEN QUE OCUALTARSE! ¡TODOS TIENEN QUE OCULTARSE!
-¡Basta Sanders! ¡Alejate de ella! –Ezra le propino un de rechazo, mientras el detective jalaba a Derek por los hombros.
-¡Ella… está buscando venganza! –Grito Derek mientras lo arrastraban a su celda, donde permanecería hasta dar con el principal culpable.
Yessabell se perdió entre las lágrimas, sin poder creer lo que acababa de escuchar. No podía creer que Derek quisiera hacerle daño, aquel chico que había compartido tantos momentos maravillosos con ella, aquel chico ya no existía.
Ezra, Robert y Andrew pasaron tres días bajo arresto domiciliario, mientras todos los chicos que habían asistido a la fiesta de Halloween eran interrogados.
Yessabell pasaba los días perdida en sus pensamientos, en un aparente estado de shock, Stephen la acompañaba a clases y de regreso a casa, mientras Ezra no estaba.
Después de unos días, los chicos pudieron salir nuevamente y recuperar el tiempo perdido de las clases. Los días pasaron rápidamente y el ambiente de tensión iba disminuyendo, mientras las notas y los objetos extraños habían desaparecido. Las vacaciones de invierno llegaron y aunque nadie estaba de ánimos para fiestas, preferían ir a casa para despejarse un rato.
Los padres de Yessabell seguían de viaje y ella no les había comentado nada de lo sucedido, para no preocuparlos, Miranda la había llamado en varias ocasiones para confirmar que todos estuvieran bien y de paso confirmarle a Yessabell que la fundación marchaba sobre ruedas, igual que su relación con Damon, quien por fin revelo que su extraño comportamiento se debía a que había preparado una cena sorpresa, para pedir la mano de Miranda.
Yessabell estaba feliz por ella y por sus padres, quienes eran ajenos a todos los problemas que estaban viviendo ella y sus amigos.Los chicos estaban haciendo las maletas, habían acordado estar juntos y Nicolás y Renata, estaban felices de recibirlos en Canadá, en una pequeña casa propiedad de la familia de Nicolás, aunque Andrew, Robert y Ezra se lo perderían, pues el detective prefería tenerlos cerca, siendo aún sospechosos.
-Cuidate mucho por favor –Pidió Ezra a Yessabell, mientras ella terminaba de hacer su maleta.
-No te preocupes amor, estaremos bien –Yessabell le sonrió y le dio un abrazo fuerte –Cuidate mucho tú también, por favor y no salgas si no es necesario.
-Tranquila y date prisa, que te dejan.
-Está bien –Yessabell le sonrió y ambos bajaron hasta la puerta de entrada, donde los chicos subían sus maletas en la camioneta de Stephen.
En la acera de enfrente, se encontraba la patrulla que vigilaba la casa de la Tía Melinda.
-Yessabell ¿Podemos hablar? –Preguntó Robert encontrándolos al pie de la escalera –Regresó el reloj y creo que todos deberían saber lo que se encontró.
Todos prestaron atención a Robert, colocándose a un lado de la camioneta.
-¿Pudieron encontrar huellas digitales o algo? –Preguntó Ezra.
-Pues los investigadores no encontraron nada –Contestó Robert y todos se decepcionaron –Pero hay un dato interesante.
-¿Qué cosa? –Preguntó Bruno intrigado.
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Yessabell: Instinto. 3er Libro.
RomanceDespués de un año lleno de altibajos, Yessabell se siente más perdida que nunca. El amor de su vida y su mejor amigo, su confidente; ambos se encuentran en coma, después del aparatoso accidente que sufrieron en el escape del famoso "Asesino De La N...