Al día siguiente, el rumor de un asesino se corrió como pólvora.
La biblioteca estaba cerrada hasta que los policías dejaran de inspeccionar el lugar y el detective estaba por revisar las cintas de las cámaras de vigilancia.
Ana, Philip y Marisol habían estado distantes con Yessabell, mientras que Ezra no cruzo ni una palabra con ella al llevarla a clases. La dejó en la universidad y salió casi corriendo, argumentando que iría a buscar los disfraces para la fiesta de Halloween.
Los compañeros de Yessabell se enteraron de lo sucedido y mostraron su apoyo, igual que los profesores.
-Ya no te hemos visto en las revistas Yessabell –Dijo una de sus compañeras cuando salían del edificio.
-Lo sé, me he concentrado mucho en los estudios y en el volleyball, tengo ganas de ser reclutada para el equipo nacional y poder ir a los juegos olímpicos –Explicó Yessabell ilusionada.
-En ese caso, no te distraigas, seguro que lograrás –La chica le sonrió ampliamente –Todos en la clase estamos muy seguros, de que llegaras muy lejos, aparte de ser una buena estudiante, eres una gran deportista y no sabes la admiración que te tenemos.
Yessabell soltó unas lágrimas mientras sonreía.
-No sabes lo bien que me hace escuchar tus palabras y sobre todo, saber que cuento con todo su apoyo.
-No importa lo mucho o poco que te conozcamos Yessabell –La chica se acercó y le limpio las lágrimas con un pequeño pañuelo –Eres nuestra compañera de clase y siempre nos has ayudado cuando te lo hemos pedido, nuestro apoyo es la mejor forma de demostrarte que también estamos contigo.
-Gracias Felicia, no les fallaré –La abrazó y por un momento, sus penas se desvanecieron.
-¿Vas a ir a la fiesta de Halloween de la Universidad? –Preguntó la chica, en cuanto se apartaron –Aunque después de lo que sucedió…
-Claro que sí, que mejor que distraernos un rato –Interrumpió más tranquila.
-En ese caso nos vemos mañana –La chica le sonrió y comenzó a alejarse.
Yessabell le sonrió de vuelta y se fue al gimnasio. Después de una hora de entrenamiento, descargó todo el estrés y la presión que llevaba cargando, se ducho y se cambió a un pantalón negro, a juego con una blusa negra y unas delicadas zapatillas bajas.
-¡Yessabell!
Escuchó su nombre en cuanto salió del gimnasio.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó acercándose a él, sintiendo cierto agrado de verlo.
-Quería saber… ¿Cómo estás? –Pregunto Stephen caminando afuera del edificio, seguido de Yessabell.
-Sinceramente… –Ella se detuvo cerca de una banca, bajo la sombra de un gran árbol –No lo sé… los chicos me han estado evitando y Ezra… –Se sentó y dejó su mochila a un lado –Ezra ha estado muy frio e indiferente. Anoche cuando llegó, no me dirigió la palabra y así ha sido hasta esta mañana, lo único que me dijo era que se iba a buscar los disfraces para la fiesta.
-Lo siento mucho Yessabell –Stephen levantó la mirada al cielo y luego vio a Yessabell, quien no le quitaba los ojos de encima –Me imagino que no debe ser agradable que la gente te ignore, que tus amigos no te apoyen, se siente tan mal.
-Está bien Stephen, mis compañeros y profesores, se han mostrado empáticos conmigo y eso me relaja.
-Siempre encontrando el lado positivo de las cosas.
ESTÁS LEYENDO
Yessabell: Instinto. 3er Libro.
RomanceDespués de un año lleno de altibajos, Yessabell se siente más perdida que nunca. El amor de su vida y su mejor amigo, su confidente; ambos se encuentran en coma, después del aparatoso accidente que sufrieron en el escape del famoso "Asesino De La N...