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Aunque me hubiera gustado encontrarle dentro de otras circunstancias,al parecer simplemente fuimos marionetas del destino. Quien lo diría que seria mi mayor enemigo, es ridículo  quería verlo... Pero no de este modo.

Quería volverlo a ver y darle su cuaderno de dibujo. Y explicarle que aunque fuera el hijo y heredero de ReichTangle  no lo odiaba, incluso me atrevía a decirle que me atraía.

—Que pesado.

Suspire pensando en voz alta, sin pensarlo escape de una reunión no me gustaría estar divagando en una reunión, es mejor escapar.

Me encontraba frente un arrolló, es muy bonito y tranquilo , prácticamente creo que puedo dormir un poco. O eso creía.

—Hey, hey, — escuche una voz acercándose — quien lo diría, la gran Unión  de Repúblicas Socialistas Soviéticas es irresponsable.

Volteo notando que era la última persona que deseaba ver en este momento.

—Reich, ¿qué haces aquí? — le miro seriamente, pero ocultaba una pequeña sonrisa.

—¿Huh?, primero pregunta cómo estoy ¿o acaso se te olvido que eras increíblemente educado antes? — ríe sarcástico.

—Hum, olvidalo. ¿Cómo estas? — regreso mi vista al arrolló sonriendo leve.

—Así me gusta mucho mejor — ríe un poco y miro de reojo que te sientas a mi lado.

Internamente sonreía, su compañia me recordaba a los viejos tiempos. Cuando no había una guerra entre nosotros.

Buenos tiempos.

—¿Qué piensas comunista? — siento su mirada y volteo del mismo modo.

—¿A qué te refieres? — le miro con un poco de confusión, ¿mi rostro revela lo que pienso?.

—¿Que haremos Sóviet? — sonríe un poco mostrando sus puntiagudos dientes.

—¿S-sobre qué? — me entorpecí de la nada, su sonrisa desde siempre me ha parecido atractiva.

—Ahí está el comunista que me gusta, inocente y tierno — sonríe ampliamente.

—Idiota — volteo, ¿acaso pretende ablandar me? — nunca he sido tierno, yo asustó a las personas. Tengo un semblante serio.

—Oh claro, claro. — ríes  leve — a mi no me asustas Sóviet.

Volteo, un silencio se adueña de la escena. Sostengo su mirada he podido notar un rubor en sus mejillas. Es casi imperceptible, que lindo.

—Bueno, debo regresar o el Imperio e Italia se pondrán histéricos — sonríes levantándote.

—No te des tanto crédito Reich — sonrió un poco levantándome.

—¡Sonreiste!, no puede ser — ríe un poco .

—Soy un ser viva también Reich, no una máquina sin vida — te miro serio.

—Ha, bien bien. Pero bueno — jalas el cuello de mi suéter acercando me a tu rostro.

—¿¡M-mmm!? — mis mejillas se ruborizan casi instantáneamente al sentir tus labios.

Esta sensación, es extraña. Es mala. Pero me gusta...

—Bueno, hace mucho pensé hacerlo. Pero desapareciste imbécil — me separas y levantas la vista con un fuerte rubor. — Hoy te llegará una carta, espero que sea sí o te haré jabón.

—R-reich... — no comprendo bien la situación, ¿carta?, ¿un sí?. Este día dudo que sea más extraño.

—Nos vemos Sóviet — comienzas a caminar y perderte entre los árboles.

Me gusta este recuerdo, espero nunca olvidarlo. Que tierna expresión tenía Reich.

Pero esta situación en un futuro nos provocará problemas a ambos.

—Debo regresar a casa — pienso en mis hijos, deben esperarme.

Llegó a casa, mis hijos me reciben con una sonrisa y arrojando me al suelo llenandome de abrazos.

—Deberían buscar una forma menos brusca de saludar — río un poco acariciando la cabeza de Rusia y Bielorrusia.

—¡Jamás!, si te arrojamos al suelo significa que somos más poderosos que la Unión Soviética! — dice energía Bielorrusia, creo que puede ser cierto.  Acabaría con una guerra solo por ellos.

—Señor, — entró un hombre en la habitación, no estábamos en casa. Estábamos en un gran salón.

Mis hijos algunas veces me acompañan, y con ello conlleva mucha seguridad hacia ellos, me levanto sacudiendo mis ropas.

—¿Qué ocurre? — le miro serio arreglando mi ushanka.

—Tiene una carta de la Alemania Nazi, dice ser urgente — lo miro con asombro y una pequeña inquietud. ¿A esto se refería Reich?.

—Iré enseguida, mantenga mi progenie a salvo — le miro amenazante para quitar mi abrigo y ushanka dejándolo en una silla de la entrada. — quédense aquí niños, jueguen un rato.

Sonrió mirando los, todos asienten y camino a paso apresurado a mi Oficina, puedo observar a algunos generales de mi bando y del de Reich.

—Señor, el señor Third Reich ha propuesto un pactó de no conflicto llamado "Ribbentrop-Molotov "  .

—¿Qué? — el asombró era tal que incluso sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

¿La guerra... Terminaría?.

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El contrato si no me equívoco lo dio la Unión Soviética?,
No lo se ah-.

Continuará.

Tᵉᵃʳˢ Iᶰ Hᵉᵃᵛᵉᶰ (¡𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪!)Место, где живут истории. Откройте их для себя