❦ ⓞⓝⓒⓔ ⓤⓟⓞⓝ ⓐ ⓓⓐⓣⓔ ❦ ❧ ᴛ.ᴡ ᴏs ❧

💜🎯 ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏ 🎯💜

ʀᴏᴏᴋ ʜᴜɴᴛ x ʜᴇʟɪᴏs

ⓝⓓⓐ:

ᴀʟ ғɪɴᴀʟ ᴅᴇ ᴇsᴛᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴠᴏʏ ᴀ ᴘᴏɴᴇʀ ᴜɴ ᴀɴᴜɴᴄɪᴏ ᴅᴇ ᴜɴᴀ ɪᴅᴇᴀ ϙᴜᴇ ʜᴇ ᴛᴇɴɪᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴜɴᴀ sᴇᴍᴀɴᴀ ᴇɴᴛᴇʀᴀ ᴅᴇ ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛs ʏ ᴜɴᴀ ᴠᴏᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ ɪᴍᴘᴏʀᴛᴀɴᴛᴇ ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ᴅᴇ ʜᴀʟʟᴏᴡᴇᴇɴ.

ᴍᴇ ᴇɴᴄᴀɴᴛᴀʀɪ́ᴀ ϙᴜᴇ ᴘᴜᴅɪᴇʀᴀɪs ᴘᴀʀᴛɪᴄɪᴘᴀʀ ʏᴀ ϙᴜᴇ sᴇʀᴇ́ɪs ᴠᴏsᴏᴛʀᴏs ʟᴏs ϙᴜᴇ ᴇʟᴇɢɪʀᴇ́ɪs ʟᴏs ᴅᴏʀᴍɪᴛᴏʀɪᴏs. sɪɴ ᴅᴇᴍᴏʀᴀʀᴍᴇ ᴍᴀ́s, ¡ᴀϙᴜɪ́ ᴏs ᴅᴇᴊᴏ ᴄᴏɴ ʜᴇʟɪᴏs ʏ ᴇʟ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏ ᴀᴄᴏsᴀᴅᴏʀ!

➶➶➶➶➶ 🎯 ➷➷➷➷➷

-¿Por qué quieres ir exactamente a ver a Rook? -le preguntó bastante curiosa la chica a su amigo de cabello lavanda.

-Me prometió que me dejaría unos libros sobre el combate y técnicas en la lucha. Tiene toda una colección.

Je... No me sorprende. Pobre del infeliz que se haya puesto en su punto de mira.

-Me sabe mal que vengas conmigo. Si no te apetece...

-Tranquilo, no pasa nada. Prometí pasar la tarde contigo, ¿no?

El chico sonrió y llamó a la puerta. Se escuchó el sonido de unos pasos y les abrió el rubio de ojos esmeralda.

-¡Oh! Monsieur Crabapple, reine des démons.

-Buenas tardes, Rook -lo saludó ella mientras movía la mano.

-He venido a por los libros que me comentaste.

-¡Claro! Pasad, venga.

Helios no había estado antes en la habitación del cazador, lo que provocó que se quedara fascinada.

-Vaya... Es increíble -murmuró-. Qué colección de arcos. Son preciosos.

Se acercó hacia la pared donde los tenía expuestos.

-Tal como se esperaba de ka reine des démons, una experta en armas -comentó mientras la miraba fijamente y cogía algunos volúmenes de la estantería para dárselos a Epel.

Las pupilas de la chica estaban puestas en la elaboración y grabados de la madera. Sin embargo, algo captó su atención, viéndolo por el rabillo del ojo.

-Vaya, muchas gracias por prestarme todo esto -el de cabello lavanda estaba feliz-. Seguro que me es muy útil.

-¡De nada, monsieur Crabapple! Esa sonrisa tan hermosa favorece tu rostro.

-¿¡PERO QUÉ DEMONIOS...!?

Ambos se giraron hacia la muchacha, quien tenía una mueca de espanto plasmada en el semblante.

-¡¿Por qué hay fotos mías en tu pared!?

Su dedo tembloroso apuntaba hacia una esquina de la pared que tenía enfrente, donde se podían ver numerosas instantáneas de la chica. En algunas estaba comiendo, en clases, entrenando; e incluso...

-¡¿Me has espiado mientras duermo!? -arrancó la imagen de la pared y la hizo pedazos con furia. Se acercó hacia el rubio y le clavó el dedo en el pecho-. Explícate. Ahora. Mismo. Dame un motivo para que no te arranque los ojos y te obligue a comerlos.

-Tus amenazas son increíblemente fascinantes, reine des démons. Pero no voy a poder responderte a esa pregunta -la alejó de él con suavidad poniendo las manos sobre sus hombros.