Activo Contingente

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Dada por terminada las filmaciones del popular programa, Arturo se retiro después de la pareja, en paso lento, para no alcanzarlos. 

Llegaba a su propiedad, decaído, y no es para menos, si ya había esperado casi una semana para hoy reencontrarse nuevamente con él. 

Un sin fin de emociones destrozadas en un abrir y cerrar de ojos, por una simple mujer.

La noche era fría, las calles estaban silenciosas, esta vez no se escuchaban los niños que salían a jugar futbol nocturno en las áreas verdes dentro del enorme fraccionamiento. 

Sentado, frente a una botella de whisky, ambientado únicamente por la escasa luz de la sala y el ligero sonido de la radio en donde al son de Pepe Aguilar, ahogaba sus penas con este poderoso elixir. Planeaba borrar los recuerdos de esta tarde, sin importar donde cayera adormecido.

Pasaron los minutos, sin cambiar nada, a excepción del grado de alcohol que aumentaba en su sangre. A estas instancias ya había perdido el uso de razón, el pudor se disolvió como Thanos.

Tomo su celular y marco el número del aquel que lo hace cometer estas barbaridades.

- ¿Arturo? (voz baja)

- Discúlpame pero necesitaba escuchar tu voz

- Sabes que no me debes llamar a estas horas, es peligr...

- Te extraño

(silencio de 8 segundos)

- Necesito verte Arturo

Al shark líder, en estado etílico, se le manifestó una sonrisa al escuchar esta ultima frase

- Mañana a primera hora en tu oficina ¿esta bien?

- Sí 

(termina la llamada)

Arturo estaba ebrio y animado. Dejándose llevar por el sueño, se acomodo entre sus brazos recargándose sobre en la mesa hasta quedar profundamente perdido en el sueño.



El estrepitoso chirrido de la alarma resonó en la sala, donde reposaba el desorientado hombre, haciendo que este abriera sus ojos poco a poco y con dificultad. 

Percatándose que había dormido en la posición de anoche. Rodeado de una botella casi vacía y un vaso de cristal semilleno. 

Lentamente se ponía firme encima de la silla, reincorporándose, mientras conducía una mano a su sien. Quejándose de un terrible dolor de cabeza.

Pretendiendo recordar en que finalizo la desventurada desvelada, se levanto de su asiento, para empezar su día. No fue hasta que terminaba de ducharse, recordó finalmente la conversación con Rodrigo

- ¿Qué diablos hice anoche?

Se dijo a si mismo, con su típica forma de hablar en silabas pausadas, avergonzándose.

Rápidamente salió de la regadera y se vistió, usando un traje costoso que le iba bastante bien, aparte de unos cuantos accesorios haciendo conjunto. Total, ya no había vuelta atrás, ira a ver al amor de su vida.

Sin desayunar ni nada, salió a toda velocidad en su lujoso automóvil. Iba muy contento, a pesar que el plan surgió sin estar en sus cinco sentidos.

A dos tercios del camino, se percató que aún faltaban 15 minutos para que empezaran labores en Gennoma-Lab. Aprovecho ese tiempecito para pasar por unos cafés al Starbucks, un club sándwich de pierna de pavo y  en unas calles más adelante se detuvo a comprar un tamal de molito con pollo, este último obvio para él mismo

Planeaba desayunar ahí con el gurú de la mercadotecnia, platicar de la situación actual, la borrachera que se puso anoche, y, ¿por que no?  "consolarlo" como en otras ocasiones.



Luego de la travesía, parqueó el vehículo y con esa característica sonrisa tomo el ascensor directo a la recepción

- Buenos días señorita, vengo a ver al presidente Rodrigo.

- Buen día, ¿tiene cita?

- Así es, soy Arturo Elías Ayub

- Déjeme ver...  Aquí esta. No ha llegado aún, ¿gusta esperarlo aquí?

-¿Esta bien si espero en su oficina?

- Claro no hay ningún problema

La amabilidad de Arturo se contagio a la guapa recepcionista.

Entró, puso los desayunos sobre el escritorio y tomo asiento. No quiso marcarle, sabia que vendría de todas formas.

Pacientemente esperaba, en lo que checaba unas cosas en el celular, jugaba candy crush, o revisaba las notificaciones en su Twitter.

20 minutos se le hicieron una eternidad, ya es tarde y el empresario no daba señales de vida.

Ante esta inconformidad, se animo a marcarle al teléfono celular, pues se empezaba a preocupar.

Cosa que se agravo más al apreciar que Rodrigo nunca contesto.

No salió de la oficina porque imaginaba que la prometida de este andaría deambulando por ahí, así que para no levantar más sospechas, permaneció quietecito ahí dentro.

Paso mas de una hora. El sol se asomaba más ante los cristales, los pajaritos pasaban en parvadas, unos cafés fríos y un infortunado empresario.



Tras larga espera de aproximadamente hora y media, salió por esa puerta, dejando atrás los desayunos, intentando no parecer afligido frente a los empleados de la empresa.

A unos cuantos metros de la recepción, volteo sin querer hacia la sala de invitados que se encuentra a un costado de esta.

Lo que vio lo dejo helado. A través de los cristales se podía apreciar al hombre que estuvo esperando y a un lado, su prometida, ambos besándose ... 

Entendiendo por fin, se retiro de ahí. 



Invirtiendo en tu amor ~Artrigo~ Arturo x Rodrigo [Shark Tank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora