Más fría que la cadena

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Exaltado miró la hora en su celular, incrédulo y con prisa despertó a su compañero quien estaba profundamente perdido en su sueño;

-Arturo, ¡despierta!

El mayor  abrió los ojos poco a poco tratando de incorporarse a la realidad;

-¿Qué sucede?

Preguntó si ver que Rodrigo estaba preocupado.

-Es demasiado tarde, creo que no sonó la alarma.

-¿Qué hora es?

Decía medio adormecido aún.

-Las 11:00! Teníamos que habernos ido a las 7:00 am

-Tranquilo, nos iremos ahora mismo.

Ambos hombres se levantaron, se vistieron y tomaron sus pertenencias lo mas rápido que pudieron y salieron de inmediato.

Rodrigo miró nuevamente su celular durante el camino al aeropuerto.
Tenía algunas llamadas perdidas de Martha, quien lo había estado tratando de contactar durante la noche y el resto de la mañana.

Desesperado y ansioso intentó marcarle pero la llamada se desviaba inmediatamente a buzón.

Una vez llegando al aeropuerto Arturo salió del auto, abriéndole la puerta a su compañero y cuando este salió le dijo:

-Adelantate, tengo que entregar el auto.

Rodrigo por más que quiso acompañarlo o de mínimo despedirse como era debido, no pudo. El tiempo pasaba rápido y no quería ser descubierto. Simplemente asintió con tristeza y se adelantó lo más rápido que pudo.

Escribió bastantes mensajes para Martha, dandole miles de excusas por la hora en la que llegaría. 

Aunque ninguno fue contestado.

El viaje demoró tanto a vista de Rodrigo quien solo quería llegar a su destino y saber que su plan había Sido exitoso.
Recordando los mejores 3 días de su vida, se relajó acomodándose en el asiento mientras observaba la ventana y sonreía

Luego recordó todo lo que le esperaba de ahora en adelante. Un miedo recorrió su cuerpo, definitivamente no quería separarse de Arturo.
Le marcó queriendo saber de el y extrañandolo demasiado;

-¿Bueno?

-Arturo..

-Ya entregué el auto, ahora mismo ya voy para allá, tu ya debes estar llegando ¿Cierto?

-Sí..

-Bien, cuídate por favor amor y recuerda que te amo demasiado y me encantó estar contigo estos días de verd...

-¡Te Amo Demasiado Arturo!

Aquella frase que interrumpió al mayor, salieron desde el corazón de Rodrigo , a quien no le importó si alguien lo escuchará en el viaje.
Contuvo bastante bien sus lágrimas que amenazaban salir de sus ojos. Un doloroso nudo en la garganta impedía decirle todo lo que sentía en ese momento, solo pudo decirle;

-Gracias por estar conmigo y lo siento mucho.

La otra línea se quedó en silencio por unos lapsos de segundos, mismos que sirvieron para que Rodrigo se calmara un poco;

-No estés triste bebé, estaremos juntos  aunque sea a escondidas, yo me encargaré de no dejarte solo.

-Gracias...

Dicho esto, se despidieron jurando que todo estaría bien.
Rodrigo un poco mejor decidió recordar sus pequeñas vacaciones improvisadas con felicidad y cambio su semblante.

Más tarde, había llegado a la ciudad, dónde rápidamente se dirigió a su hogar para ponerle fin a su sufrimiento.


-René, ¿Cómo estuvo todo?

Le marcó a su socio mientras se aproximaba a su vivienda.

-Todo salió bien, tuvimos algunos contratiempos pero logramos solucionarlos.

-Bien, y ¿cómo has visto a Martha?

-bien, señor, quizá un poco dudosa pero es normal cuando su boda está próxima, hágame caso. Y por cierto muchas felicidades, es una gran mujer.

Rodrigo había llegado al portón de su gran casa, despidiendose de su socio;

-Gracias René, no se qué haría sin ti de verdad.

Colgó y abrió la puerta de su casa en dónde Martha lo estaba esperando.

Entro con su maleta

- Martha estoy en casa

Dijo en voz alta tratando de ubicar a la señorita, pero no salió

Supuso que no estaba o que había salido a una de sus citas de manicura, cosas de chicas ...

Coloco la maleta sobre su sofá, se retiro el saco y camino hacia su habitación con la finalidad de recostarse y descansar un poco, en lo que aparecía su mujer

Giro la perilla de la puerta de la recámara.
Martha estaba ahí, de pie, cruzada de brazos. Parecía furiosa

Rodrigo la miro, pero rápidamente giro su cabeza hacia otro lado, no soportaba la fuerte mirada de la modelo
Supuso que estaba así por la tardanza.

- Escucha Martha yo...

En ese preciso momento la mujer detuvo la frase a medias de Rodrigo con una cachetada de esas guajoloteras, haciendo que los huesos de su cuello tronaran.

- ¡NO ME MIENTAS MÁS!...

Rodrigo se congelo. Tocaba su mejilla dañada, pensando en que había fallado.

Invirtiendo en tu amor ~Artrigo~ Arturo x Rodrigo [Shark Tank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora