CAPÍTULO II – BABI
Tras su último encuentro con Hugo Olivera, Babi Alcázar había decidido unir su vida a la de Gustavo Vidal. Su familia (mejor dicho, su sobreprotectora madre) estaba muy conforme con la decisión que había tomado, más allá de si quería realmente estar con él o si todavía amaba a Hugo.
Gustavo y Babi decidieron casarse una semana después de aquel encuentro final entre ella y Hugo en la playa. Y a los nueve meses de la ceremonia llegó a casa su primer hijo, al cual Babi llamó Horacio. Cinco años después, ambos tendrían a su primera hija, de la cual a Gustavo le tocó el turno de bautizarla: La llamó Perla.
Sin lugar a dudas, los Vidal-Alcázar eran una familia perfecta: Herederos de los negocios familiares de cada uno, eran una familia acomodada de la alta clase social española. Horacio y Perla asistieron a los más prestigiosos establecimientos educativos del país, cursando Horacio actualmente el segundo año de su carrera universitaria, aunque era un muchacho muy rebelde. Perla por su parte, ya se encontraba terminando su colegio secundario y era la protegida de su madre.
Esa mañana, harían poco más de 21 años del casamiento de Babi y Gustavo (Vaya coincidencia, es el tiempo que ella y Hugo dejaron de verse) y ambos se prepararon para ir a sus tareas respectivas. Cotidianamente, Gustavo se marchaba hacia su oficina, mientras que Babi acompañaba a Perla a su secundario, después de eso tomaba su camino hacia su trabajo.
Esa mañana, ahorrándose viaje por la feria escolar, Babi se dirigió hacia su oficina. Mientras viajaba, su cabeza comenzó a dar vueltas por sus pensamientos y no podía concentrar su camino. Se sentía muy mal, a causa de recuerdos que comenzaban a resurgir en su cabeza: Su vida de joven, el dominio de su madre que le impidió disfrutar de las experiencias que vivió en su adolescencia, su hermana rebelde y el amor que negó ante Hugo… Un poco presionada por su madre y otro poco por no hacer sufrir a Gustavo. Y por supuesto, el recuerdo de Hugo que le carcomía la mente… "¿Qué será de tu vida mi amor? Todavía me pregunto por qué hube de negarte. Dios, si tan solo pudieras salir de mi cabeza" Pensaba ella… En ese momento, sonó su teléfono:
- ¿Diga? – respondió aparcando el coche junto a la acera.
- Hola hermanita, soy yo. ¿Estás ocupada?
- No, no aún. Pero por mi hermana soy capaz de todo. ¿Qué necesitas?
- No, solamente quería saber si puedes venir a tomar un café conmigo.
- OK, dime donde estarás y paso por ti.
-Estaré en el Café Francés en 5 minutos. Te voy a estar esperando.
- Allí voy, adiós – respondió Babi y retomó la marcha de su vehículo. Al hacerlo, nuevamente sus pensamientos querían nublarla. Y para peor, cuando se dirigía a ver a su hermana, inconscientemente pasó por debajo de un puente. Ese puente todavía mantenía viva una leyenda, casi tapada por otros grafitis, que rezaba "Tú y Yo a 3MSC". Clavó los frenos de manera brusca y bajó del auto:
- ¡VETEEE! ¡VETE DE MI VIDA! ¿QUÉ CARAJO ESTAS BUSCANDO QUERIENDO VOLVER A MI MENTE? ¡YA TE HABÍA OLVIDADO ¿POR QUÉ CARAJOS TE EMPEÑAS EN NO IRTE?!
Tras gritar desesperadamente hacia el puente, volvió a subir a su coche y emprendió viaje a toda carrera. No se daba cuenta de lo que hacía, ya que se había largado a llorar. Con angustia, subió hacia el mirador y se acercó al borde del mismo. Observó el paisaje de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, contemplando la panorámica de la ciudad. Sonrió al borde de la locura y pensó que podía ser una muy buena idea, formar parte del paisaje. Soplaba un viento suave, ella se acercó al borde y comenzó a abrir sus brazos como un ave abre sus alas para echarse a volar. El sonido de su celular la devolvió a la realidad, antes de que cometa una locura y bajó rápido de ese lugar.