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CAPÍTULO XXIII – UNA ESPERANZA DE VIDA

Los días pasaban y conforme al ritmo que se imprimía, Diego avanzaba a pasos agigantados en su recuperación. Cada vez le faltaba menos para concretar su máximo anhelo: Volver a caminar. Durante todo ese tiempo en que duraba su rehabilitación, no quería que Perla se acercase o lo viese en ese estado, ya que sentía miedo a que lo rechace. Sin embargo, una tarde ella lo sorprendería en una salida que él hiciese con su prima Valeria hacia el parque. En realidad, todo fue una trama orquestada por la propia Valeria, por pedido de Perla. Esa tarde, Diego sentiría la felicidad de volver a ver a su amor y de descubrir que en todo ese momento, ella solo quería permanecer a su lado, para brindarle amor, además de rezar todas las noches por él. Esa tarde ambos pasarían un momento muy agradable, cuando él la sentó sobre sus piernas y la trasladó a bordo de la silla mecánica.

Asimismo, la vida de los demás parecía marcada por la felicidad. Horacio y Valeria estaban cada vez más enamorados. Perla, ante la limitada posibilidad de Diego de poder salir afuera, los acompañaba siempre y hacía de cómplice en todos los planes que se trazaban. Andrés y Valentina también vivían su amor a pleno, recibiendo por supuesto el acompañamiento de sus padres y amigos. Pero por sobre todas las cosas, quienes habían recuperado la felicidad eran Hugo y Gin, quienes volvieron a estar juntos luego de aquel engaño amoroso de parte de él. Las saludes de Diego y Gin, eran motivos más que suficientes para Hugo, como para volver con su familia, además de no dejar de luchar por el perdón de su amada Gin. Todas estas alternativas, ayudaban a que Diego recoja fuerzas para seguir adelante en su rehabilitación.

Sin embargo, quien parecía no encajar en este escenario de amor y felicidad, era Babi, quien tras el rechazo de Hugo y la muerte de Gustavo, decidió confinarse en su habitación, ahogando sus penas con alcohol. No tenía la más mínima voluntad de seguir adelante e hicieron tres días seguidos que no había asistido a su trabajo. Perla y Horacio veían con preocupación el estado anímico de su madre, por lo que resolvieron llamar a su tía Daniela para que venga a sacarla de allí. Daniela fue y a duras penas pudo convencer a Babi para que se asee y se arrope para salir a tomar un café y así charlar de todos los temas. Una vez en el Café Francés, Daniela inició la charla:

- Babi, ¿dime que sucede? Confía en mí. Soy tu hermana y así como tú me ayudaste, yo te quiero ayudar – empezó Daniela.

- Es todo, Dani. Todo lo que sucede. Perdí a Gustavo, perdí las ganas de trabajar, las ganas de vivir, todo. Y por sobre todas las cosas, Hache nunca me amó – confesó Babi.

- ¿Cómo dices? – preguntó Daniela, un tanto intrigada.

- Que Hache no me ama. Nunca me amó. Siento que mi vida ya no tiene sentido si no lo tengo al lado. – contestó Babi.

- Babi, comprendo que estés mal por la pérdida de Gustavo. Era tu esposo y lo amabas. Pero no entiendo ¿por qué sigues empeñada en buscarlo a Hache? El ya tiene su vida armada, está casado, tiene una buena familia con su hijo y su hermano que siempre lo ayuda. Y ahora está en una incómoda situación con lo de la enfermedad de su esposa. Creo haberte dicho que lo olvides, que lo dejes ser hermanita. – respondió Daniela.

Sin embargo, hubo algo de lo que dijo Daniela que llamó poderosamente la atención de Babi: ¿Cómo sabía ella de la enfermedad de Gin? ¿Acaso Katina o Andrés se lo mencionaron?

- ¿Tú sabías que su esposa estaba mal? Te lo comentó Katina ¿no? – indagó Babi

- Emm… No. No fue ella. Son… cosas que se entera uno. Bah, me lo contó Andrés – dijo Daniela como queriendo ocultar algo. Babi la miró con desconfianza.

- ¿Hay algo que me quieres decir y no sabes cómo? – indagó aun más Babi.

- No… No, nada. No. – dijo Daniela riendo nerviosamente mientras tomaba su café. Pero al rato volvió a hablar del tema anterior. – Babi, escúchame por favor. No hagas locuras. No sigas presionando a Hache. Trata de superar ese capítulo de tu vida, sino serás infeliz por el resto de tus días.

3msc: Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora