Cap V

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(Haruka)

Siento cada maldita llaga. Me arde, no puedo sentarme ni acostarme ni nada, porque el metal frío me causa dolor. Tengo que apoyarme en las puntas de mis pies, y como llevo rato aún duele. Pero viene alguien más.

Es Close, pero no está tan enojado. Avanza hacia mi jaula, para luego arrodillarse frente a mí.

Está serio. No lo comprendo.

—¡Princesa Sakura!— Se ríe de mí en mi cara. Desprecio ese nombre con toda mi alma. Es una burla.

Lo odio tanto, que hasta odio ser una jodida princesa.

Ya realmente no me interesa una mierda. Y sí, de tanto recibir insultos ha empeorado mi vocabulario.

—¿No dice nada, ohime-sama?— Sé que desea que conteste con lengua filosa para poder golpearme. De seguro.
—No, nada— Contesto, queriendo llevar la contraria y no recibir más golpes.
—Pequeña estúpida— Me sostiene la cara bruscamente, apretando mis mejillas contra mis dientes. Sostiene mi cabeza, haciendo que mi cuerpo se sienta de tela. Flojo y sin vida. Pero vuelvo a sentir dolor, pues mi piel descubierta, al rojo vivo y cortada con óxido empieza a arder. De mi boca traicionera deja salir un quejido de dolor. Eso, combinado con las quemaduras del ácido en mi espalda, cuello, hombros, brazos y pecho que reaccionan al sudor y la humedad.— ¿Te duele, vil criatura? Pues más te vale no volver a chillar en una función, ¿Entiendes?

Suelto un pequeño jadeo, que más bien suena a llanto. Esto hace que me sonría.

—¡Ternurita!— Exclama en un tono condescendiente que odio. Cómo a cada persona de este mundo que viene y no nota el olor a podredumbre, a muerte. Que no sabe que sus curiosos hijos pueden buscar tras bastidores y acabar aquí, en mi lugar. Imbéciles— Pues para que sepas que no estabas tan fea al llegar aquí. Me parecías hermosa, niñita.
—¿Y qué cambió?— Se me sale un comentario irónico, otra vez. Me da una cachetada, lo más suave que me ha hecho alguien desde que llegué a este infierno.
—Nada cambió, realmente. Pero ese bastardo tenía que salir del camino igual— Esa forma de referirse a Kanata me genera enojo. Pero esa furia es pasajera, dado que recuerdo que él ahora no me desea ver jamás.

Sólo soy un horrendo monstruo a los ojos de mi único amigo y mi enamorado eterno.

Y eso duele más que las putas heridas.

Le doy asco. A él, y a mí familia seguramente y a Kuroro.

Kuroro era mi sirviente. Jugaba conmigo y Kanata, cuando crecimos jugó con Momoka y así. Era muy tierno, tímido y súper adorable. Pero un día desapareció y no volvió jamás.

—¿No vas a decir nada?
—Normalmente diría que no hablaras de él a sus espaldas de esa forma, pero ahora... No sé qué sentir respecto a tus palabras— Tuve una expresión de ojos vacíos, con lágrimas silenciosas e inertes.

De esas que uno derrama cuando ya no lo vale.

Cuando la persona de quién dependía tu vida, te olvida. Y sólo te queda atragantarte con las flores que ni siquiera pediste tener.

Y no las puedes escupir, porque te las harán pasar sin agua y con violencia.

—Buena bestia— Se burla, con uno de los peores calificativos que puede elegir para hablarme. Ya ni quiero discutir.

Estoy realmente sola.

Creo que ya acabé con mi lucha.

No tengo familia, mi único apoyo ya ni puede soportar verme sin odiarme, sufro por ser una idiota incapaz de reprimir su dolor...

Tan sólo quiero que esto se acabe.

Dios, acorta un poco este sufrimiento.

(Twilight/Towa)

¿¡Por qué!? Me pregunto. ¿¡Por qué Dios los trajo juntos!? Yo no los quería juntos. Yo lo quería a él.

Quería a mi hermano, mi único amigo. No es justo.

Por eso dejé a la princesa Haruno a merced de Shut y Close, mientras que como una mierda me aproveché de la amnesia post traumática de mi hermano, lo tomé como un niño y prácticamente le apliqué la del "perro judío" para alejarlo de ella.

Pero ellos creen que yo no recuerdo nada. Qué sólo soy Twilight. No saben que siempre recordé a mi familia, siempre quise volver a oír a mi madre cantarme, volver a ver a mi padre y a mí hermano. Pero aún así intenté vivir con Dyspear como mi madrastra.

Soy un asco de persona. Pero lo hago por volver a tenerlo conmigo. Me sentía sola, vacía.

Y si lo tengo que obligar a borrar a la princesa Haruno de su mente o incluso matarla yo misma, lo haré.

Nada me impedirá tener mi único deseo.

Nada me impedirá tener mi único deseo

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Go! Princess Precure: The Last FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora