Especial: Lilliana, la cantante misteriosa.

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Dedicado a JimmGelato, HikiOkami y SofiaMaki1702

(Lillia)

No siempre fui esa cosa horrenda. No era la cantante de mierda del circo.

Yo era una niña normal. Mi nombre verdadero era Lilliana Roses, y cuando llegué al circo tendría 13 años.

Era de una familia de clase media alta, de un pueblo medianamente grande, en dónde éramos muy conocidos. Yo era una niña de concurso de belleza desde muy joven, aprendí a bailar, cantar, modelar y tocar música. Me enseñaron de todo, confiando en el futuro para tan bella y talentosa joven.

Qué pena que ese futuro no llegó jamás.

A mis trece años, yo tenía una constante sensación de vacío en mi vida. No tenía la autoestima del siglo, pero era bastante consciente de mis virtudes y mis defectos como para no vivir sintiéndome inferior.

Mi madre, Mirenne Roses, quería ayudarme. Siempre fue muy buena y comprensiva conmigo. Había conocido a mi padre siendo pobres, por lo que sus vidas se resumieron desde ese entonces en su enamoramiento y su trabajo. Antes de que yo naciera, mamá se embarazó de otra niña. Le decían Anna. Pero Anna desapareció a sus cinco años de edad, por lo que ni pude conocer a esa hermosa y pequeña niña de cabellos rubios ocres y ojos verdes turquesa. Y decidieron llamarme Lilliana en honor a mi fallecida abuela paterna, ya que Anna se llamaba así por mí abuela materna. Habían trabajado mucho para llegar a este lugar: El de una familia a casi nada de considerarse ricos. Iban a darme la vida que deseaban haberle dado a Anna.

A ella le habría gustado mucho lograr que mejorara mi ánimo, así que decidió que ella y mi padre me sacarían a pasear sin razón, poniendo como excusa mis buenas notas.

Admito haber sonreído, haberme emocionado a los trece años por una simple salida. Pero con entusiasmo me vestí y arreglé rápidamente.

Ellos me cosentían lo justo y necesario, no lo suficiente para que fuera una mimada de las malas, así que no era tan extraño esto de las sorpresas

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Ellos me cosentían lo justo y necesario, no lo suficiente para que fuera una mimada de las malas, así que no era tan extraño esto de las sorpresas. Mi padre, Adam Roses, solía decirme "Liana", como uno de esos cariños fraternales tales como esos canolli por las tardes después de mis tareas o las canciones que él y mi madre entonaban para divertirnos o hacerme dormir. O esas manualidades que hacía mi mamá. Flores de papel crepé, cubresillas de tela, todos los adornos de navidad lejos del árbol y lo que va en éste, cortinas, sábanas, inclusive lazos y vestidos para mí. Casi de todo. También ella era del tipo "Lo arreglo yo misma" ya fuera un juguete o un microondas. Mi papá era un poco diferente, "¿A quién llamo?" para arreglar la licuadora o el lavaplatos.

Esa era la vida en la casa Roses. Una madre hacendosa y cariñosa y un padre adorable y trabajador. Y una niñita con un vacío emocional.

Aquí viene...

Go! Princess Precure: The Last FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora