Aquellos a los que amamos

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6:30 pm, 28 de junio de 2023. Flint, Michigan. La autopista 244.

Silencio.

Un largo día tras el volante, en donde el ruido del motor era una constante tan presente que se desdibujaba de la percepción. La ciudad de Flint quedaba atrás por varios kilómetros y el tráfico se había aligerado. Solo era él y varias horas más de carretera, en un atardecer en el norte del país. Los paisajes boscosos oscurecían a pesar de las luces del atardecer de un caluroso verano, el susurro del viento entre los árboles se detuvo de un momento para otro y solo quedó el ronroneo del motor. Luego el silencio.

Su corazón latía de forma acelerada, lo podía sentir en el pecho golpeando su caja torácica con furia, sin embargo el silencio predominaba. Por un momento el miedo se apoderó de él, ante la insólita situación que estaba viviendo, y con rapidez buscó el radio del auto. Para su sorpresa llevaba encendido desde la última estación de servicio a la que paró. No había frecuencia alguna, ni siquiera la estática común cuando se pierden las señales. Probó acelerando, ansiando escuchar el rugido de su sedán, pero el motor pareció brillar por su ausencia, solo sintiendo el cambio por el viento que pegaba en su rostro.

En un último intento gritó con desesperación, pero solo pudo gesticular, su cara era una mueca de frustración, abriendo su mandíbula de forma ridícula. Ningún sonido salió de su boca. Enmudecido, se aferró al volante y clavó sus ojos en la autopista. La caseta no tardaría mucho en aparecer ante sus ojos, y con ella el panorama boscoso asfixiante daría paso a un valle de extensos pastizales. "Solo unos minutos más" pensó.

No solo el silencio lo atormentaba, sino que también una tensión inusual se extendía por sus músculos. Empezó en sus manos fijas al volante, pensó que no sería un problema, hasta que se empezó a extender por sus brazos. Con cada minuto que pasaba su cuerpo se sentía cada vez más rígido, como si su sangre se hubiera vuelto cemento y este se secara. Su respiración se dificultaba con los minutos y los parpados parecían no querer cumplir su función de proteger y humedecer sus ojos periódicamente.

No pudo soportarlo, haciendo acopio de todas sus fuerzas giró el volante con brusquedad para orillar su auto. Las llantas derraparon sobre el asfalto por unos instantes, sintió el cambio brusco en el terreno y cuando percibió la cercanía con un árbol frenó de golpe. Le costó horrores quitarse el cinturón de seguridad y abrir la portezuela, en el momento en que su cuerpo salió del auto, un torbellino de sonidos lo inundó. El mundo nuevamente parecía tan ruidoso, sin importar que estaba en medio de la nada.

Respiró profundamente, de forma agitada logró apoyarse sobre el tronco de un viejo roble. Su cuerpo regresaba, poco a poco, a la normalidad. La desesperación aún dominaba a Roberto, se sentía irascible y muy ansioso, como si algo vital le hiciera falta. Sentía un ardor por todo su cuerpo, no sobre su piel, sino debajo de ella. "Siento que muero" dijo para sí en un violento espasmo que lo hizo caer de nalgas sobre el pasto.

El síndrome de abstinencia se comportaba de forma peculiar en las personas, más cuando este se relacionaba con el alcohol. Si bien, la predisposición física de los afectados no solía jugar un factor en los síntomas, con Roberto la historia era diferente. Ante el estrés que se había sometido desde que inició en su nuevo trabajo de contaduría, sumado al natural estrés de su próxima boda, y la culpa que lo carcomía después del Blip, su cuerpo se encontraba en condiciones deplorables. El dejar el alcohol de golpe le provocaban estos intensos momentos de abstinencia.

Tumbado junto a la autopista, mirando como el viento agita las copas de los frondosos árboles de Michigan, deseó más que nada tomar un poco de whiskey. El cielo se teñía de tonos anaranjados y carmesí, el calor se mitigaba con frescas ventiscas que anunciaban el anochecer y la humedad del pasto comenzaba a ser un problema. Recientemente había llovido en las zonas costeras del estado, una fuerte tormenta que se extendió hasta la zona central. Detroit parecía aún seca, sin embargo se pronosticaba una temporada de lluvias que abarcaría todo julio y parte de agosto.

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⏰ Última actualización: May 07 ⏰

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Una Nueva Oportunidad (The Loud House Y Marvel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora