10.

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La emergencia resultó ser que nadie sabía como recuperar elementos de un documento eliminado, lo cual hizo enojar un poco a Lucas. Recuperó el documento del equipo de Sayd y volvió a su dormitorio. Se sentó en el escritorio y se dedicó enteramente a hacer tarea. Aunque estaba algo preocupado por John, necesitaba acabar sus trabajos, luego podría hablar con él toda la noche hasta que se quedaran dormidos. 



Le cobró un paquete de condones a un chico y este se fue metiéndolos a la bolsa junto con el cambio. Respiró hondo y soltó el aire de manera pesada. Martin se acercó y se inclinó con los codos en el mostrador, revoloteó las pestañas y sonrió. 

— ¿Necesitas un besito?

— Ugh— rodó los ojos y le empujó la cara haciéndolo reír. 

— Has estado de malas todo el día, deja de estar triste, es molesto— se quejó.

— Gracias, cabeza de mierda, acabas de curar mi depresión— lo miró fastidiado — Solo no me siento bien ¿okay? No es nada.

— ¿Por qué? Eres la persona más genial que conozco, es raro verte así.

— No es raro... — dijo achicando los ojos. 

La campanita sonó e inconscientemente sonrió al ver a Harry entrar mirando a los lados. Cuando el mayor visualizó a su hermanito, se quitó los lentes de aviador que llevaba puestos y se acercó sonriente.

— ¡John!— exclamó contento — Que bueno que te veo, necesito un favor— dijo y no borró su sonrisa. 

Llevaba la misma ropa que el día que se había ido, así que lo más seguro era que estuviera durmiendo en su camioneta. 

— ¿Qué necesitas?

John borró su sonrisa, se puso serio, sabiendo lo que le iba a pedir, pero aún así esperando que no fuera eso, que quizá suplicara para que lo contactara con su papá. Pero la risa soberbia de su hermano le confirmó lo que no quería saber. Metió la mano a su pantalón suspirando. 

— No mucho, solo necesito lo suficiente para gasolina.

— ¿Por qué no vuelves a casa y ya?— Sacó su cartera — Mamá está preocupada. 

— ¡Soy un adulto!— exclamó enojado — A parte, voy a un estudio en Londres con una banda que acaba de firmar allá para grabar un demo. Perdieron a su guitarrista y me pidieron que lo reemplazara— sonrió — ¡Ven conmigo! El baterista es un hijo de puta, no falta para que lo saquen también. 

John jaló unos billetes y se quedó mirándolos entre sus dedos. Mordió su labio, analizando la situación y la propuesta. Relajó los hombros y metió el dinero de vuelta a su cartera. 

— Vuelve a casa, Harry, no seas un idiota— dijo casi rogando. 

Harry se le quedó viendo, chasqueó la lengua y en un movimiento rápido le arrebató su cartera y se volteó. John le gritó mientras rodeaba el mostrador para ir a atacarlo, pero cuando llegó a su lado su hermano le lanzó la cartera del otro lado de la caja y se fue corriendo, gritando gracias. 

John se quedó de pie viéndolo subir a su camioneta y bufó. Martin le extendió su cartera y él la tomó con malos modos. 

Volvió a casa y se metió directo a su cuarto. Se tiró en la cama mirando el techo, giró la cabeza y tomó la almohada de RD-D2, la lanzó hacia arriba y la atrapó a centímetros de su cara. Se sentó en la cama y jaló el cajón de su buró, metió la mano entre los calcetines y la madera y sacó una cajetilla de cigarros abollada con un encendedor azul adentro. Ya estaba oscuro afuera, abrió la ventana y el aire frio le dio de lleno en la cara, miró a lo lejos las luces y las casas que se extendían más allá de su patio. Sostuvo un cigarro entre los labios y lo encendió haciéndole una casita para protegerlo del viento. Lo quemó y sacó el humo por la boca hacia arriba, dejando que se fuera. 

Sad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora