Capítulo 5 - El sueño.

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24 de septiembre del 2005

No sé cómo explicarlo, ya he hecho el reclamo en la recepción, no sé cómo debería decirlo, pero siento que me han estado observando desde el momento en que entré aquel día, unos ojos fríos mirando desde el fondo muy agobiantes, no hallo la manera de tener tranquilidad. Ni la música ni los juegos parecen tener efecto en mí, lo único que me tranquiliza es ella.

Ese día mi hija deseó subirse en el próximo juego, pero yo de verdad no concebía, lo que quería era alejarme de este sitio cuánto antes, miré de reojo y sentí que algo estaba ahí. No sé cómo decirlo. Algo no me deja tranquila.

Esta sensación incrementó enormemente en el juego del Otoño de Stanley. Por curiosidad miré al gigante cuando éste volteó la mirada. Me quedé perturbada cuando sus ojos de pronto "se cayeron" saliéndose de sus cuencas. Si de por sí eso me asustó, lo que me dejó sin aliento fue saber que detrás de esa máscara de plástico, había unos ojos viéndome... eran muy reales para ser parte del muñeco... se veían a través de las cuencas vacías.

Advertía una amenaza en todas partes, por miedo a que le hiciera algo a mi niña, esa mirada fue suficiente para tomar a mi hija y salir del juego lo antes posible, sentía que algo terrible estaba a punto de suceder... y no me equivoqué.

Tras poner el reclamo y salir del parque, al día siguiente cuando por mera curiosidad regresé a la entrada del parque, noté muchas patrullas de policía acordonando el área. Algo sucedió, pero no me quedé para verlo.

La razón de mi miedo fue saber que, en las noticias, los oficiales encontraron varios casquillos de bala en el juego del Otoño de Stanley...

Al saber que varios disparos se escucharon el día de ayer poco después de habernos ido, me heló por completo la sangre.

Alguien estaba ahí listo para liquidar a alguien, es por eso que he decidido no volver al parque, no soy capaz de dormir por las noches después de lo que vi... esos ojos, estoy segura que eran de una persona. Cómo si algo estuviera dentro de Stanley...

Pero eso no es lo peor, y es que no entiendo cómo ese muñeco es el favorito de mi niña, que no para de preguntarme por el día que podamos volver al parque. Ya estoy cansada de que me siga insistiendo de querer volver.

Mis miedos eran fuertes, pero el deseo de mi hija era mucho más. De todos modos, ese juego ya lo cerraron. A Stanley lo desmantelan según el periódico... quizás si la envió con su padre, ella dejará de colmar mi paciencia. Solo una vez más.

Quizás cometa un error, pero ya no tengo fuerzas, porque "eso" me sigue observando todas las noches, con esa sonrisa...

30 de noviembre del 2011

Debo darme prisa, las instalaciones de los almacenes deben desocuparse antes de que sean las 5, no puedo darme el lujo de cometer errores, el jefe Len desea que traslademos los discos de las computadoras y los repuestos a la zona segura. El parque perdió financiamiento de todo tipo y León ya no ha asomado su rostro por varios días. Todos en el parque solo andan corriendo, llenos de terror, solo desean terminar su trabajo antes de que algo malo ocurra, nadie quiere estar aquí al anochecer, no después de lo que ocurrió el año pasado.

Esa niña... todavía la recuerdo, llevo años trabajando aquí y nunca había visto una falla de este tipo.

Estoy a cargo del funcionamiento de la atracción de "La casa del terror". Fui a los almacenes a traer los repuestos para hacer el último mantenimiento a Bofun, la atracción principal de la casa. La verdad es que el hambre me está consumiendo, no he comido en varias horas y siento que por tanto correr me voy a desmayar. La verdad no sé por qué sigo haciendo esto, quizás tengo miedo de que esto ocurra de nuevo.

Una Semana en El ParqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora