Doctober Stone - SenGen (Dr. STONE)

Día 4: Partners in crime/Cómplices (StanXeno)

Sus pasos se sentían silenciosos contra el suelo del largo pasillo que atravesaba antes de llegar a su destino final.

La noche había caído desde hace unas horas y la mayor parte del lugar ya estaba casi en silencio.

Había sido un día agitado y lleno de adrenalina, como hace miles de años no se sentía. Había extrañado esa emoción y tensión que le provocaba estar en guardia, con un arma y con la vista fija en una presa.

Demonios, ese sentimiento de saber que tiene el poder de decidir sobre la vida de alguien y la capacidad para hacerlo bien, sin titubear, le excitaba de sobremanera. Ver a todos como ratas insignificantes...

Ah, era tan satisfactorio.

—¿Aun despierto?—su voz se dejó escuchar, una vez que abrió la puerta de la recámara de Xeno. Este se encontraba sentado junto a la gran ventana abierta que allí había. El viento movía las cortinas levemente, junto a unos cuantos cabellos rubios del científico.

—Esperaba que vinieras, Stan—su voz sonó tranquila, desviando la mirada del paisaje hacia el recién llegado.

—¿Cómo estás?—una de sus manos tomaron las enguantadas contrarias y le invitó a colocarse de pie frente a él.

Xeno no contestó en primer lugar. Solo se limitó a fruncir su ceño desviando su oscura mirada de los azules de Stan.

—Stan, no pasa nada.

Este entrecerró los ojos, mirando cada uno de los gestos del científico.

Sí, Stan veía a todas las personas como simples insectos de los cuales podría deshacerse rápidamente y no se esmeraba por ocultarlo.

Pero con Xeno era diferente. Xeno era el único en el mundo con el que se sentía a gusto, a quien quería proteger y haría hasta lo imposible para ayudarlo a alcanzar cada una de sus metas.

Incluso si eso significaba matar a quién se interpusiera en su camino.

—Ya no hay nada que hacer—agregó luego-Ishigami Senkuu está muerto.

—Así es.

Xeno volvió su mirada hasta él nuevamente y suavizó su expresión.

—¿Te das cuenta que ahora somos cómplices?—a pesar de lo fuerte que se escuchaban sus palabras, una sonrisa se formó en sus labios.

Pasó sus brazos por el cuello de Stanley y este aprovechó de posar sus manos en las caderas de él.

—Hay tantos crímenes en nuestro historial que este no hace la diferencia—respondió con el mismo tono.

—Tenemos pase directo al infierno.

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Hola, hola.
Ayer sucedieron un par de cosas que me dejaron imposibilitado de subir el oneshot de ayer y por ello lo traigo hoy.

Día cuatro listo.

Saludos☆