A los tres años, yo, estuve en el colegio José Sanchez y Sanchez. Estuve allí hasta los seis años. Aún me acuerdo de mi primer día. Entre a la clase asustada, como cualquier niñ@, en su primer día de clase. Recuerdo ver colores por todas partes, dibujos, niños... Los niños estaban saltando y corriendo, pero, había una pequeña parte que estaban sentados, y tranquilos, y pensé, ¡son como yo!
Me senté en la silla libre, y empecé a hablar con el niño que había a mi lado, bueno, hablar, o lo que yo creía que era hablar. De vez en cuando, me perdía entre los dibujos de aquella clase. A mi otro lado, había una niña, de la cual no recuerdo el nombre. Pasaron los días, y mis recuerdos se van dispersando.
Pero, recuerdo, estar sentada en un círculo, en el suelo, y, con aquel niño a mi lado. Y, de estar en el patio, con ese niño, jugando. Era mi mejor amigo. En los tres años que estuve allí, ese niño se había convertido en mi mejor amigo.
Todo iba muy bien, estaba feliz y contenta, era una niña. También hay que decirlo.
Era bajista, con el pelo castaño, y por los hombros. Siempre iba con bailarinas, ahora entiendo, por que las odio. Con razón. Tenía, y tengo los ojos marrones, y las pestañas "mu shicas". No me han crecido nada. Siempre iba al colegio con mi hermano pequeño, Ramón. Es todo lo contrario a mí, pero todo el mundo dice que somos iguales. ¡Se equivocan!
Mi vida era sorprendentemente, buena. Pero, eso fue hasta que cumplí los "marditos" seis años.
