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Toda la historia será narrada por la escritora

Al día siguiente Martes, Félix se levantó temprano para su clase en línea, varias horas pasaron y éstas terminaron sin ningún problema alguno.

"Mamá he terminado", bajó hasta la sala para después caminar por la cocina donde se encontraba ella y su hermana. De inmediato Seongjin le miró mal haciendo una mueca sin que le miraran.

"Genial amor, ¿Tienes hambre?", cuestionó mirándolo orgullosa de cuan listo era su chico. Quería acariciar su ceniza cabellera, pero se limitó al tener las manos ocupadas.

"No, iré con Luna y San a que conozcan un poco", pasó sus manos por su cabellera suspirando un poco.

"Bien, pero coman para que no vengan tan hambrientos", agregó tratando de convencer a Félix.

"Bien", se sentó en la mesa al lado de su primo quien no se había quitado los audífonos desde que llegó. Al menos eso pensó el, porque cuando llegaron el tenía un sueño inmenso el cual debía completar plácidamente.

"Hijo ¿Qué quieres comer?", le preguntó la omega Seongjin a su hijo alfa, Minho.

"Lo que quieras mamá", sonrió y volvió a colocar sus audífonos a sus oídos. "Ya sé que todo lo haces delicioso, así que lo que sea está bien", ella le miró con un brillo en los ojos raro (para su hijo).

"Aquí tienes Félix, ¿Dónde están tus primas?", miró como el omega tomaba el plato ansiosamente. Sonrió.

"Alistándose", metió una cucharada de arroz a su boca. "Eso creo", afirmó con una sonrisa luego de tragar el arroz.

"Bien, come mientras las esperas ¿Vale?", la omega acarició la cabellera de su hijo y caminó a su hermana.

"Está bien", comenzó a comer sin prisas por lo que de dedicaba a degustar de la deliciosa comida que su mamá le preparaba, después de que lo terminó sus primas bajaron ya preparadas. Aparentemente.

"Estamos listas", confirmó Luna con una sonrisa, su pequeño piercing modelando de una atrayente manera.

"Habla por ti, yo no encuentro en la maleta mis sandalias con diamantes", mostró preocupación moviendo con insistencia el brazo de su hermana alfa quien solo se limitaba a calmarla.

"San, busca bien, seguro está en tu maleta. ¿Las empacaste, no?", la omega de cabellera anaranjada asintió no muy convencida. "Entonces seguro las tienes por ahí", afirmó yendo al sofá. San corrió de nuevo hacia arriba para checar una vez más. "Ven Lix, seguro que tarda", le sonrió haciéndole un espacio en su propio sillón.

"De acuerdo", caminó a ella no muy convencido. "Tu eres Luna ¿No?", ella asintió jugando con su piercing, cualquier omega mujer que la mirase quedaría más que embarazada con esa imagen de la pelinegra con mechas blancas. "Te queda muy bien el nombre", afirmó el omega pecoso.

"Lo sé", soltó orgullosa.

"Estoy lista", bajó vistiendo un vestido amarillo, su bolso negro y sus zapatillas con un ligero toque de brillo alrededor de la cuerda que envolvía a su pie.

Salieron camino a donde Lee las llevaría.

"Félix, escuchamos que eres un omega ¿Es cierto?", preguntó San emocionada mientras tomaba la mano de su hermana. Seongjin le pidió a Luna cuidar de los omegas y sobre todo de San, la imperativa chica que viste a la moda.

"Si", soltó sin rodeos. "Soy un omega", afirmó susurrando a ambas.

"¿Cuándo recibiste la noticia?", cuestionó esta vez Luna. Le intrigaba porque ella no recibió para nada bien la noticia, casi seduce a la maestra quien comenzaba a caer en Luna, de no ser por su hermano Minho quien la sacó de allí y la llevó rápidamente a casa dándole supresores.

"Pues, todo a su tiempo, por suerte estaba en casa, así que todo estuvo a la perfección, nada de problemas", sonrió mirando a sus primas.

Ellas lo comprendieron al instante sonriéndole, es un lindo omega y un gran chico, es olvidadizo pero está bien. Es tierno.

"¿Y a dónde vamos?", cuestionó emocionada San.

"A todos lados", agregó Félix mostrando una pizca de felicidad.

"¡Genial!"

[...]

"Félix, ¡Quiero helado!", molestó la omega de la moda con una voz fastidiosa así la escuchan.

"Vamos para allá, contestó Félix, desde que salieron su semblante muestra tristeza. Pareciera estar triste o abrumado, por suerte sus feromonas no se sienten en el aire pues tomó neutralizadores.

"¡Si!", sonrió emocionada.

"Hola, buena tarde ¿Qué desean ordenar?", preguntó la señora amablemente. Beta, su olor no se percibía por ningún lado.

"Quisiera un helado de..." volteó a ver a sus primas las cuales contestaron al instante.

"Fresa", soltó San con una sonrisa.

"Vainilla", respondió Luna neutro.

"Y chocolate por favor", miró de nuevo a la señora mostrando una leve sonrisa.

"Claro enseguida", se apresuró a atender a más gente y entregar el pedido de ellos tres.

"Sentémonos", Félix caminó a una mesa con sus primas siguiéndole.

"Si", se sentó y miró a su primo, no se le veía bien y una pregunta tonta ayudaría mucho." Lix ¿Ya tienes novio?", cuestionó Luna con una sonrisa.

"No, tal vez nunca tenga, mamá no me deja ir a un colegio de verdad", miró la blanca mesa.

"Te diremos algo pero no le digas a tía que te dijimos ¿Va?", ofreció la omega que está a la moda. San.

"Está bien", respondió el omega de pecas sin emoción mirando a sus primas.

"Bueno, tía Lee está pensando en enviarte a un colegio", Luna con una sonrisa mostrando unos bien formados colmillos le confirmó al menor.

"¿Enserio?", un poco, solo un poco de su tristeza se había ido.

"¡Claro!"

"Aquí tienen sus helados, que los disfruten", sonrió la señora beta para luego retirarse.

[...]

Pasó el día, las 6:36 pm ya eran, Félix las llevó a la última parada.

Caminaron hasta un parque hasta que este terminó, pero Félix no paraba de caminar. "Bien, hemos llegado", todos llegaron a una pequeña playa por así decirlo, el atardecer comenzaba, el hermoso momento comenzó para todos.

La omega sonrió emocionada limitándose a sacarle fotos.

La alfa jadeó con sorpresa.

Félix solo suspiró sonriendo.

Félix solo suspiró sonriendo

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I'm Not A Baby [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora