I'm Not A Baby [Changlix]

VII

Toda la historia será narrada por la escritora.

"Muchas gracias, estuvo delicioso", la alfa Luna agradeció con una hermosa, tentadora y coqueta sonrisa a la anciana omega que estaba en la caja.

"Gracias a ustedes por su compra", les sonrió también mirando lo tierno que era el omega que les acompañaba. "Eres lindo cariño", confirmó sonrojando al menor quien bebía una malteada de leche celeste.

"Muchas gracias", sonrió apenado mientras salía con Luna y San, la alfa tomó las manos de ambos y continuaron su camino.

"¿Ustedes creen en los destinados?", sacó de repente San mirando a a su hermana y primo. Seguro una respuesta recibía, una buena o una mala pero esa pregunta sería respondida.

"¿De qué hablas niña?", preguntó Luna algo enfadada. Odia los temas de cuentos y sobre todo los mitos. "Es obvio que-"

"Si existen", completó la omega de cabellos anaranjados con el entrecejo un poco fruncido, su hermana era bastante rara al hablar de ese delicado tema. "¿Qué hay Alexia y tu? ¿Ah? ¿No es amor puro acaso?", le retó callando a su alta hermana.

"Leí sobre eso en un cuento para niños", habló Félix aligerando el ambiente, genial. "Me pareció algo muy tierno ver como esa pareja de destinados se encuentran. Hay demasiadas coincidencias a donde van ambos se encuentran", sonrió emocionado.

Por supuesto, un hijo consentido piensa con un futuro igual de consentido, mierda Lee Félix. Luna bufaba por dentro. "No todo es real Félix, tu tienes esa mentalidad y los alfas otras", agregó la chica de cabellos negros.

"Lo sé, pero todo era tan perfecto, sin problemas, solo ellos y sus cachorros", volvió a sonreír. "Tan felices"

"Sigue soñando entonces. Incluso si encuentras a tu destinado tal vez te trate mal porque el esté enamorado de alguien más, tal vez te rechace tanto que quieras morir", Félix tiritó un poco. "Así es Félix, nada es color de rosa", continuaron el camino.

"Lo asustas Luna, el no es de nuestra edad para saber esto", explicó a su hermana enojada por la simple reacción de su hermana. Ya debería ir aprendiendo. Era todo lo que respondía. "Lix, solo ignora sus palabras, Luna hyung no sabe lo que dice", Lee asintió con una sonrisa tomando la mano de ambas.

"Ilusos, ahora veo porque no tienen pareja, esperan a a su tonto destinado", negó con una sonrisa ladina mientras pensaba. Les siguió, el silencio era cómodo pero a la vez incomodo.

"Luna, hace tiempo que no veníamos a Seúl, ¿Podemos llevar recuerdos Félix?", el menor la miró asintiendo con una encantadora sonrisa. "Genial, vayamos a una tienda entonces", saltó un poco.

"Conozco una, vamos", tomaron una ruta diferente. "¿Les ha gustado lo qué hicimos? Perdón si fue algo aburrido, no suelo salir tanto", sonrió arrugando su pequeña nariz. Amaba hacer eso, su abuelita omega le decía que eso era tan tierno que tendría a la mitad de los alfas babeando por el, pero el no arruga su nariz por eso, no. El lo hace porque recuerda a su abuela cuando arruga esta.

"Estuvo demasiado entretenido, creo que Luna ya está mejor", olfateó la felicidad de su hermana junto al pecoso. "Antes ella apestaba a enojo", le susurró al menor detrás de la espada de su hermana.

"No hablen mal de mi niños maleducados", rieron. Las feromonas de felicidad estaban en el aire para los tres.

"Hemos llegado", afirmó el pecoso mirando a Luna abrir la puerta, la mezcla de olores de alfas y omegas estaban por todos lados. Félix reconocía muy poco, solo un poco, un olor. Lo ignoró cuando San le llevó con ella emocionada.

"Llevaré esto, y esto, y esto", la omega a la moda metía cosas a la canasta que Luna cargaba para ella.

"Si la canastilla se rompe entonces tu la pagas", rieron con el menor quien se había ido con Luna a buscar algo para ambos.

Estaban caminando hasta allá, sin embargo un chico alfa que se movía de un lado a otro mientras hablaba se estampó contra Félix, cayó de sus manos una costosa lámpara de brillos.

"Mira lo que haz hecho", miró a Félix quien se sumió y Luna ya no se encontraba ahí para el. "¿Estás sordo idiota?", sonrió desquiciado, "Omega-" estuvo a punto de usar su voz de mando.

"¿Qué estás haciendo?", llegó un alfa con el olor que Félix reconocía, entonces el menor miró de quien se trataba. Changbin. "¿Es tu omega?", el otro negó casi gruñendo. "Entonces no lo trates de tal manera, ni siquiera a tu omega, eso te hace menos alfa", el otro se calló.

"Pagaras por ello", apuntó la lámpara en el suelo dirigiéndose al menor detrás del alfa.

"El no pagará nada, ahora cierra la boca y comienza a limpiar este desastre", tomó la muñeca del omega sacándolo de esa sección. "¿Estás bien?", el asintió mirándolo con una sonrisa. El alfa no pudo evitar responder esa sonrisa con otra.

"Lo estoy, estoy bien, gracias", sobó su muñeca nervioso.

"Bueno, entonces me voy. Nos vemos luego", sonrió y se asombró un poco al recibir un abrazo del omega, percibió mucho mejor su olor, bombones con chocolate. Lindo.