Ethereal; Vinnie Hacker

22,

Vinnie

Entro a la casa corriendo y con las lágrimas aún por mi cara pero las manos empuñadas.

- eh Vinnie, os estabamos buscando. ¿Y Alex?.- pregunta Mads junto a Jaden en la barra

Paso por su lado ignorándolos y me dirijo al salón en busca de ese idiota.

- te voy a matar...- murmuro al divisarlo hablando con los chicos en una esquina.

Me acerco directamente empujando a la gente a mi paso.

- hey Vinnie, sien...- comienza a decir antes de tener mi puño en su cara y acabar debajo de mí.

- ¡Vinnie!, ¡para!.- oigo los gritos de mis amigos y sus manos a mi alrededor.

Lo único que podía ver era la cara de Alex llorando y con su voz entrecortada por mi culpa. El puño de Tayler estampando mi cara interrumpe mis visiones.

- ¡parar ya!.- grita Josh al separarnos y tenernos agarrados a los dos. La gente observaba la situación.

- tú aceptaste la apuesta. No cargues la culpa en los demás.- exclama el oji-azul haciendo que intente soltarme del agarre.

- Vinnie.- grita Bryce agarrándome de nuevo.

Tayler sale con sus amigos en cuanto Kio empieza a echar a la gente.

- ¿se puede saber a que a venido todo eso?.- pregunta Noah frustrado.

- ya lo sabe.- contesto pasandome la camiseta por la cara para limpiar la sangre del puñetazo.- por su culpa la he perdido.

- ¿a quién?, ¿a Alex?.- pregunta Nessa confundida. Le doy solo una mirada y parece entender que sí.- ¿pero por qué?, ¿qué le contó Tayler?.

- Vinnie apostó a que conseguiría acostarse con ella en menos de un mes el dia que la conocimos...- contesta Blake pasandose la mano por la cara.

- ¿qué hiciste qué?.- exclama Cynthia enfadada.

- tú tienes la culpa, Vinnie. Nadie más.- habla esta vez Joanna. Las tres chicas salen de la casa.

Alex

Entro a la casa y no puedo hacer más que desplomarme frente a mi puerta. Me dolía muchísimo el pecho y no podía dejar de pensar en él. Cada parte de la casa que miraba tenía un recuerdo junto a Vinnie.

Todo había sido mentira. Nuestras charlas por la noche por primeros días, sus flirteos constantes...todo era para conseguir 100 pavos.
Eso era para él, una apuesta que ganar. Una más de todas las chicas a las que llegaría a conocer.

Si realmente algo hubiera cambiado para él este tiempo, me lo habría contado. Pero lo ocultó, decidió aceptar esos 100 pavos y seguir mirándome a la cara.

- te odio, te odio, te odio.- exclamo vaciando todo mi escritorio de un golpe.

- Alex.- las voces de las chicas interrumpen mi caos. Llegan a la puerta de mi habitación y se paran asombradas viendo el desastre que tenían frente a ellas. Me refería a mí.

- todo era mentira.- suelto antes de sentarme en la cama y esconder mi cara entre las manos. Siento los brazos de las chicas a mi alrededor y sus besos en mi cabeza.

- no merece que llores así por él.- suspira Nessa limpiándome las lágrimas.

- no quiero volver a verle nunca más.- acoto sonándome la nariz y haciendo que ellas se miren entre ellas serias.- ¿qué pasa?.

- cuando te fuiste...Vinnie entro a casa de nuevo.- comienza decir Joanna bajando la mirada.

- se pegó con Tayler. Tuvieron que agarrarle porque literalmente lo iba a matar.- acaba de decir Cynthia dejándome boquiabierta.

- ¿él está bien?.- pregunto por inercia arrepintiéndome al momento.- no, ¿sabes qué?, espero que se haya llevado un buen golpe.

- se lo llevó.- responde Joanna sonriendo levemente.- fue un puñetazo en la boca y la ceja.

- ¿en serio?.- pregunto sintiéndome por un momento algo mal. Las chicas asienten haciéndome tragar en seco.- me da igual.

- ¿sabes que vamos a hacer ahora?, te vas a dar una duchita caliente mientras nosotras pedimos comida china y buscamos alguna buena serie.- interrumpe Nessa sonriente. Acabo asintiendo recibiendo un abrazo ilusionado de las chicas.

Mientras el agua recorre mi cuerpo recuerdo su rostro empapado por la lluvia mezclándose con sus lágrimas. Realmente parecía que si le importaba o le dolía, que buen actor.

Hoy tenía que haber sido la mejor noche del año y sus mentiras me la habían arruinado. Trataba de evitar llorar pero no podía. Pronto las lágrimas recorren de nuevo mi cara y se oyen mis llantos recordando cuando nos acostamos. Algo tan íntimo que para el fue una tontería más que ir y contarle a sus amigos para ganarse 100 pavos.

Enrollo mi cuerpo en la toalla y me miro al espejo. Tenía los ojos rojos al igual que mi nariz y las ojeras negras por el maquillaje. Me seco y busco en el armario algo para ponerme y encuentro su camiseta de Nirvana entre mis pijamas. No puedo evitar cogerla y llevármela a la cara oliendo su perfume. De nuevo, se me saltan las lágrimas.