Ethereal; Vinnie Hacker

23,

Alex

Me acurruco entre las mantas que habíamos puesto en el suelo para ponernos las cuatro a ver series.
Ya habíamos visto un capitulo de Mentes Criminales y la verdad que imaginarnos con Hotch o Reid me distraía de la horrible noche que había tenido.

- debe de ser la comida.- dice Cynthia levantándose y encendiendo la luz para ir a la puerta.

Sigo viendo el capitulo con las chicas que están más atentas a Cynthia y la cena.

- no voy a dejar que entres.- oigo decir a la castaña en un susurro.

Las chicas parecen oírlo también y se levantan diciéndome que las espere mientras pongo un capítulo nuevo.

Veo que ninguna aparece en varios minutos asi que me levanto y me acerco algo preocupada. ¿Y si era un repartidor asesino?.

- chicas.- digo haciendo que se giren las tres en la puerta asustadas. Vinnie se encontraba detrás de ellas.

Parece que mi cara da toda explicación necesaria. Me duele el pecho y se forma de nuevo un nudo en mi garganta.

- Alex, tenemos que hablar.- dice interrumpiendo el silenico y haciendo que me de cuenta de que tiene una ceja cortada sangrando por su sien y el labio roto.

- no tenemos nada de que hablar.- contesto seria tratando de no sonar entrecortada y débil.

- ¿y qué vas a hacer?, ¿hacer cómo si no existiera?.- cuestiona con un tono entre triste y enfadado. Encojo los hombros sin saber que decir.- mira, te recompensaré, tú dime lo que quier...- comienza a decir haciendo que me den aún más ganas de llorar. ¿Por qué no puede simplemente irse y olvidarme?.

- para.- digo interrumpiendole.- no puedes hacer nada para hacer que vuelva a confiar en tí.- hago una pausa y me acerco a la puerta en la que se encuentra.- lo que sea que fuera esto para tí, no puedo ni llamarlo relación.- río irónica con los ojos llorosos.- se acabó.

Digo antes de cerrar la puerta en su cara y respirar hondo para no desarmarme ahí en medio.

- ¿Alex?.- oigo la voz de Nessa. Me dirijo al salón y me pongo entre ellas otra vez sin poder evitar sollozar en cuanto me abrazan.

Vinnie

Se acabó.
La he perdido.
Ni siquiera me ha intentado escuchar. Se ha olvidado de todo lo nuestro en segundos.

Apostaste acostarte con ella.

Mi subconsciente me delata haciéndome recapacitar. Tiene todo el derecho a enfadarse pero acabarlo todo así me duele.
Justo el día que me doy cuenta que la quiero, se va.

- Alex.- digo en cuanto salta el contestador.- sé que me odias ahora mismo pero quiero decirte que no me voy a ir de la puerta de tu casa hasta que me escuches. No eres un capricho, te necesito en mi vida. Te quiero muchísimo, más que a mí mismo.

Me arrodillo frente a su puerta rezando que mañana sea un día nuevo y me perdone.