Esperanza.

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Han pasado dos meses desde el comienzo del tratamiento, sus cejas y pestañas han caído, su piel está muy sensible y seca, sus uñas frágiles y quebradizas, su sonrisa está enmarcada por algunas llagas que cubren sus labios, el insomnio por el dolor punzante marcaba ojeras debajo de sus ya opacos ojos, se veía cansada, era una persona muy lejana a lo que Yamato alguna vez conoció, aún así él no se cansaba de repetirle lo hermosa que era.

No mentía, ante sus ojos esa frágil castaña seguía siendo la más hermosa aún con todo lo que aquejaba su delicado ser.

Rin se encontraba en una gran sala de hospital con varios sillones que solo los separaban unas cortinas blancas, olía a medicamento y desinfectante, los quejidos y susurros era el sonido que inundaba el lugar, en uno de esos lugares se encontraba ella, recostada en un pequeño sillón con el brazo extendido sobre el descanso de este, usaba un vestido de algodón algo olgado, parecía más una playera de Yamato un poco más larga, calcetas largas y unas cómodas pantuflas, estaba cubierta con su frazada, esa con la que dormía y tenía el aroma de el castaño, ese aroma que hacía que se tranquilisara y soportará el dolor del químico entrar por sus venas, tenía un gorro que cubría su cabeza ausente de fibras capilares, su mirada cansada con sueño pero sin poder cerrarlos más que para soportar el dolor que provocaba el medicamento.

Una lágrima fugaz recorrió su rostro hasta llegar a su barbilla y caer, el dolor era apenas soportable, sentía sus extremidades entumecer.

- Hola, ¿Cómo estás?.-

Llegó Yamato acercándose a Rin, tomando su mano con mucho cuidado.

- ¿Te duele mucho?.-

Seco su lagrima con su pulgar para subir a su gorro y descubrir su frente para besarla.

Rin sólo asintió con la cabeza, no queria articular ni una palabra para evitar caer en llanto. Yamato jaló una silla para estar junto a ella, saco de una bolsa de papel una flor y un libro.

- Pase por una florería y... creí que te gustaría... Y también encontré este libro, ¿Quieres que te lo lea?.-

Dijo emocionado.

Rin sonrió con la poca fuerza que sentía en su cuerpo, la mayoría de su ser se concentraba en resistir el tratamiento. Yamato colocó la flor en el dobles de su gorro a la altura de la oreja, sostuvo su mano y comenzó a leerle de manera calmada, Rin lo miraba sin prestar mucha atención a lo que decía, ella solo quería verlo, saber que estaba ahí, su voz, el tono de su voz, no importaba que dijera mientras lo estuviera escuchando, eso la relajaba mucho, cerro los ojos y pudo diferenciar entre los olores de hospital el perfume de él, eso la hacía tomar fuerzas y resistir lo que su cuerpo sentía.

Yamato dirigió su mirada hacia Rin quien tenía los ojos cerrados, pudo ver su semblante aunque con dolor, más tranquilo, sonrió y continuo con la lectura.

Rin apretó su mano, dirigiendo su otra mano libre rápidamente hacia su boca mientras una arcada controlaba su cuerpo, Yamato acercó un bote que estaba junto a ella para que vomitara dentro, acariciaba su espalda mientras las arcadas continuaban, en realidad era más aire y algún que otro líquido, seguía sin probar alimentos sólidos pero Yamato constantemente la alimentaba con sopas, tés y sueros.

- Tranquila, ya pasó.-

Decía Yamato aún sobando su espalda.

- Lo siento...-

- No tienes nada de que disculparte - sacó un pañuelo de su pantalon - aquí estoy para cuidarte.-

Lo acercó hacia los labios de Rin y los limpió, se levantó para llamar a una enfermera y cambiar el bote, Rin se recostó nuevamente, Yamato se acercó y la cobijo con su frazada, sostuvo su mano y continuo leyendo de manera calmada.

Tentación. (KakaYama/ObiRin/YamaRin).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora