Number XV: Be killed by the past.

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Prólogo
Nunca romperías la cadena.

-Entonces, ¿qué te pasa Macockto?

-... ¿Cómo me llamaste?

-Makoto. Te dije "¿qué te pasa Makoto?" -Junko contestó de una forma que parecía una niña regañada por hacer algo que no debía.

El ojo de Makoto se crispo ante ese tono. Le era desagradable... y cuando cayó en cuenta de ello se sintió muy raro.

«No importa, solo es Junko siendo Junko»

-Ah bien, no he dejado de preguntarme... ¿Qué es lo que quiero hacer?

-¿A qué te refieres? ¿Es algo cómo lo que los pubertos o universitarios en crisis se preguntan cuando se dan cuenta que la carrera que eligieron no les garantiza un trabajo?

-¿Qué? No, no es nada de eso -Makoto lo pensó profundamente un momento para encontrar la forma correcta de explicarlo-. Digamos, si tus acciones pueden influir de gran forma en tu entorno, ¿qué hacer? ¿Cómo sobrellevar algo así?

-¿Ah? ¿Dices que lo que haces influye en todos?

-No... no es así. Es lo que quiero lograr, que lo que yo haga, pueda ayudar a todos, incluso a aquellos que no conozca bien, mi duda es, ¿cómo puedo lograr algo así?

Para Makoto fue invisible, pero algo cambió en "Junko" cuando mencionó esas palabras.

Algo para bien

-Estás diciendo... que solo quieres hacer cosas por el bien de otros.

-Hmm... es una forma de decirlo.

Una mueca de preocupación apareció en el rostro de "Junko".

-Esa no es una forma sana de pensar.

-¿Eh?

-Makoto, ¿crees que está mal ser un poco egoísta? ¿Querer que tus acciones y esfuerzos también te beneficien?

-Bu-bueno... no sé cómo responder a eso.

Tal pregunta hizo a Makoto flanquear.

Él... Solo era una persona normal.

Solo quería una vida escolar tranquila.

Makoto tenía una filosofía, algo que aprendió desde infante por obra de esa suerte tan inusual que tenía.

Creía que no tenía ningún sentido quedarse atrapado en las cosas malas, tanto del pasado como del futuro y del presente. Eran cosas que simplemente no le importaban porque sabía que entre más atención se le prestara, más grave se volvería.

Lo mejor era resolver todo con despreocupación, calmar las cosas con la esperanza de que eso llevaría a un día siguiente más tranquilo.

Naegi Makoto era alguien que vivía el presente y nada más.

-Eeeeh... Cómo sea.

-¿Eh? -, el cambio tan brusco en el tono y los gestos de Junko hicieron al chico desafortunado volver a la realidad. Había visto de primera mano lo cambiante que era el estado de ánimo de Junko, pero nunca algo así.

-De todas formas no es como si necesitara una respuesta. Te dejo solo con tu mente culpable, Macockto.

Con una media vuelta muy dramáticas, digna de una diva estadounidense, Junko se alejó de Makoto.

No sin antes hacer algo más para sacar al chico de sus casillas.

Más que sentirse atraído por eso, Makoto retrocedió con terror al ver el balanceo innecesario que Junko había puesto en su andar.

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