La hoja en blanco

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Un nuevo día había comenzado para Naegi Makoto.

Hoy era un día especial, porque mañana iniciaría una nueva etapa en su vida.

Regresemos hace dos semanas, cuando su hermana, Naegi Komaru, lo sorprendió con una carta que anunciaba que había sido aceptado en la Academia Pico de Esperanza como el Estudiante "Afortunado" Definitivo.

La Academia Pico de Esperanza era una institución encargada de educar a personas que era un hecho que iban a sobresalir en su talento, he de ahí porque eran llamados "Estudiante X Talento Definitivo".

Ahora, si desde que la carta había llegado pasaron dos semanas... ¿Dónde estaba Naegi Makoto ahora?


"Huum... ¿Hace cuánto tiempo que no paso por aquí?" se preguntó a sí mismo mirando el estanque del parque recordando que la última vez que estuvo aquí, no había tantos patos.

Desde temprano, Makoto vino al parque con la idea de calmar un poco sus nervios sobre el día que le esperaba mañana. Es decir, iba a entrar a la que era considerada como la mejor institución de educación en todo el mundo.

No sólo eso, también la pregunta de "¿por qué él?" carcomía su mente, es decir, no era más que un chico promedio con los gustos más genéricos posibles.

"Naegi Makoto" era una simple hoja en blanco a la que nunca se le escribió nada.

Y para desgracia del chico, no veía lo mal que estaba eso.

"Pues mira, yo creo que llevo 75 años sin ver este lugar. Es más hermoso de lo que mis nublados recuerdos dicen," reclamó ligeramente una voz que parecía alterada con auto tune.

"¿Eh? ¿Quién anda ahí?"

El chico miró de izquierda a derecha, sin éxito en encontrar la fuente de aquella voz.

"¡Aquí abajo, cabeza de antena!"

Lo que ocurrió a continuación, sacó a Naegi Makoto de la realidad misma.

Vio a un oso de peluche sentado en la misma banca que él; de un lado era de un blanco puro, ojo normal y una sonrisa común de todo oso teddy. Del otro lado... Era de un azul brillante con algunas sombras púrpuras, un ojo formado por una línea fina, afilada y que brillaba con una luz verde alternando en azul.

"E-esto... ¿Es una mala broma sobre osos? Como esa película del oso grosero..." preguntó a la nada mientras tomaba al oso y lo levantaba con ambas manos.

"¡No soy un oso ni una mala broma, soy Makoto Naegi! Pero si soy un poco de decir malas palabras. ¿Qué decirte? Vivir en América te cambia."

"¡¿Eeeeeeeeeeeeeeeh?!"

Makoto dejó caer al oso mientras se lanzaba detrás de una banca y tomaba una rama del suelo como arma. En un inicio creía que tenía un micrófono dentro, pero cuando lo levantó, habló y movió ligeramente la cabeza, dejó de creerlo.

—¿Qué forma es esa de tratarte?... Uh, eso no sonó bien, suena como si te odiaras a ti mismo. Eso aún no pasa, ¿verdad? —ambos no apartaban la mirada del otro, uno temblando ligeramente y pues el otro era un oso de peluche parlanchín—. Mira, cálmate. Siéntate en la banca, escúchame y le encontrarás todo el sentido del mundo a esto.

El futuro Estudiante Afortunado no estaba seguro sobre si creer en las palabras de su autoproclamado "yo", con su mente trabajando a toda velocidad por sus nervios en cuanto a mañana y la repentina aparición del oso, realmente no encontraba nada más razonable en tal situación aleatoria.

Sin una mejor salida, Naegi suspiró y se sentó de nueva cuenta intentando mantener el control.

—Buena elección, ahora, si me permites...

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