Remitente II: Cara a Cara con ése miedo

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3 años han pasado desde la reapertura de la Academia Picó de Esperanza, hoy no era un día especial ni nada por el estilo.

—Hace un viento agradable.

Togami Byakuya, Asahina Aoi, Hagakure Yasuhiro, Fukawa Toko, Kirigiri Kyoko y Naegi Makoto subían por una colina teñida en verde por la abundancia del césped y flores.

Pronto llegaron a la punta de la colina y en ella... había 12 tumbas personalizadas, todas pertenecientes a sus compañeros de clase, a su director, a dos maestros y al Boxeador Definitivo.

Cada uno tomo su rumbo, Togami pasando por varias de ellas a la vez y dándo una mirada un poco desalentada que no pasó por alto para Toko, Aoi inclinándose frente a dónde yacia Sakura y sonriendo al ver un montón de flores frescas, obviamente por parte de Kenshiro quién seguramente había venido de visita hace poco.
Kirigiri se separó de Naegi para dirigirse a dónde su padre y una persona que de igual manera considerada como familia, Kizakura Koichi.

Dejando vagar su vista, Naegi encontró a una figura larga, flacucha y de cabellera blanca rezando en el medio de dos tumbas, era Kyosuke Munakata y frente a el estaba el lugar donde Yukizome Chisa y Juzo Sakakura yacían en paz.

Tras la derrota final de la Desesperación Definitiva, Byakuya usó su influencia y mando construir ésto así como apoyo a Makoto en la construcción de un monumento a las víctimas de ambos juegos de matanza por los que pasaron.

En está colina habían dos excepciones, una era Nanami Chiaki cuyos restos fueron sepultados y una habitación levantada para cubrir la lápida todo por los antiguos miembros de la clase 77-B, desde allí podrían visitarla habitualmente.
La otra era Ikusaba Mukuro quien sólo tenía unas pequeñas inscripciones en el monumento a las víctimas en se construyó en la academia, aunque para ser sinceros, nadie le prestaba atención a tan pequeña inscripción por lo que había caído en el olvidó público.

Enoshima Junko nunca fue una opción así que nisiquiera se podría contar cómo excepción.

—«De verdad... los extraño mucho, extraño nuestros bellos días...»

Era todavía más doloroso después de recuperar sus recuerdos. Al inicio, Makoto nisiquiera podía mirar la tumba de Sayaka, Leon, Chihiro, etc. Sin caer en una asfixiante tristeza.
Pero a la vez, su objetivo de que todo volviera a ser como antes para el restó del mundo se hacía más firme.

Fue por ellos, por las memorias, sentimientos, todo lo que compartían, que reabrió la Academia. Su principal razón para mantener la esperanza, la segunda familia de todos los ex alumnos que hoy estában visitando ése lugar.

... ... ...
... ... ...

—Estoy más que segura... que estamos orgullosos y agradecidos, Naegi-kun.

Maizono Sayaka, Oogami Sakura, Owada Mondo, Fujisaki Chihiro, Ishimaru Kiyotaka, Yamada Hifumi, Yasuhiro Taeko, Kuwata Leon, Ikusaba Mukuro... todos ellos estaban en una sala de cine mirándo cómo la Academia volvía a ser lo que era.

Junko estaba asqueada con eso, así que se fue junto a Yukizome a alguna otra parte.

¿Por qué contar ésto si no fue uno de los motivos de la creación del viajero (Monoegi)?
Claro, no fue una de los motivos, pero está la memoria inquebrantable e incorruptible del viajero del tiempo, ya saben...

"Aquél que no conoce las consecuencias, la tristeza y las víctimas, está condenado a repetir la historia".

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