Celoso||Stony

4

Da un paso más

Freakum vestido fuera de mi armario

Y una vez llenando esta falda

Me veo muy bien, no lo he perdido

—¿Vas a salir de nuevo esta noche?.

Steve saltó ante la repentina pregunta de Tony, lo que le hizo perder la manga de la chaqueta negra que estaba a punto de ponerse.

Había pasado una semana desde la última vez que Steve volvió borracho a casa. Desde entonces se disculpó profusamente, alegando que apenas recordaba lo que sucedió y que, hiciera lo que hiciera, prometió no volver a hacerlo nunca más. A lo que Tony, sin importar sus más fuertes inhibiciones, lo perdonó. Porque no importa lo que hizo Steve, no importa cuántas veces repitió los mismos errores, Tony se negó a renunciar a su esposo, no cuando Steve nunca se rindió con él hace una vez.

Volvieron al ritmo de la vida doméstica, Tony hizo todo lo posible por ser paciente, comprensivo, amable y un buen marido. Si le mostraba a Steve que lo amaba, que nadie podría amarlo como Tony, entonces Steve volvería con él, ¿verdad? Eventualmente se olvidará de Sharon.

Y, sin embargo, aquí estaba Steve, dejándolo solo de nuevo un sábado por la noche.

—¿No podemos simplemente ver una película juntos en el sofá? Ordenaremos algo para comer, pasar una noche tranquila. Apenas el dos de nosotros. No hemos...no hemos hecho eso en un tiempo. —Tony hizo todo lo posible por enmascarar la obvia desesperación que trepaba por su garganta, pero la voz quebrada al final de la oración no le ayudó.

—Solo voy a tomar una cerveza con Sam y Bucky. Regresaré antes de que te des cuenta. —El tono de Steve era tranquilizador, indiferente, como si lo que estaba haciendo no estuviera rompiendo el corazón de Tony en pequeños pedazos. —Podemos hacer la noche de cine el próximo viernes.

Hubo una pausa en la que ninguno de los dos dijo nada, solo compartieron el mismo espacio mientras Steve se movía para encontrar un par de calcetines y zapatos.

—¿Sharon estará allí? —Tony preguntó, apretando los dientes, volviendo deliberadamente su rostro a un lado cuando Steve lo miró directamente a los ojos, que se congeló un poco antes de dar un suspiro que sonó más como una burla.

—¿Esto de nuevo? Estás siendo ridículo, ¿lo sabías? Sharon es mi amiga.

—Sí, bueno, los amigos no se molestan entre sí de la forma en que ustedes dos lo hicieron la semana pasada en el club —se burló Tony.

—Tú... —Steve colocó sus manos en sus caderas, poniendo esa cara que siempre hacía cuando iba a usar un tono condescendiente. —¿Estás vigilando todo lo que hago ahora?.

—Todo lo que se publica en las redes sociales es un juego limpio. No es como si te hubiera escuchado por el amor de Dios.

—Está bien, ¿podrías calmarte un segundo y simplemente escucharte a ti mismo? —Tony envolvió sus dedos en un puño apretado. Siempre odió que le dijeran que se calmara. —¿De verdad crees que te estoy engañando? ¿Realmente no confías en mí en absoluto?.

—No me has dado una razón para hacerlo, últimamente.

Los ojos de Steve se agrandaron, su rostro enrojeció. —¿Qué diablos se supone que significa eso?.

A Tony se le hizo un nudo en la garganta y casi se rindió, no quería lidiar con la ira de Steve, no quería volver a sentirse como un tonto. Entonces, recordó que se habían reído de él; recordó la botella de vino que se había bebido solo sin que Steve estuviera allí para consolarlo, para decirle que se detuviera; recordó que estaba siendo reemplazado por una mujer joven, rubia y hermosa con la que nunca podría soñar competir. Entonces Tony se tragó el bulto y abrió la boca, dejando que su rabia se apoderara de él.