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A veces quiero caminar en tus zapatos

Hacer el tipo de cosas que nunca haré

Me miro al espejo y me digo

Nena, no puedes sobrevivir así, no

Dios, era un desastre. Tenía la cara enrojecida como una remolacha, los ojos hinchados y la nariz moqueando. ¿No era demasiado mayor para esta mierda ahora?

El baño estaba inquietantemente silencioso, y las baldosas estaban frías contra sus pies descalzos, sin mencionar que toda la casa se sentía fría. Si las cosas fueran normales, habría agarrado una manta y la habría arrastrado al sofá donde Steve lo estaría esperando, listo para poner un brazo alrededor del hombro de Tony. Se abrazarían mientras veían una película estúpida, luego Steve lo llevaría a la cama.

Todo eso parecía tan lejano ahora. Casi se sintió como si lo hubiera soñado.

Deberían tomarse un descanso, ¿verdad? La idea hizo que el rostro de Tony se arrugara de nuevo, y se apoyó en el lavabo del baño cuando sus hombros cedieron. Estaban sufriendo, pero no parecía que estar juntos mejorara las cosas.

Era gracioso, pensó Tony mientras se lavaba la cara, que solían hablar mejor entre ellos. Después de años de falta de comunicación y temperamento elevado, finalmente pudieron crecer y hablar entre ellos. Fueron capaces de amarse tan profundamente.

Tony no sabía qué había hecho mal para que todo ese trabajo se derrumbara de manera tan spectacular.

Necesitaba enviarles a Pepper y Rhodey algunas flores o chocolate o algo. Siempre se ocupaban de sus tonterías, siempre aparecían por él, ¿y todo lo que podía hacer era usarlos para poner celoso a Steve?

—Estúpido, estúpido, estúpido —dijo con los dientes apretados, golpeándose la cabeza con las palmas de las manos antes de tirarse del cabello.

Su teléfono vibró en su bolsillo. Rhodey le estaba enviando mensajes de texto a través del chat grupal que compartieron él, Tony y Pepper. ¿Llegante a casa bien? Dejanos saber si necesitas algo. Estamos preocupados por ti, Tones.

Pepper siguió con tres signos de intercalación.

Tony lanzó algunos mensajes tranquilizadores, luego vaciló antes de comentar sobre Steve. Steve y yo necesitamos resolver algunas cosas. Vamos a mantenerlos informados.

Dio la vuelta a su teléfono y respiró hondo varias veces. Se rió entre dientes de su reflejo, que una vez estuvo brillando. Ahora, podía volver a ver sus arrugas y el cansancio detrás de sus ojos. Su cuerpo se sentía pesado, como si la gravedad le suplicara que se soltara y siguiera cayendo, cayendo hasta llegar al centro de la Tierra.

Para cuando se quitó la ropa sudada y se metió en la bañera, estaba agotado. El agua lo acunaba como una manta, y se preguntó si estaría bien si se quedaba dormido aquí mismo, donde hacía calor, donde era seguro.

Celoso||StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora