Solo soy humano
No me juzgues
(Si cumples tu promesa, yo cumpliré la mía) No me juzgues, ooh, estoy celoso
(Si mantienes tu promesa, yo cumpliré la mía)
Tony estaba en medio de su ducha caliente a la mañana siguiente cuando escuchó un golpe en la puerta. Sonrió ante el sonido que nunca pensó que volvería a escuchar. —Adelante.
Steve entró desnudo, luciendo exhausto, pero relajado. —¿Puedo unirme?
—Sí —respiró Tony.
Y cuando Steve se deslizó dentro de él contra la pared de la ducha, Tony gimió ante el éxtasis, sintiendo un placer que no recordaba haber sentido antes.
Más tarde, en la encimera de la cocina, mientras los dos acunaban tazas de café, Tony dijo: —Creo que tenemos que tomarnos un tiempo.
Steve hizo una pausa en el movimiento de sorber su café, luego siguió adelante. No protestó ni parpadeó. Él estaba esperando esto.
—Mírame. —Steve lo hizo. —Voy a pasar algún tiempo en casa de Rhodey. Mientras tanto, creo...que deberías buscar terapia.
Steve asintió, pero no dijo nada más.
—Entonces, quiero que te disculpes con Sharon. Y después de eso... —Tony vaciló. —Después de eso, no quiero que la vuelvas a ver.
Esperó la ira o un gemido de frustración, pero tampoco lo consiguió. —Está bien —fue todo lo que dijo Steve.
—¿Bueno? —Tony repitió, asegurándose.
Steve asintió con más fervor esta vez. —Bueno.
Tony había pensado mucho sobre los próximos pasos, sobre si prohibirle a Steve volver a ver a Sharon era justo. Al final, descubrió que era un sacrificio que valía la pena hacer por el bien de ambos, por el bien de la propia Sharon.
Después de todo, era mucho más que un recipiente para el dolor de un hombre roto.
—Me voy esta noche. Pero antes de irme, quiero asegurarme de que estés bien. Si necesitas algo, dímelo.
—Bueno.
—Te amo, Steve.
—Yo también te amo. —Las palabras salieron tensas, pero Steve luchó contra ellas. A Tony le dolía ver a su marido tan bajo, pero sabía que tenía que hacer esto. Sabía que esto era lo que tenía que pasar. Caminó alrededor de la isla de la cocina hasta donde estaba sentado Steve, luego le dio un beso en la sien. Cuando Tony se apartó, Steve se acercó y lo besó con fuerza. Un ruego para quedarse, un ruego de perdón.
—Te voy a extrañar, Tony.
—Lo sé, cariño. Lo sé.
Esa noche, cuando Rhodey se detuvo en el camino de entrada, Tony estaba listo en la puerta principal con sus maletas. Steve estaba de pie cerca de las escaleras, su mano apretando la barandilla con fuerza.
—Ojalá te quedaras —confesó Steve, su voz pequeña y temblorosa.
—Oh, Steve. —Tony apretó los labios, suaves, tiernos y dulces. Una promesa. —Todo va a estar bien.
—¿Lo dices en serio?
—Lo hago —Tony se volvió y recogió sus maletas. —No me hagas esperar, soldado.
Steve caminó hasta el umbral de la puerta mientras Tony bajaba por la pasarela. —No lo haré —llamó. —Lo prometo.
Tony sonrió ante la seriedad en la voz de su marido, ante el amor en esos ojos azules. Entonces, Rhodey salió para ayudarlo con las maletas, y él ya estaba dentro del auto.
—¿Estás bien? —Rhodey preguntó una vez que ambos estuvieron dentro.
Tony miró a Steve todavía de pie en el umbral y lo saludó con la mano. Steve esbozó una pequeña sonrisa y luego le devolvió el saludo.
—Sí —dijo. —Sí, estaremos bien.
Ocho meses después, lo fueron. Todo volvió a la normalidad. Volvieron a ser felices
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Celoso||Stony
FanfictionLa escena se desarrollaba en su cabeza a la perfección: su marido volvía a casa, entraba en la cocina mientras se preguntaba qué olía tan bien ... Steve veía las velas, la atenuación luces. Oía la músicay finalmente, Tony. Tony, que estaba cocinando...