2/4.
— ¿Qué haces? —pregunta Justin riéndose.
— ¿De qué hablas? —grito para hacerme escuchar sobre el casco.
—Tienes que sujetarte, si no te caerás.
—Ya estoy agarrada. —tengo las manos aferradas a la parte trasera de
la moto. Ni loca lo tocaría.
—Vamos, sostente fuerte. —dice tomando mis brazos y aferrándolos
sobre su estómago. Su delicioso, tonificado y hermoso estómago. No es
que lo haya visto sin camisa.
Aún —dice una vocecita en mi cabeza.
Antes de que pudiera protestar, el motor ruge a la vida y yo aumento mi
agarre como si mi vida dependiera de ello. Siento que todo su cuerpo
se empieza a mover. Un momento... ¡Se está riendo de mí! Lo golpeo en
la parte trasera de su cabeza.
— ¡Auch! —le escucho decir con efecto retardado. No le puede haber
dolido de verdad. Es un exagerado.
Empieza a ir más rápido.
¡Oh, maldito tramposo! Le gusta jugar sucio. Yo también puedo jugar.Me acerco más a él y aprieto sus caderas con mis rodillas, atrapándolo,
envolviéndolo. Cruzo un brazo por todo su pecho y el otro lo dejo
descansar cerca en su muslo.
Pareces un jodido koala. —la vocecita vuelve a hablar.
Lo escucho tragar. Debe haber tragado muy fuerte como para que lo
pudiera oír sobre todo este ruido. Si no tuviera el dichoso casco estaría
dándole besitos y mordisqueándole todo su cuello.
¡Mmm… yummy!
¡Oh, Dios! ¿En qué mierda estoy pensando? ¡Es el novio de Becca!
¿Qué clase de amiga soy? A quien quiero engañar… ¡No me importa un
carajo! Cuando se trata de Justin soy un charco derretido en el suelo
incapaz de pensar.
No sabía hasta qué punto he estado obsesionada con él hasta que lo
volví a ver. No he sentido esto por ningún otro chico. Las mariposas
asesinan mi vientre. La imposibilidad de hablar coherentemente cuando
está demasiado cerca... La necesidad de violarlo con los ojos a cada
oportunidad que tengo… Y estoy completamente segura de que si me
susurra alguna guarrada al oído soy capaz de arrancarle la ropa y
follármelo. Nunca me sentí tan... necesitada. Sí. Esa es la palabra.
Parezco una gata en celo y ni siquiera me ha tocado un pelo.
¿Por qué? ¿Por qué es tan perfecto? ¿Por qué me vuelve tan loca? ¿Por
qué me desarma con solo una mirada? ¿Por qué tengo la necesidad de
querer explorarlo con mis manos, boca, ojos... TODO? Ni siquiera me he
sentido así con Logan.
Cierro los ojos y me dejo llevar por la sensación de la velocidad. El viento
roza mis brazos y piernas desnudas. Mi cabello se escapa debajo del
casco revoloteando a mí alrededor. Aspiro una bocanada de aire y
siento un rico olor.
De pronto siento que nos detuvimos. Abro los ojos cuidadosamente y
veo que estamos en frente de mi casa. Genial. No tenía ganas de que
el viaje acabara.
Le frunzo el ceño a mi casa como si haciendo eso fuera a desaparecer
o algo.
Justin se aclara la garganta. ¡Oh, Dios mío! Mis brazos aún siguen a su
alrededor. Lo suelto rápidamente y me bajo de la moto. Solo tengo que
quitarme el estúpido casco y luego puedo ir a encerrarme a mi
habitación para tener sueños mojados con él.
¿Acabo de pensar eso? Mis mejillas se calientan. Lo que me faltaba.
— Estúpido casco. —gruño mientras fracaso en mi segundo intento de
quitármelo.
— ¡Oh por Dios! —ríe a carcajadas. ¿Por qué siempre se ríe de mí? ¿Soy
tan patética?
Definitivamente.
—Quítame esto— lloriqueo.
— Así que ahora quieres mi ayuda —dice enarcando una ceja. Maldita
ceja. Maldito Justin.
— ¡ Justin! —gimo en protesta.
Siento que toma una respiración profunda y la contiene. ¿Qué le pasa?
Sus pupilas están más grandes… espera… ¿Es porque gemí su nombre?
— ¿Y…? ¿Me vas a ayudar o no?
Mueve su cabeza como diciendo "Esta chica es más retardada de lo
que pensé"
— Ven aquí, déjame quitarte eso. —empieza a sacármelo. Trato de
ayudarlo moviendo mi cabeza. —Quédate quieta. No puedo hacerlo si
sigues haciendo eso —me regaña.
Intento hacer lo que me pide, pero la maldita cosa parece atascada.
— ¡Agrh!
— Shhh. No me dejas concentrar.
— ¡Es solo sacar un maldito casco! No te estoy pidiendo la teoría de la
relatividad —protesto agitando mis brazos para dar énfasis. El ríe. — ¿De
qué te ríes ahora?
— Tienes que admitir que esto es gracioso.
— ¡Eso es porque no es tu cabeza la que está atrapada aquí dentro!
— Tú eras la que quería usar casco —me recuerda.
— Si, pero preferiblemente uno que no esté defectuoso.
— ¡No ofendas a mi casco! El pobre no tiene la culpa de que tu cabeza
sea enorme.
— ¿Perdón? — ¿Está defendiendo un pedazo de mierda?
— Es una broma. ¿No tienes sentido del humor? —me imita.
— ¡QUITAME ESTA COSA DE LA CABEZA! —grito irritada, como un acto
reflejo Justin cierra los ojos.
—Creo que me dejaste sordo.
— ¡JUSTIN!
— Ya voy… Dios eres insufrible.
— Mira quién habla.
— ¿Yo?
— No, Napoleón. ¡Si, tú!
— Ahora te la tomas conmigo. Yo que tú tendría más cuidado con lo
que dices. Salvo que quieras vivir con ese casco el resto de tu vida,
claro. Pensándolo bien como que te queda adorable —dice
sonriéndome maliciosamente.
— Si no me quitas esta cosa en los próximos diez segundos te vas a
arrepentir Justin Bieber.
— ¿Cómo sabes mi apellido? —pregunta confundido.
Demonios.
— Eso no importa. Ahora… ¡Quítame el casco! —respondo cambiando
de tema.
— Pero...
— NUEVE.
—Bien, bien. Relájate.
— OCHO.
— Estás haciendo un escándalo en medio de tu barrio.
— SIETE.
Empieza a tratar de quitarme el casco del demonio nuevamente.
— SEIS, CINCO.
— ¡Estás contando más rápido! Eres una tramposa.
— No me importa. CUATRO, TRES.
— No estás ayudando sabes. —bufa.
— DOS.
— Abby, cálmate. La gente que pasa nos está mirando.
— ¡Sigue sin importarme! —canturreo.
— ¡Ya se! Empuja hacia atrás y yo tiro hacia adelante.
— UNO… —y empiezo a tirar mi cabeza hacia atrás con fuerza. El
problema es que Justin. no estaba listo, y esto viene a hacer que me siga
con el impulso y se tropiece y caiga tirándome al suelo.
Si no hubiera tenido el jodido casco mi cabeza estaría palpitando ahora
mismo. Irónico.
— Ugh… —creo que me raspé el codo.
— ¿Estás bien?
— Si, gracias al casco.
— Irónico. —dice riéndose. ¿Ahora pensamos lo mismo?
De pronto se pone a horcajadas sobre mí. ¿Qué demonios?
— ¿Qué haces?— grito alarmada y el ríe en respuesta.
— Tranquila. No estoy tratando de robarte tu virtud ni nada —explica
entre risas. —Así será más fácil quitarte el maldito casco. —aclara. Hace
un par de movimientos y al fin lo quita de mi cabeza. Mi cabello debe
ser un desastre. — ¡Listo! —grita satisfecho.
— Bien. Ahora puedes quitarte de encima antes de que...
— ¡ABBY! —grita mi padre interrumpiéndome.
Empujo a Justin hacía un costado y me incorporo lo más rápido que me
es posible. Él se levanta segundos después, y se pone tenso a mi lado,
hasta creo que un poco pálido.
—Papi… —digo con voz de niñita. Esa voz y mis ojitos de cachorrito son
su punto débil.
— ¿Qué demonios estabas haciendo con ese chico?— dice arrugando
la nariz con desprecio. Por primera vez parece ser que mis ojitos ya no
tienen tanta magia como pensaba.
— Oh, nada. Él estaba tratando de quitarme el casco de su moto y nos
caímos —tartamudeo. No tengo tiempo para inventarme una buena
excusa.— ¿Estabas montando una motocicleta? —pregunta incrédulo.
—Humm… Si… yo…
— ¡Oh, Dios! Es una Harley —dice mi padre aún más sorprendido. No
tengo la menor idea de lo que significa eso.
— ¡Sí! —chilla Justin emocionado como si fuera un niño pequeño que
acaba de recibir un regalo.
Empieza a hablar de un motor y velocidades. Mi papá le dice que es
genial y más bla, bla, bla, que tuvo una moto en la secundaria que era
bla, bla, bla, y yo estoy como ¿QUE JODIDAMENTE ES LO QUE PASA? Y…
¿Desde cuándo mi padre le gustan las motocicletas? ¡Que alguien me
pellizque y me diga que esto es un sueño!
Mi mamá sale por la puerta de entrada y frunce el ceño al ver la
escena. Lentamente me desplazo más cerca de ella. Ya me canse de
fingir que entiendo algo de la conversación que están teniendo.
— ¿Quién es ese? —pregunta mamá.
— Justin.
— ¿Y él es...?
— Un amigo. —respondo encogiéndome de hombros. Ella le cuenta
absolutamente TODO a papá, así que si le digo que es el novio de
Becca y papá se entera de que tiene novia y aun así estaba sobre mí…
Sip. Justin es hombre muerto.
— Amigo. —repite como si no me creyera. Bueno, teniendo en cuenta
que le dije lo mismo sobre Logan y luego termine besuqueándome con
él en el sofá… la entiendo.
De pronto veo que Justin y mi padre se dirigen al garaje todo
emocionados como si fueran niños.
— ¿Qué diablos? —murmuro para mí misma.
— ¿Están hablando de motocicletas? —pregunta mamá aburrida.
— Sí. —contesto recelosa.
Da un suspiro resignado. — Siempre se pone así cuando habla de eso.
Tranquila. Es normal. Hace mucho que tu padre no encontraba un
fanático al cual contarle sus historias. —Le doy una mirada alarmada. —
Cálmate, no creo que demoren mucho.
Minutos después, (cincuenta y tres para ser exactos) Justin sigue
hablando con mi papá.
Papá estaba contándole su famoso viaje en carretera por todo el país
durante un verano mientras estaba en la universidad y Justin dijo que él
hizo uno al terminar la secundaria. Se ganó un par de miradas
inquisitivas cuando dio ese detalle.
Ahora está hablando de los lugares a los que fueron él y sus tres amigos.
Coincidió en un montón de destinos con el de mi padre,
desgraciadamente. Ambos fueron a una reserva natural en cómo-séllame-el-pueblo-de-mala-muerte y están hablando sobre un mapache
que les robó su comida.
¿Cómo pasamos de ser descubiertos por mi papá en el patio haciendo
cosas "sospechosas" a hablar de motocicletas y mapaches ladrones?
¡Oh! Y como mi mamá ama tener invitados, lo invitó a cenar. Y cuando
digo que ella ama es AMA con mayúsculas importantes. ¡En serio! Creo
que nació para ser una gran anfitriona.
Estamos en la mesa a punto de comer cuando empiezan las preguntas
incómodas. Creo que prefiero a los mapaches.
¡Vuelvan mapaches, los necesito!
— ¿Y cómo se conocieron? —sigue preguntando mamá. Ya pasaron las
preguntas sobre la edad, su especialidad, en donde estudia, entre otras
más. ¡No sé por qué el interrogatorio si no es mi novio! Y lo saben...
bueno, tal vez no lo saben del todo.
—En un campamento. —me sorprende respondiendo Justin.
¡ESPERA! ¿QUE? Él... Él... ¿YA LO SABIA? Me quedo mirándolo con la
boca abierta.
— ¿Campamento? —pregunta papá confundido. No es el único.
— Mmm... ¡Oh! ¿Ese campamento al que fuiste pataleando y gritando
porque no querías ir cuando tenías como 12? —pregunta mamá
mirándome malvadamente. Ella también ama mortificarme en frente de
mis amigos.
— No fue tan así. —me defiendo débilmente. Aún estoy en shock. ¿Me
ha recordado todo este tiempo? ¡Oh, por Dios!
— ¿En serio? —se burla Justin. Genial este deber ser el momento de reírse
de Abby.
— No quería ir al principio. Pero no fue tan malo al final —lo miro de
reojo pero de pronto parece muy interesado en su plato. Esa fue una
indirecta bastante directa, ya que al final del campamento me besó.
Ahora que lo sabe… ¿puedo preguntarle sobre eso? ¿O ya es algo
demasiado viejo? Sigo sin creer que me ha reconocido todo el JODIDO
TIEMPO.
— ¿Así que se conocen desde entonces? —pregunta mamá.
— Si— respondemos al unísono.
— Nos volvimos a ver hace poco —añade Justin.
La charla sigue bastante normal.
No sé qué me sorprende más… que mis padres traten a Justin como si
fuera una especie de dios, que Justin me haya reconocido desde el
principio y no me dijo nada o que él está cenando en mi casa con
supervisión paternal como si fuera mi novio.
¿Qué mierda le pasó a mi vida?

ESTÁS LEYENDO
Sabía que serías un problema.
Teen FictionEs mi último año en la escuela, amigas, fiestas, soy medianamente popular, mi familia es unida, tengo una especie de novio/amigo con derecho... Todo es bastante perfecto, ¿no creen?. ¿Entonces cuál es el problema?.