Capitulo 11 {Charla de chicas.}

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Voy caminando a casa, llorando.
Debo estar hecha un desastre, pero no me importa. Sigo en shock. No
solo estoy llorando por lo que acabo de ver, si no por TODO.
Entro a mi casa y trato de subir por las escaleras sin que nadie me note.
Dado que estoy sollozando como un bebé no creo que lo logre.
— ¿Abby? —mamá sale de la cocina preocupada.
—Ma —grito como niña pequeña y corro a sus brazos. Llámenme infantil
pero quiero a mi mamá.
Ella me abraza dulcemente y al instante me siento mejor. Sé que puedo
confiar en ella cuando me diga que todo va a estar bien.
— Shhh, ¿qué pasa cariño? —me calma acariciando mi cabello.
— Yo... yo... Becca... se estab-ban besando… y Logan... y yo... yo... soy
una amiga horrible... pe-pero ella… tamb-bien— balbuceo hipando.
— Tranquila, mi amor. Todo va a estar bien. Cálmate y dime todo desde
el principio.
No tiene que decírmelo dos veces. Necesito hablar con alguien. Me
encuentro diciéndole absolutamente. Cuando Dave me engañó
porque no quería acostarme con él. Que Logan me consoló y
empezamos a enrollarnos. Lo de Justin. Que él está saliendo con Becca,
pero que yo lo conocí primero en el campamento y fue mi primer amor.
Mi beso con Justin, mi pelea con Logan. Que él dijo que está enamorado
de mí desde hace mucho y que ya no me quería más. Hasta que llegué
a la parte donde Becca se besuquea con Dave tras las gradas desde
hace quien sabe cuánto y me quebré.
Mi mamá escuchó atentamente sin decir una palabra. Me está
frotando la espalda tranquilizándome y de pronto suelta:
— Espera… si ese tipo te dejo… porque no querías acostarte con él,
quiere decir… ¿que todavía eres virgen? —chilla horrorizada. Esperen...
¿QUÉ?
— ¡MAMÁ! —grito avergonzada. — De todo lo que te acabo de decir lo
primero que me preguntas… ¿es si soy virgen?
— Bueno... yo pensé que ya lo habías hecho con tu primer novio.
¿Cómo era su nombre? ¿Nick? ¿Norman? ¿Nathan? —Niego con la
cabeza —era algo con N. —añade defendiéndose.
— Era Noah, y solo tenía quince años, por el amor de Dios.
— Bueno, hoy en día no se sabe con esta juventud. Igual yo perdí la mía
a los dieciséis, así que… —Cubro mis oídos, realmente no deseo
escuchar esto.
— ¡DIOS, mamá! No necesito esa información... no deseo tener una
imagen mental de eso. —chillo.
— Oh, bueno. ¡No seas exagerada! El sexo es algo normal, no tienes
nada de lo que avergonzarte.
— No me avergüenzo de hablar sobre eso — miento. Sí, me da
vergüenza pero es común, ¿no? —Es solo que... no quiero escuchar tus
anécdotas, por favor.
— De acuerdo —dice rodando los ojos. —Así que... ¿no has hecho
nada? —vuelve a retomar el tema.
— No. Bueno... yo... aun soy virgen, si eso es a lo que te refieres —
respondo totalmente mortificada. Si me pregunta si he hecho sexo oral
juro que me tiro de un acantilado.
— ¿En serio? Pero... ¡tienes 18! —exclama asombrada.
— Ya lo sé, mamá.
— ¿Te da miedo? ¿Es eso?
— Un poco. —digo alejando mi mirada.
— Oh, cariño. No tienes que tener miedo de hacerlo. Es algo totalmente
maravilloso cuando lo haces con alguien del cual estas enamorada. Y si
no lo estás... sigue siendo asombroso. —dice con una mirada nostálgica.
¡DIOS! ¿Se va a poner a hablar de ligues de una noche? ¿De sexo
salvaje?
MATENME POR FAVOR.
— Mamá...
— La primera vez siempre apesta. Puede ser dulce y romántico o puede
ser pasional y algo del momento. Solo te recomiendo que no la pierdas
en el asiento trasero de un auto porque eso es lo más patético del
mundo.
— Lo tendré en cuenta —murmuro. — ¿Podemos hablar sobre lo que te
conté?
— Oh, sí, Becca. —dice moviendo la cabeza y arrugando su nariz
cuando dice su nombre— ¡Es una perra! —exclama. ¿Qué diablos le
pasa hoy? ¿Es su día de actuar como una adolescente? Me habla de
sexo, maldice... ¿quién es esta mujer?
—De acuerdo... —contesto insegura.
— Tienes que robarle a Justin y restregárselo en la cara — bufa.
Humm… no pensé que esos serían sus consejos maternales.
— ¡Mamá! —protesto.
— ¡Oh, vamos! ¡La chica es una pesada! ¿No me dijiste que
prácticamente lo acosó para que saliera con ella? Se nota que Justin te
quiere a ti. Yo que tú… ¡le lanzaría una indirecta de que se puede
quedar con tus sobras! —se ríe y cuando me mira tiene un brillo extraño
en los ojos. Como si estuviera planeando una súper venganza malvada.
— Me estás asustando.
Me agita una mano como restándole importancia a mí comentario.
— Esa jovencita te las tiene que pagar. ¡Nadie se mete con mi hijita así!
— Pero...
— Me voy a poner la camiseta de tu equipo y vamos a planear cómo
destruirla.
— ¿Qué rayos? ¿No era que la querías como si fuera una hija? —imito
sus palabras. ¡Las dijo la semana pasada!
— Eso fue antes de que escuchara todo esto. Además, nunca me cayó
tan bien. ¡Siempre trata de rebajarte! Megan es más divertida. Ahora
ella es mi nueva hija adoptiva —responde ofendida. Niego con la
cabeza.
Mi madre está loca.
— Ahora vamos a lo importante: ¿Te gusta Logan o Justin? — ¡Oh, Dios!
¿Por qué ESA pregunta?
— Yo... bueno... como que me gustan los dos pero Logan siempre fue mi
mejor amigo.
— Pero bien que te lo besuqueaste —resopla. Mis mejillas arden.
— Yo... estaba confundida y… y... —está buenísimo.
— No te estoy juzgando. Yo también si tuviera tu edad saltaría sobre él.
¡Está buenísimo!
De tal palo tal astilla. Suspiro. —Sí, bueno... es muy ardiente pero
también es divertido. Y canta. Y es inteligente. Pero aún no lo veo del
todo como algo más que mi amigo o un ligue para pasar el rato.
— ¿También canta? —pregunta boquiabierta.
— ¿No eras Team Justin? —bromeo. Ayer cuando se fue estuvo toda la
jodida noche hablando sobre lo genial que era.
— Oh, bueno... ¡No sabía que Logan cantaba! Eso suma muchísimos
puntos. Además, siempre me cayó bien pero... ¡ Justin es encantador! Los
chicos malos son mi punto débil. Tu padre con su motocicleta robó mi
corazón —suspira soñadoramente.
Se supone que tiene que gustarme a mí.
— Oh, sí, bueno… entiendes mi dilema.
— No tienes ningún dilema.
— ¿Qué? —ahora estoy confundida.
— Cuando te pregunto por Logan lo primero que se te viene a la mente
es "simpático, divertido, canta y ardiente" en ese orden. En cambio, si te
digo Justin solo puedes pensar en lo bueno que está y en que extrañas
que te bese — ¿Cómo demonios lo sabe?
— Yo...
— ¡Y no trates de negarlo! Ya me ha pasado eso. Y cuando dices que
un chico es simpático… es hundirlo en pudín de chocolate.
— ¿Pudín?
— Es una metáfora. —pone los ojos en blanco.
— ¿Entonces cuál es el final de tu teoría?
— Que te gusta y te cae bien Logan, pero es Justin el que te mueve el
piso.
— Oh — ¿Es tan sencillo?
— Yo diría que te acuestes con Justin para librarte de la tensión sexual.
— ¡MAMÁ!
— ¿Qué? ¡En la cena echaban chispas! Y lo vi comerte con los ojos un
par de veces. No tortures al chico, Abby. —se defiende.
— Pero... pero...
— Eres muy joven todavía, tienes que divertirte. Capaz y llegues a
enamorarte de él. Parece un buen chico. Y Logan... si ya se rindió
contigo diría que le des tiempo para ver si vuelve a tratar de ser tu
amigo. Aunque no pienso que sea de los que se rinden tan fácil.
— Ha estado años enamorado de mí, tal vez ya se hartó.
— Estuvo años sintiendo algo en secreto por ti y cuando al fin te lo dice
¿crees que se va a rendir? No sé... dudo que deje las cosas como están.
— ¿Entonces qué hago? No puedo aparecer de la mano con Justin de
un día para el otro.
— Si Becca te dice algo cuando te vea con Justin le dices "Oh, pensé
que estaba de moda enrollarse con los ex de tus amigas" y luego te vas
meneando las caderas, te das la vuelta y das el toque mortal "Sabes...
por lo menos mi ex si quería meterse en mis pantalones" vuelves por tu
camino, ¡y listo! —Guau, mi mamá tiene toda una mente perversa. ¡Lo
que dijo es genial! Creo que lo voy a anotar y practicar más tarde… por
si las dudas.
—Guau... eso... ¡es genial!
— Lo sé, cariño. ¡El Team Abby tiene poder!
— Ajá... —ya se está emocionando mucho.
Tocan el timbre.
— Yo voy. —anuncia mamá levantándose.
Unos segundos más tarde aparece Megan sudando como si hubiera
venido corriendo hasta aquí.
— ¿Qué fue lo que paso? ¡Unas chicas me dijeron que te vieron saliendo
de la escuela llorando! ¿QUÉ DIABLOS PASÓ?
— ¿No le dijiste a Becca, no?
— No, no la pude encontrar. —Suspiro de alivio. — ¿Qué pasa?
— Oh, querida, ¡siéntate! y bienvenida a la charla de chicas. Ponte
cómoda, tienes para rato —advierte mamá.
Y así empiezo toda la historia nuevamente. Me siento muchísimo mejor.
Tal vez las cosas mejoren y tomen la dirección correcta.
Tal vez.

Sabía que serías un problema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora