Malos entendidos.

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Capitulo 17
Los días pasan como si nada.
Últimamente me he concentrado en los exámenes finales, se está
acercando la graduación. Estoy emocionada por terminar la
secundaria…
AL FIN.
Aún no he tenido noticias sobre la venganza de Becca. Me ha estado
ignorando todo este tiempo y se empezó a juntar con las perras de la
escuela. También la he visto engancharse con el chico malo de la
escuela: es drogadicto, y ella siempre se burlaba de las zorras patéticas
con las que salía, y ahora… es una de ellas.
Irónico.
Logan ya está recuperado y es muy insistente con lo de robar mi
corazón.
No he vuelto a hablar con Justin. No sé lo que le pasa... bueno, tal vez
sigue enojado por ese pequeño desliz después de la fiesta... cuando…
lo llamé Logan. Agrh. Yo también estaría molesta si me hubiera dicho
Becca o cualquier otro nombre. Pero… bueno, no sé lo que quiero. La
paso bien con él, me gusta, es gracioso… pero apenas nos conocemos.
No sé si quiero empezar algo con él. Estoy muy confusa con respecto a
lo que siento por Logan. Estos días me ha estado tratando tan
tiernamente, haciéndome cumplidos cada cinco segundos,
diciéndome lo hermosa que soy, robándome besos cuando me
distraigo, diciéndome tonterías para hacerme reír.
Suspiro.
Me ha hecho sentir como una niña con mariposas en la panza.
¿Tendría que darle una oportunidad?
— ¡Abby! —grita mi mamá desde la cocina.
¿Ahora qué?
— ¿Qué pasa? —me levanto lentamente del sofá y voy hacia ella.
— ¡Me quede sin huevos! —exclama haciendo pucheros.
— ¿Y...?
— ¡Y los necesito! ¡No puedo cocinar sin huevos! —su cara afligida me
da ganas de reír.
— ¿Qué quieres que haga? —digo encogiéndome de hombros. No me
puede importar menos su necesidad de huevos.
— ¡Tienes que ir a comprar! —dice como si fuera algo obvio.
— ¿Por qué yo? —protesto. Odio hacer las compras.
— Porque eres joven. —Ruedo los ojos —Y estoy cansada, ¡y la
telenovela empieza en diez minutos!
— Puedes ir después de que termine.
— ¡No! Se va a hacer muy tarde para entonces —dice poniendo los
brazos en jarras. Siempre que hace eso es porque está indignada.
— ¡Mamá! No quiero ir. —hago un berrinche.
— Nunca quieres ir. Nunca quieres hacer nada —Y aquí viene
nuevamente el sermón. Pongo los ojos en blanco nuevamente.
— ¡Abigail Elizabeth Johnson ve a la tienda ahora mismo! —exige.
Guau… el nombre completo. Esto ya es serio. Mi mamá puede ser todo
lo que genial que quieran, pero cuando se enoja da miedo. Mucho.
— Está bien. —Acepto a regañadientes— No era necesario lo del
nombre, ¿sabes?
—Bien, cariño... aquí tienes dinero —se acerca dejando unos billetes en
mi mano y me da un beso en la cabeza (tiene que bajarla un poco
porque soy más alta) y se va prácticamente saltando al sofá para ver su
novela. Agrh. Cuando consigue lo que quiere vuelve a su modo
amoroso. Niego con la cabeza. Esta mujer me va a volver loca algún
día.
Cuando salgo por la puerta veo algo que me deja paralizada. Mejor
dicho a alguien. Justin está parado junto a su motocicleta, viéndome
directamente. Tiene puestas gafas de sol y debería ser ilegal verse tan
sexy.
No sé qué decirle… ¡no hemos hablado hace días! De repente estoy
muy nerviosa... ¿qué hace aquí? Me ha ignorado todo este tiempo.
— Hola —digo titubeante mientras me acerco.
— Hola —responde fríamente. No creo que sea una visita amigable. —
¿Subes? quiero llevarte a otro lugar para hablar.
— Oh, bueno... tenía que ir a comprar algo para mi mamá justo ahora.
— Te llevo a la tienda si quieres, o a un supermercado, y luego podemos
hablar. — ¿Justin llevándome al supermercado? ¿Qué tan surrealista es
eso?
— Oh, bueno... —Subo a su moto con cuidado. No puedo creer que
esté haciendo esto.
El viaje y comprar huevos nos toma unos diez o quince minutos. Me
gané una levantada de ceja cuando recogí la caja de huevos del
estante.
¿Una chica no puede comprar huevos tranquila en estos días?
Cuando llegamos a mi casa nuevamente no sé qué hacer. ¿Debería
invitarlo a pasar o sería raro? Definitivamente sería extraño, pero no
quiero ser descortés.
— ¿Quieres pasar? Podríamos hablar en… —si digo mi habitación
¿podría mal pensarlo? —en mi casa. —digo en su lugar.
—De acuerdo —se encoge de hombros. ¿De qué quiere hablar?
— ¡Mamá! Ya llegue. ¿Dónde pongo los huevos? —preguntó en voz
alta luego de abrir la puerta. Justin suelta una risita. No sé qué es tan
gracioso.
— ¡Déjalos en la cocina! —me grita desde la sala.
Voy hacia la cocina con Justin detrás de mí. Cuando entramos, él mira
rápidamente la puerta de la despensa. Esto es incómodo. Dejo los
huevos en la mesada y abro el refrigerador.
— ¿Quieres algo de beber?
— Un refresco estaría bien. —Saco una lata de Coca-cola para él y me
sirvo un vaso de jugo de naranja en su lugar.
—Humm… bueno... ya sé que es raro, pero creo que deberíamos hablar
en mi habitación. No quiero que mamá interrumpa —digo rápidamente.
Me sonrojo. La última vez que él estuvo en mi habitación... Dios, gracias
al cielo que papá está trabajando.
— Por mi está bien.
Cuando cierro la puerta de mi cuarto doy un largo suspiro y me siento
en la silla de mi escritorio. Él sigue parado.
— Puedes sentarte. —Da una mirada de reojo a la cama antes de
responder.
— Estoy bien. —toma un trago largo de su coca-cola. Segundos
después, termina la lata y la pone sobre el escritorio. Está muy cerca.
Siento su olor y me remuevo incómodamente en mi asiento.
— Bueno... yo...
— ¿Te besaste con Logan el viernes antes de la fiesta? —pregunta
abruptamente antes de dar unos pasos atrás.
Qué directo.
— ¿Qué?
— ¿Lo hiciste? —exige saber con una mirada seria.
— Yo... —no puedo verlo a los ojos — Bueno, sí. Él me beso después de
la escuela, yo… — ¿por qué sueno como si me estuviera defendiendo o
excusando?
— Ya veo. —suspira.
— ¿Cómo lo sabes?
— Becca me ha mandado cientos de mensajes. No les prestaba
atención pero el último que me mandó tenía una foto de ti y Logan
besándose —me mira un poco y luego aleja su mirada— Yo… la
curiosidad me pudo y tuve que venir a preguntarte. Solo quería saber.
—Voy a matar a Becca. Y yo que pensaba que su venganza no estaba
en pie.
— ¿Qué es lo que quieres saber? —me pongo en pie para estar a su
altura.
— ¿Lo amas? —su pregunta me toma por sorpresa y nuevamente me
quedo sin palabras.
¿Yo amo a Logan?
No estoy completamente segura. Sí, me gusta, lo quiero, me derrito
cuando me dice cosas lindas, siento mariposas cuando me besa… ¿eso
es amor?
— Yo... creo que sí —cuando digo las palabras me doy cuenta de que
son verdaderas.
Dios mío.
—Bien. —algo atraviesa sus ojos, pero no pude distinguir bien lo que era,
ya que aleja su mirada.
— Yo... lo siento.
— No tienes que por que sentirlo. No controlas tu corazón. Además, a él
lo conoces hace más tiempo. Nosotros recién empezábamos… solo era
diversión, ¿no?
— Pero...
— Tranquila, todo está bien. Podemos ser amigos.
No sé si podremos ser eso.
— Justin… —me acerco un poco justo cuando sube una mano para
tocarse el pelo... el movimiento golpea el vaso que tenía en mi mano.
Jugo de naranja cae encima de su camiseta mojándola entera
mientras que la copa se cae haciéndose añicos en el suelo.
Mierda. Torpe. Torpe. Torpe.
— Mierda —maldigo— Lo siento mucho.
— No, está bien... perdón por romper el vaso —dice frunciendo el ceño.
— No pasa nada. Yo... deberías cambiarte de camisa.
— ¿Qué?
— Puedo prestarte una de mi papá. No puedes irte todo empapado.
Se ríe. — Sería algo gracioso de ver.
— Espérame aquí, ya regreso.
Corro hacia el cuarto de papá y tomo una de sus camisetas de hockey
viejas. Suena el timbre de casa.
Agrh. Papá debe haberse olvidado las llaves otra vez. Típico.
Vuelvo a mi cuarto para encontrarme a un Justin  sin camiseta
arrodillado recogiendo los pedazos de cristal del suelo.
— Aquí tienes —digo mostrándole la camisa.
— Perfecto. —justo cuando se pone de pie, yo bajo para ayudarlo a
juntar los vidrios y mi jodido pelo se enreda en la hebilla de su cinturón.
Esto no está pasando. ¡Tengo la cara prácticamente en su entrepierna!
— ¿Que estás haciendo? —chilla Justin.
— Mi cabello se enredó en tu cinturón —Dios, esto es tan vergonzoso.
— ¿Me estás jodiendo?
— ¡No! ¡Y deja de moverte tanto! Me duele.
—Tranquilízate —se mueve un poco dándole la espalda a la puerta. Me
duele. Mierda.
— Auch.
—Bien, lo siento, pero voy a sacarme el cinturón.
— ¿Qué? ¡No! —oh, Dios mío.
— De acuerdo, ¿tienes unas tijeras? Tal vez si lo corto un poco...
— ¡¿Estás loco?! Yo... solo ayúdame a que se suelte, no puede ser tan
difícil. —esto es tan humillante.
— ¿Abby? —dice una voz demasiado familiar. ¡Oh, por el amor de Dios!
NO. ¿Por qué? ¿El mundo está empeñado en que mi vida sea un
desastre?
Muevo mi cabeza bruscamente arrancándome varios mechones de
pelo en el proceso. Eso dolió como la mierda.
— ¡Logan! —chillo sorprendida mientras me levanto. La mirada de dolor
en sus ojos hace que mis rodillas se debiliten.
Oh, Dios... lo que vio... Yo arrodillada, con la cara en la entrepierna de
Justin, un JUSTIN semidesnudo, en mi habitación.
MIERDA. MIERDA. MIERDA. Esto no me puede estar pasando. No ahora
que estaba admitiendo lo que siento por él.
— ¡No es lo que parece! — ¿y ahora digo la típica línea? ¿Me pagan
para ser tan estúpida?
— Sí, claro que no lo es —su voz fría me da ganas de llorar. ¡NO!
Antes de que pueda decir algo más entra a la habitación y va directo a
Justin. Lo mira con tanto odio que tengo miedo.
—Hey, yo no... —antes de que pueda decir algo más le da un puñetazo
en la mandíbula.
DIOS SANTO.
Lo golpeó. Logan. A Justin. Estoy en shock. Con la boca abierta y todo.
— Diablos he querido hacer eso hace mucho. —dice observando a
Justin —Y tú —dirige su mirada hacía mí, me mira con repulsión, como si
fuese una cucaracha… o peor. Algo más insignificante que eso tal vez.
— Pensé que eras distinta.
Mi corazón se rompe.
¡No! Después de todo... no puede terminarse así.
— ¡Logan!
— ¡NO! Te dije... —traga fuertemente— Prácticamente te rogué. Te pedí
que no hicieras nada con él... —su voz está entrecortada. Hay tanta
rabia y dolor en sus ojos que mis lágrimas no resisten más y empiezan a
salir. —Y has estado haciendo quien sabe qué todo este tiempo —
Mueve su cabeza a ambos lados como queriendo borrar lo que acaba
de ver.
— Yo... yo… no... —Antes de que pueda explicarle, él se va. Se marcha
tan rápido como llegó. Dejándome destrozada en el camino.

Sabía que serías un problema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora