La primera vez que Izzy y Ava se conocieron fue en el inicio de invierno. Un invierno que se convirtió en el más triste y frío de sus vidas, pero que a la vez logró calentar sus corazones a través del despertar de sus emociones.
Y ahora, seguras de todo y felices de tener la libertad de poder expresar su amor sin temor a ser perseguidas, ambas se sumerjen en las olas cálidas y tranquilas que la primavera a traído consigo.
Aquella calidez que embarga a ambas y que se transforma en plenitud y felicidad con cada demostración de amor.
Los ojos azules de Izzy no tienen ningún rastro de tristeza en ellos, ya no reflejan aguas turbulentas como la primera vez que se conocieron, ahora reflejan aguas mansas. Pero sobretodo, reflejan a la chica de cabello negro y ojos del mismo color. Verse en ellos es su espectáculo favorito, sobretodo antes de cerrarse al anticipar un beso.
Los ojos negros de Ava ya no eran fríos ni misteriosos, irradiaban paz al fin. En todo aspecto. Ya no se sentía resentida con la vida y, es que, había comprendido que siempre hay paisajes tormentosos pero que estos no son duraderos. Que a veces se necesita un rayito de luz que muestre el fin de la oscuridad y el inicio de la felicidad.
Ambas fueron ese rayito de luz en el corazón de la otra.
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Solsticio de invierno
RomansaUna noche de bruma y oleaje salvaje es el escenario perfecto para que Ava e Izzy intercambien algunas palabras. A primera vista ambas piensan que sus personalidades distintas y chocantes no las llevará a nada, pero cuando descubran que tienen más c...