12. Cayendo en las profundidades

35.4K 3K 2.2K
                                    

Ava

Decirle aquellas palabras a Izzy, de manera apresurada y sin temor alguno, es como confesarle directamente los sentimientos que tengo por ella.

Ha transcurrido algunos segundos luego de decirle la idea que he tenido en mente desde que abordé el bus de regreso a este pueblo, segundos que se vuelven eternos por causa de su silencio sepulcral y temor en sus ojos.

El miedo y la vergüenza de haber soltado aquellas palabras incrementan debido a su mirada vacilante y suspiciosa.

—¿Estás hablando enserio? —pregunta con brillo de duda e incredulidad en sus ojos.

Asiento con un movimiento ligero de cabeza, no quiero hablar hasta que ella me de su respuesta final.

—¿Desapareces por días y vuelves a decirme que me escape contigo?

Quiero pensar que su pregunta es retórica y que es producida por su humor sarcástico y ese juego de palabras y manera de conversar entre ambas, mis ojos aún sigue fijos en los suyos en busca de alguna señal que me revele su respuesta definitiva.

—Si necesitas una respuesta a eso, es afirmativa. Si desaparecí fue por ir en busca de ayuda.

—¿Ayuda?

—Izzy, por más que intentes maquillar toda la situación, sé que estás sufriendo por culpa de tus padres y lastimosamente no se me ocurre otra manera de ayuda que ofrecerte una escapatoria, literal, a esta situación.

—No puedo dejarlos —Su tono trémulo la contradice—. Yo... Lo siento.

Y sin que me permita a darle una réplica cierra su ventana dejándome una sensación amarga a decepción y confusión.

—¿Qué dijo?

—No.

—Entiendo, sé que quieres privacidad así que no preguntaré.

—Me dijo que no, Archie —Mi amigo, al igual que yo, se detiene en seco y me abraza sin que se lo haya pedido. Sé que la negativa de Izzy tiene razones detrás y que si por ella fuera hubiéramos huido juntas, pero aún así su negativa me duele.

—Debiste ser más cautelosa y no soltar la información de manera brusca —Archie me ofrece un pedazo de pizza, para él cualquier situación se resuelve con un pedazo de pizza—. Conversar un momento y luego decirle, así como cuando comes pizza, primero es a mordiscos pequeños y en la última parte le das una gran bocanada.

—Hermosa metáfora —comento irónica.

—Lo sé, seré un gran compositor —Archie guiña presuncioso y vuelve a atacar su pizza—. Solo dale tiempo y hazle saber que seguirás ahí para ella.

—No tenía planeado alejarme de Izzy de todos modos —Esta vez tomo un pedazo de pizza y empiezo a saborearla lento, tal y como lo indicó Archie—. Creo conocer sus motivos, así que no la juzgaré. Solo estaré atenta ante cualquier señal. No bajaré la guardia, Archie.

El resto de la noche la pasamos entre conversaciones sin importancia sobre nuestros futuros académicos ya que pronto nos graduaremos, y la presión de elegir una carrera cada vez se vuelve más densa.

Solsticio de invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora