O2.

3.2K 354 56
                                    

Capítulo n. 2,

D E S C U B R I M I E N T O S

Te despertaste de golpe, sobre tu magullado y viejo colchón, estaban golpeando la puerta fuertemente, sin descanso, tragaste saliva fuertemente esperando que no sea nada grave

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Te despertaste de golpe, sobre tu magullado y viejo colchón, estaban golpeando la puerta fuertemente, sin descanso, tragaste saliva fuertemente esperando que no sea nada grave.

─Lo siento, me quedé dormida.

Tu voz era suave, temblorosa ante la mujer que te miró por encima del hombro con cara de disgusto, negó frunciendo el ceño.

─Vamos, quiero la casa bien limpia para cuando vuelva de trabajar.

─Sí.

Miraste el suelo, apretando la desgastada falda que tenías puesta, expulsaste todo el aire de tus pulmones al escuchar la puerta principal cerrarse. Así eran todos los días, te levantas, haces las tareas de la casa, no estudiabas fuera porque tu madre decidió que estarías mejor con educación en casa, donde tenías un horario estricto para todo, siempre debías hacer lo que te mandaban sí o sí.

Eras su muñeca de trapo.

Tus manos temblaron por unos segundos, no debías desobedecer a tu madre, con pasos acelerados caminaste hasta el salón. Un viejo reproductor de música estaba sobre la mesa, no te dejaban usar los aparatos electrónicos de la casa, con la triste excusa de que te harían tonta, lo único que podías usar para distraerte un poco mientras barrías era el viejo reproductor donde escuchabas música siempre que podías.

La melodía inundó la casa, dándole algo de alegría, aun así tu expresión no denotaba ningún ápice de felicidad, tus orbes estaban apagados. Muertos en vida. Tarareabas tranquilamente la canción, de aquí para allá, completando las tareas diarias, mientras limpiabas la estantería tiraste una especie de cómic en blanco y negro. Cuando observas la portada te quedas extrañada, ¿por qué un libro empezaría por la derecha? Te diste cuenta de que el título estaba en otro idioma, Japonés, quizás, con una traducción al lado.

Haikyuu!!

Curiosa por el descubrimiento te apresuras en terminar las tareas, como te sobró tiempo hasta que llegase tu madre corriste a tu habitación con el libro en manos ¿estaría mal echar un vistazo? No era nada tecnológico. Relamiste tus labios, sintiendo un cosquilleo en la punta de los dedos al pasar la primera página.

Al parecer gastaste demasiado tiempo, pero estabas completamente atrapada en la historia, te pareció admirable el espíritu de lucha del protagonista. Te sobresaltaste al ver como el libro salía de tu campo de visión rápidamente, todo tu cuerpo se tensó al mirar la figura de tu madre, que tenía una mirada de desaprobación.

─¿Qué haces con esta cosa?

Quedaste muda ante ella, tus ojos estaban llenos de miedo en ese momento.

─Y-yo solo, lo encontré l-limpiando y quería leer.

Susurraste, apretando tu ropa, evitando a toda costa su dura mirada, no pudiste evitar volver a hablar, tu curiosidad ganó tu temor a contradecir a tu madre.

─¿Qué es? No parece un libro normal.

No te animaste a mirarla jugueteando con tus dedos, tan solo sentías su mal humor.

─No es nada que debas leer, era de tu hermana, ya sabes que no tienes permitido saber nada de lo que hacía o hace. ─su voz estaba llena de rencor─ Debería haberlo tirado antes de que esto pasara.

Tus músculos se relajaron al no sentir la presencia de tu madre, con un suspiro tembloroso, volviste a tu cuarto. Eso tan solo había alimentado tu curiosidad.

Te recordó a tu hermana, una triste sonrisa te hizo volver a tu infancia. Tu hermana es mayor por algunos años, te quería llevar con ella pero no pudo quedarse tu custodia. Ella también fue estrictamente educada, pero tenía un carácter mucho más fuerte que tú, por eso pudo librarse de las cadenas que la ataban a esta maldita casa.

No solías cuestionar las acciones de tu madre, no te quejabas de nada, eras educada y obediente siempre, pero ahora eras como el gato al que mató la curiosidad. Por una mísera vez en tu vida, querías plantarle cara a tu progenitora, querías descubrir qué eran esos extraños libros, querías hacer algo por tu cuenta, descubrir cosas nuevas, salir de la aburrida rutina y poder hacer algo que realmente te guste. Ahora nada podía parar tu sed de curiosidad, debías saber más de aquella historia, necesitabas continuar leyendo aquel cómic.

 Era por la tarde cuando bajaste te puntillas al salón sin hacer ruido, rebuscaste por toda la estantería, sin éxito, el libro no estaba allí.

─¿Qué te he dicho sobre leer esa basura?

Tu respiración se cortó al escuchar la voz de tu madre, giraste el cuerpo lentamente enfrentándote a ella.

─Y-yo no-

─Tonterías, pero no te preocupes, no los encontrarás, los he tirado a la basura.

Destrozó la única chispa de interés que brillaba en tus ojos con tan solo una frase.

¿̶E̶s̶ ̶e̶s̶t̶a̶ ̶t̶u̶ ̶r̶e̶a̶l̶i̶d̶a̶d̶?̶

¿̶E̶s̶ ̶e̶s̶t̶a̶ ̶t̶u̶ ̶r̶e̶a̶l̶i̶d̶a̶d̶?̶

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗗𝗮𝘆𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺┃Kozume KenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora