P.O.V Marceline
Era la hora de la cena, me preparé y salimos todos hacia la limusina. Ya lo había visto esta mañana pero querían formalizar nuestro encuentro. A mi no me importaba mientras vería a Bonnie. Al salir del auto justo la familia nos esperaba para entrar todos juntos.
Al ver a Bonnie no pude evitar quedarme observándola embobada....Estaba preciosa, ahora que lo pesaba nunca la vi arreglada, siempre vestía con ropa cómoda y cosas así. Ella parecía ignorarme, supongo que después de todo lo que pasó es normal. Giraba mi mirada de vez en cuando para observarla. Sorprendentemente la cena no estaba ni tan mal, aunque algo pareció torcerse en el mundo de Bonnie...Pidió levantarse de la mesa y a mi me dijeron de acompañarla.
Se veía distante y no me dirigía la palabra. Tampoco rechisté, supongo que todos tenemos días malos. Entramos al baño, ella se echó agua en el cuello. Seguía sin decirme nada, no se lo que se le pasaba por la cabeza y seguía igual.
-Oye, ¿Estás bien? No se lo que te pasa pero si algo estoy aquí.-No dijo nada y salió del baño con una sonrisa falsa. Esta vez mi hermano estaba sentado al lado de Gumbal y a mi me tocó sentarme al lado de Bonnie, a ver si esta vez me hablaba por lo menos pero nada.
La cena no duró mucho y nos fuimos a la parte superior del restaurante, era un lugar abierto donde se podía mirar las estrellas y tomarse unas copas. Brindamos por "nuestro futuro juntos" y bebimos...Mis padres como siempre se acababan emborrachando y yo bueno...Ahí estaba, aún aguantaba de pie. Me acerqué a ella a saludarla, ni una palabra.
-Oye, ¿que te pasa conmigo? Llevo toda la noche intentando llegar a ti pero tu ni me miras. ¿No se supone que todo estaba bien entre nosotras? No elijo mi destino, si no te gusta verme tranquila que pronto no tendrás que hacerlo cuando me vaya a Alemania con tu primo.- No podía aguantarlo más, estaba perdiendo mi paciencia, no era mi culpa, solo pensaba que hacía lo que era correcto.
-No...Yo...No quiero perderte, eso es todo. Y saber el echo de que te irás con mi primo....-Suspiró y me pidió perdón antes de acercarse a su familia para estar todos juntos. En ese momento se acercó Gumbal.
-¿Que pasa preciosa? Te ves triste. ¿Problemas amorosos?-Supongo que no entenderéis lo que está pasando pero ahora no es el momento de hablar de ello.
-Si...Apenas me ha mirado-Apoyé mi cabeza sobre su hombro-¿Y tu que tal?
-La verdad es que ni tan mal, estoy conociéndolo aún-Me comenzó a acariciar el pelo.-Si quieres te puedo ayudar-Levanté mi cabeza y con esperanza asentí. El me guiñó un ojo y me dijo que esperara. 10 minutos después, que para mi se hicieron una eternidad, volvió con una sonrisa-Hoy nos quedamos en la casa de Bonnie a dormir.-
Y sin que pudiera decir una palabra más me ayudó a mantenerme de pie para ir hacia la limusina. Yo creo que Bonnie no tuviera idea alguna ya que se quedó sorprendida. Su primo e guiñó un ojo. Me apoyé sobre ella para relajarme, ella estaba muy tensa. Y siguió así, sobre todo al saber que dormiría con ella.
Entramos a su cuarto, me quedé un momento mirando, ahora que lo pensaba nunca había estado ahí. Olía a ella, sus paredes de rosa pastel, con un escritorio bien ordenado. Me senté sobre su cama y le dije que se pusiera al lado mio.
-Por favor...Hazme caso...No puedo estar más así.- Levanté mi vista y la tomé de las manos.-Yo...No quiero perderte-Me acerqué a ella para apoyarme sobre su hombro.-No puedo sacarte de mi mente...Y aún menos hoy, verte así de preciosa y que me estés dando la espalda...Acéptame por favor...Se que no soy la mejor ni mucho menos y estoy ocupada trabajando siempre....-Su calor me atraía como un imán y estaba perdiendo el control
La miré a esos hermosos ojos, no decía ni una palabra. Puse mi mano en su mejilla y me acerqué para besarla. Quería dejarle claras mis intenciones, no solo estaba jugando. La derrumbé quedándome sobre ella sin separarme. Saboreaba esos labios tan suaves, quería más...pero no era el momento, yo lo sabía.
-Yo te quiero...Y no me rendiré sobre ti...-
-Yo...No creo que sea una buena idea. Estás prometida y...-La volví a besar para callarla y negué
-Ahora el no está aquí, solo tu...Y yo. Acéptame y dejemos que la noche reine sobre nosotras.
Quiso pararlo diciendome que nos teníamos que cambiar a pijama. Yo la miré con mala cara. La abracé y le dije que de ahí no se movía. Insistió y acabó cambiándome ella misma. Mientras ella se cambiaba yo me acomodaba mirando las vistas.
Ella al terminar se tumbó al lado mío. La abracé poniendo mi cabeza sobre su pecho y así la paz reinó sobre mi aquella noche.

ESTÁS LEYENDO
Bubbline ~ Un amor entre polos no tan opuestos.
RomantizmMarceline es la típica chica de 17 años, la más popular de la escuela por su fama de chica mala y su físico delgado; y obviamente, su cara bonita. Todas las chicas y chicos caían ante sus pies y la verdad es que ella no se quejaba, al contrario, ya...