I. 𝓤𝓷 𝓿𝓲𝓼𝓽𝓪𝔃𝓸 𝓪𝓵 𝓹𝓪𝓼𝓪𝓭𝓸

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Wei WuXian se encontraba se encontraba practicando con su arco, como cada mañana durante esos seis meses de castigo. En realidad no necesitaba practicar, ya era demasiado bueno, pero Madam Tu considero eso un buen castigo, pues sabía que su joven discípulo era demasiado inquieto para hacer cosas que consideraba fáciles.

La punta de la flecha quedaba justamente  apuntando al pequeño círculo rojo de la diana, solo tenía que soltar la fecha, y eso quería hacer, de no ser porque un recuerdo invadió su mente. En este recuerdo aparecía el perfecto cuerpo de un alfa, su torso desnudo, el agua cubría de su cintura hacia abajo, y la mirada del dueño de ese perfecto cuerpo parecía querer matarlo con sus hermosos ojos dorados, en ese momento un leve sonrojo apareció en sus mejillas y movió el arco soltando la flecha, la cuál dio justo en el simbolo de loto de una bandera del clan.

—¡No puede seguir pasándome esto!— arrojó el arco haciendo un puchero — ¿Qué has hecho conmigo mi querido Lan zhan?— baja la cabeza y susurra con una leve sonrisa, a diferencia de su anterior frustración.

A lo lejos, dos jóvenes observaban todo el acto de su hermano.

En un arbusto cercano a un viejo roble, una pequeña cabeza salió derrepente —Pobre A-Xian, parece extrañar mucho a su amigo A-Zhan — comentó en un tono triste.

A su lado, una segunda cabeza salió del mismo arbusto —Sí, pobre idiota. Está ya es la sexta bandera que rompe en lo que va de la semana, mamá lo matara cuando se enteré — comento el joven de morado

—Deberíamos hacer algo A-Cheng — dijo la doncella de túnicas rosas con morado.

—Tienes razón. Yo le doy con la sartén y tú lo atas para llevarlo a un barco que lo aleje de aquí y de cualquier bandera del clan — intento levantarse pero lo jalaron del brazo.

—No me refería a eso — dijo mientras veía como el otro fruncía el ceño al verse obligado a sentarse nuevamente —Yo me refiero a ayudar a A-Xian con su amigo, no me hagas mucho caso pero siento que está enamorado —

—Tienes razón, no te voy a hacer caso, mejor ya vámonos que si mamá nos ve aquí nos va a... — se levanto pero choco con alguien y cayo al suelo.

—¿Qué hacen aquí? — pregunto una mujer con el rostro un poco sombrío.

—M-Mamá  — respondieron al unísono.

La pregunta es, ¿Qué pasó para que una joven y su hermano espíen a una persona castigada?, Bueno para eso tendremos que retroceder unos años atrás.

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Dos niños de aproximadamente siete años se encontraban corriendo por el muelle, y mentiras uno reía encantado, él otro solo fruncía su pequeño ceño.

—¡Aléjate!  — dijo mientras corría —¡Ya te dije que no te daré ningún dulce!

—Pero Shimei, ¡Tú ya tienes muchos! — dijo aún persiguiendo lo —Si te los comes tu solo, ¡Se te picaran los dientes!

—No me importa, ¡Aún así no te daré ninguno! Y deja de llamarme así — frunció el ceño.

—Shimei~ — sonrío maliciosamente.

—¡Cállate! — dejo de correr.

Viendo que su hermano no se movía, decidió aprovechar la oportunidad y se lanzo sobre él —¡Solo quiero un dulce! — amplio su sonrisa.

—¡Que no! — intento forcejear sin éxito alguno —¡Idiota quítate!

—Lo haré cuando me des un dulce. 

Un empujón al WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora