Sociedad de Almas

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Rukia se despertó en la mansión Kuchiki como todos los días, bajó a desayunar y se encontró con su hermano político, aún era un poco raro compartir el desayuno pero no era algo que le desagradara a pesar del silencio que reinaba.

Byakuya dio por terminado su desayuno y se levantó de la mesa.

― Nii-sama ¿No piensas comer más?

El capitán no había tocado buena parte de los alimentos.

― Tengo asuntos que atender ― explicó el hombre ― Ten un buen día Rukia. Permiso

La pequeña Shinigami se preocupó, probablemente su hermano estaba enfermo, tendría que hablar con Sakura para que pudiera ayudar al cabeza del clan Kuchiki.

Por su parte Byakuya se dirigió al sexto escuadrón y al llegar, Renji ya se encontraba en su oficina esperando por él.

Terminó de darle las debidas instrucciones diarias a su teniente.

― Renji ― llamó el capitán antes de que el pelirrojo saliera de su despacho ― Trae comida para dos personas.

― Enseguida Taicho...

Una duda asaltó a Abarai por el camino ¿Para quién era el desayuno?

― Renji...

― Sakura, has llegado más temprano de lo usual ¿Sucede algo?

― Nada, a partir de ahora me reuniré con Kuchiki-san más temprano.

― ¿Es que te está yendo mal en los entrenamientos?

― No, ha aceptado desayunar conmigo todos los días...

La kunoichi le soltó de golpe la información provocando que el teniente cayera de la impresión.

― ¿¡Kuchiki-taicho!? ¿Estamos hablando del mismo Kuchiki Byakuya?

― ¿Tan raro es?

― Bueno... Kuchiki-taicho no es muy sociable... no es común.

― Es que quiero conocerlo ― se sinceró la joven con nerviosismo ― Rukia y tú lo admiran mucho y he podido ver que es alguien bastante fuerte...

― Eres valiente niña, no todos se acercan al capitán ― dijo Renji con una gran sonrisa y revolvió su cabello con gran fuerza.

― Duele... Eres demasiado bruto ― se quejó Sakura deteniendo la mano del teniente ― Tienes mucha fuerza.

― Mira quien lo dice, la chiquilla que puede destruir edificios enteros con su puño... Hasta Rukia es más femenina que tú ― habló Renji sin pensar, como muchas veces lo hacía.

― ¿Qué dices sobre mí, Idiota?

― Rukia...

Abarai podía sentir emanar un aura peligrosa de Rukia y Sakura.

― No lo he dicho a propósito...

Sabía que defenderse no valdría de nada.

Antes de que pudiera huir de las dos chicas, ambas lo tomaron por las solapas del traje, lo zarandearon con fuerza y le dieron dos golpes en la cabeza, uno cada una.

― A ver si lo vuelves a decir... ― exclamó la shinigami con los brazos cruzados.

Sakura bufó estando de acuerdo con su amiga.

― A todo esto ¿Qué haces aquí Rukia? ― preguntó Renji recuperándose, debía de desviar su atención sino quería que ambas lo siguieran golpeando.

Sakura No Tabi 値Donde viven las historias. Descúbrelo ahora