XX Cumpleaños

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Capítulo Especial

Había llegado el 7 de junio: mi cumpleaños. Hace dos días fue el cumpleaños de Draco, todavía no habíamos hablado, al menos no desde la pelea el último día de clases en Hogwarts. Esta noche sería la primera en vernos después de mucho tiempo.

"Feliz Cumpleaños número 15 a una de las estudiantes con el corazón mas noble y puro de todo Hogwarts, gracias por confiar en mi y espero que te guste mi regalo
Con mucho cariño: Rubeus Hagrid"

Abrí el regalo y era un hermoso broche que tenía una serpiente dorada con ojos de esmeralda, debía haber costado muchísimo.
Me limpié las lágrimas que había derramado al leer leer la carta y me di cuenta de que debía darle algo igual de valioso para su cumpleaños o me sentiría mal.
Entré al baño y me duché, me puse un vestido que llegaba a la mitad de las rodillas color verde esmeralda, me puse el broche, unos zapatos de tacón bajo color dorado y salí de mi habitación.

—¡Te ves preciosa!
Exclamó Juliana, que iba tomada de la mano de Cedric. Ellos habían vuelto de su campamento hace unos días. Ahora eran pareja.
—Gracias.
Nos dimos un pequeño abrazo y solo le di la mano a Cedric, las cosas aún estaban un poco extrañas, pero estaba muy feliz por ellos.
—Estás hermosa, mi querida ________. Susurró Cissy antes de hacerme entrar al gran salón, donde todos estaban presentes.
Mi mirada se fue directamente a Draco, quien llevaba un traje completamente negro. El se acercó.
—Feliz cumpleaños, __________.
Me extendió una pequeña caja que parecía salida de Ollivander's.
—Gracias Draco. Igual tengo algo para ti. Por cierto, feliz cumpleaños.
Le di una pequeña caja que contenía un anillo de plata, con su nombre grabado en el.
—Es precioso, gracias __________—me dedicó una pequeña sonrisa.
Abrí la caja que él me había dado y era una varita nueva.
—Gracias Malfoy, me encanta.
—Es de corazón de dragón: una varita poderosa, pero al mismo tiempo delicada. Para una bruja igual de poderosa y hermosa.
—Gracias.
También le dedique una sonrisa, aunque moría por abrazarlo.
Pasamos a cenar: un estofado de vaca, cordero y cerveza, acompañado con jugo de calabaza.
El choque de miradas entre Draco y yo eran incómodos, pero eran mucho más tensas las miradas entre Cedric y yo.
—¿Por qué no pasamos al brindis?— propuso mi madre.
Nos pusimos de pie y sostuvimos nuestras copas en alto. Draco y yo nos miramos, sabiendo lo incómodo que se tornaría el ambiente después de este discurso.
—Por _______ y Draco. Sigan siendo esas almas tan inseparables, que por más que el camino los aleje siempre se volverán a encontrar y a amar, salud!
Dijo mi padre mirando directamente a Lucius.
Todos brindamos y después del postre (pastel de manzana) nos fuimos a el jardín.
—¿Así que ustedes ahora son novios? Preguntó Draco molestando a Juliana y a Cedric.
—Así es— afirmó Juliana.
—Wickbuttom, pensé que tenías mejores gustos...ya sabes, por lo que pasó a fin de año escolar con Blaise Zabini.
Dijo Draco con una sonrisa burlona.
—¿Sabes que, Malfoy?. Púdrete— gritó Cedric.
—¿Y que pasó con Cho? ¡Oh! Y con __________. A ambas solo las utilizaste
—No voy a pelear contigo. Eres muy inmaduro— dijo Cedric intentando calmarse
—El inmaduro eres tú, Cedric.
—Este será tu último año, Cedric ¿No podrían, por favor, dejar de pelear?— lo miré suplicante.
—Es verdad, no paran desde fin de clase— me apoyó la castaña.
—¿Sabes, _______?— me susurró al oído Draco
—¿Qué pasó?
—Siempre pensé que el brindis que hizo tu padre, sería el que haría en nuestra boda— me miró con una sonrisa y yo me puse nerviosa.
—¿Qué les parece si jugamos algo?
Propuse para que el momento sea menos incómodo.
–¿Qué propones?—preguntó Cedric.
—Podemos subir a mi habitación y tomar un poco de champan azul.
Ellos aceptaron y subimos a mi habitación por la ventana para que mis padres no nos vean, ¿Cómo lo hicimos?

—¡Ascendio!—dijimos todos al mismo tiempo.

Empezamos a tomar el champán y la cosa se empezó a poner algo extraña.
—Wickbuttom, ¿Aún tienes esa Veritaserum que me diste aquella vez?— pregunté sin saber lo que realmente estaba diciendo.
—_________, no. ¡Estás ebria!—dijo Draco
—¿Eres mi papá? No, ¿verdad?

Juliana trajo la poción y me bebí la cuarta parte, suficiente como para que alcance para todos. Miré a Draco y empecé a hablar

—No es difícil pensar en ti, te pienso siempre que veo atardeceres. Sé que es muy tonto lo que te voy a decir, pero te pienso cuando escucho que alguien dice "Para siempre".
La cabeza me daba vueltas y sabía que salían palabras de mi boca, pero no sabía que era lo que decía exactamente.
—¿Te acuerdas de los planes que eran para el 2006? Tener 3, 4 hijos y una mansión en Roma. Pero la vida nos tenía una ruta diferente y...—empecé a llorar—no tiene caso hacer recuento de los daños, de nada sirve si han pasado tantos años. decirte que te amo es imprudente, incluso arriesgado. Según lo que escuché, ya eres hombre reservado.
Me di cuenta de todo lo que había dicho y los miré, todos estaban con la boca abierta.
Draco se acercó a mi y pensaba que me besaría, pero tomó el frasco que tenía la poción y bebió.
—¿Está mal que tenga ganas de decirte, que donde tú vayas, yo voy?
Se levantó del suelo y me miró fijamente.
—Qué tan mal estoy, si ahora que tus ojos ven hacia otra parte...—Miró a Cedric, a lo que yo negué—no sé por qué no puedo dejar de mirarte ¡Maldita sea! Me dije, me repetí una y mil veces que me iba a arrepentir cuando estuvieras lejos. Me dijeron y me olvidé, pero ahora estoy pagando caro no poder estar contigo. Sabes quien eres,_______. Lo importante que eres para mi, se que se está acabando nuestro tiempo y la vida tendrá que seguir. Con todo respeto a quien te guste ahora,  tu lugar conmigo nunca va a estar ocupado.

Draco P.O.V

Mierda. Me sentí tan avergonzado de haber dicho eso que empecé a caminar por toda la habitación.
Escuché como la puerta de cerraba y me di la vuelta para ver. Estábamos ella y yo, solos en su habitación gris, la misma que no veía hace 4 años.

—Draco, yo...—la interrumpí.
—Déjalo, _________. Supongo que necesitaba desahogarme.
—¿Puedes escucharme?— dijo entre un sollozo. Me giré, la vi con el entrecejo fruncido.
Me senté a su lado en el suelo.
—¿Que tienes?—Le pregunté extrañado.
—Siempre te aprecié, Draco y eso no va a cambiar sin importar que tan imbécil seas.
—Se que a veces soy un poco imbécil.
—¿Un poco?— soltó una pequeña risa y fue ahí cuando me di cuenta de que realmente la quería y que por lo menos, en lo más profundo de su corazón había una pizca de empatía, que haría que me perdone.
Tal vez fue un cumpleaños dramático, pero aún así, me sentía grandioso.

Always (Draco Malfoy y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora